viernes, 4 de enero de 2008

Dictado del 4-1-08

Los santos son ciudadanos del Cielo. Allí en el Cielo no hay nadie malo, ni siquiera medianamente bueno, todos los que en el Cielo moran son ciudadanos celestiales, espíritus que han sido purificados. Unos ganaron el Cielo en el paso de esta vida, otros se arrepintieron en el último instante y entraron en la eternidad, para purificarse de todos sus pecados, faltas, acciones deleznables y omisiones. Nadie entra al Cielo sin haberse purificado, hasta el buen ladrón que le prometí el Paraíso, se purificó. Porque un instante en el Purgatorio puede purificar miles de pecados, tal es su intensidad purificadora.

Muchas son las almas que pasan por el Purgatorio, incluso santos, porque hay nimiedades, pequeñas faltas, palabras vanas, miradas indebidas y más cosas que deben purificarse en el Purgatorio, que mas que un lugar de tormento, debéis llamarlo de purificación, pues aunque allí hay penas que purifican, el gozo de sentirse salvados, eclipsa esas penas.

Vuestros sufragios ayudan mucho a las almas del Purgatorio y es en vosotros una gran obra de misericordia y a Mi, Jesús, Me agrada mucho quien reza por las ánimas del Purgatorio, porque es un acto de caridad muy grande y un acto de fe también grande, ya que sin ver, ni saber adonde irán a parar sus sufragios, los ofrecen por Mi Iglesia Purgante.

(Con los sufragios) os hacéis de un gran número de amigas celestiales, que después en su gloria, interceden por vosotros, sobre todo, por quienes le ayudaron en su purificación con sus sufragios. Mi Santa Madre ama mucho a las almas del Purgatorio y consigue de Mi Corazón Divino muchas y grandes gracias para ellas, gracias que ignoráis pero que en la otra vida las conoceréis.

Yo Soy un Dios de misericordia y amor, y si amo al pecador empedernido ¿cómo no iba a amar a Mi Iglesia Purgante que algún día formará parte de Mi Iglesia Triunfante? No se pierde ni una oración hecha por las almas del Purgatorio, incluso, si no se hace en las debidas disposiciones de fe y de amor. Tiene menos fuerza, pero Mi Madre la arregla con sus méritos inmensos.

Mi Madre mira complaciente al fiel cristiano que reza por las benditas almas del Purgatorio, porque a Ella que es la caridad misma, le complace que los fieles desde la tierra, ayuden a las almas que están pendientes de purificarse para entrar en la gloria, y vuestras oraciones, misas, sacrificios, rosarios y demás, les aceleran este proceso. No hay mejor don para un familiar querido o amigo que se os fue, que ofrecerle sufragios. Hay almas que nadie las recuerdan, ni nadie les reza, y que solo en las preces universales (de la Iglesia), reciben sufragios, pero Mi Santa Madre y Vuestra, administra los sufragios (hechos) por determinadas almas que ya no los necesitan, porque alcanzaron la gloria eterna.

Yo, Jesús, Vuestro Salvador y Redentor os hablo. Mi paz sea para vosotros por siempre jamás.

martes, 1 de enero de 2008

Poesía 3

No me mueve, mi Dios, para quererte
el Cielo que Me tienes prometido,
ni me mueve el Infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme tu Rostro dolorido,
muéveme Tus afrentas y Tu muerte.

Muéveme, en fin, Tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera Cielo, yo Te amara,
y aunque no hubiera Infierno, Te temiera.

No me tienes que dar porque Te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que Te quiero Te quisiera

domingo, 30 de diciembre de 2007

Dictado del 29-12-07

Los días terrenales son días que pasarán, pero los días celestiales o infernales, no pasarán, porque son días eternos. Un día terrenal dura 24 horas, pero no es así el día de la eternidad que no tiene fin, y nunca se termina.

Deberíais adentraros más en vuestro interior y pensar todas estas cosas, que se os dan, para que las reflexionéis. No vivís más que para consumir, para el placer carnal, la comida, la bebida y el dinero. No hay ni una de esas cosas que os pueda dar el Cielo, pero vosotros, almas queridas, las escogéis y las anteponéis a los valores del Cielo.

Yo os doy a veces a muchos de vosotros tribulaciones y pruebas para salvaros, pero no todos los sabéis superar, porque renegáis de Mí, renegáis del Cielo y renegáis de todo. Un Padre nunca dejaría perderse a un hijo, si estuviera en sus manos salvarlo. En Mi mano, Yo, Padre Eterno, está el salvaros, y los méritos de Mi Unigénito, son un tesoro infinito para vuestra salvación. Pero exijo que una mínima parte pongáis vosotros de vuestra cuenta. No puedo regalaros la salvación, pues dejaría de ser un Dios justo. Vosotros tenéis que poner lo que os corresponde y Mi gracia, junto con vuestra aportación, os ayudará.

Yo Soy un Dios de misericordia y, Mi misericordia es una abismo insondable. Nadie en su mente humana puede alcanzar la grandeza de este atributo. Ved como por misericordia a vosotros, mandé a Mi Unigénito a redimiros, y la Redención, la hizo en los mas atroces tormentos físicos y morales. ¿Haríais eso vosotros? ¿Mandaríais a vuestros hijos a salvar a quienes os ofendieron?

Contemplad Mi misericordia y aprended cuan grande es. No tiene límites, ni fin, pero Soy también un Dios justo, y no puedo dar a todos lo mismo, no puedo dar al pecador empedernido y que peca maliciosamente, lo mismo que a un fiel cristiano, que se esfuerza en levantarse tantas veces como cae. Y exijo de vosotros vuestra colaboración para salvaros, porque si vosotros no ponéis lo imprescindible, cerráis todas las puertas a Mi gracia y a las oraciones universales que se hacen por la salvación de las almas. Yo, Padre Eterno, Dios de misericordia, os hablo.

No rechacéis, hijos Míos, la gracia de este medio por el que os recuerdo, que tenéis que poner de vuestra parte lo imprescindible, por poco que sea, para entrar en el Reino de los Cielos. Os doy Mi bendición eterna, Yo, el Padre Celestial de todos vosotros.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Dictado del 28-12-07

Un día cualquiera es un día que tendrá premio o castigo, que dará fruto o no lo dará. Cada día de vuestra vida está en los anales eternos y Dios espera de ese día, su fruto correspondiente. Es como si metierais en un banco dinero, aunque se meta poco, se espera siempre el interés correspondiente.

Un día malgastado es un día que se pierde para siempre, y perjudica a la Santa Madre Iglesia, porque los católicos, deben emplear su tiempo y sus obras, para el bien de su familia la Santa Madre Iglesia. Es lo mismo que si un miembro de una familia no quiere hacer sus deberes correspondientes con respecto a esa familia, es (entonces) un parásito, así los hijos de Mi Iglesia no deben ser parásitos ni un solo día, porque ese día no solo es de el, sino del Cuerpo Místico.

Cuando un alma tiene pereza para ir a misa, rezar, u orar, está librando de un bien al Cuerpo Místico de la Iglesia, porque lo bueno que haga repercute en todos los demás miembros. Leed a Mi Apóstol Pablo (1 Cor 12,26)

Hijos, lo mismo que el fraude en los impuestos repercute en la sociedad porque ese dinero que no queréis pagar, es dinero publico, así sucede en Mi Santa Madre Iglesia. El bien que Mi Santo Espíritu os inspira y no hacéis, es un bien que negáis a Mi Cuerpo Místico.

Cada día es importante, a veces, os costará superarlo sin pecar, no solo mortalmente, sino venialmente, porque el pecado venial tenéis que evitarlo a toda costa. Pero otras veces, el día los superaréis con creces y será un día que quedará escrito para siempre, en los anales de la historia del alma. Y será un bien que hacéis a Mi Iglesia Católica. Yo, Jesús os hablo. Por eso, el cumplimiento a la perfección del deber es ya un medio de santidad inmenso, porque ese día si cumplís bien vuestras obligaciones, será un día fructuoso, para el bien de las almas.

De ahí, que las monjas contemplativas son tan fructuosas, porque cumplen sus reglas fervorosamente y amorosamente, y hacen que sus días no sean estériles como lo cree el mundo, que solo valora, las cosas por el ruido que hacen. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

Así pues, hijos amados Míos y de Mi Santa Madre, cumplid vuestras obligaciones con perfección y entrega, y haciendo esto con amor, ya es un bien muy grande que hacéis diariamente en beneficio de Mi Cuerpo Místico. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y Mi amor por siempre jamás, hijos de Mi Divino Corazón.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Dictado del 27-12-07

El acto de amor mas grande que puede dar una persona es dar la vida. Son muchos los fieles que estan llamados a dar la vida en beneficio de la Santa Madre Iglesia y para el bien de la almas, pero son también muchos los fieles, que rechazan esta inmensa gracia, porque temen al sufrimiento, temen a la marginación social, y temen a no poder llegar al final, ellos no cuentan con Mí gracia que se la daría en abundancia. Yo, Jesús, os hablo.

Un alma victima es una gloria para Mí y Mi Santa Madre Iglesia. Ellas (las almas victimas) son luces en la oscuridad del pecado, son almas que han entendido muy bien lo que necesita Mi Cuerpo Místico, y por ello, muchas almas se ofrecen voluntariamente a padecer por el bien de la almas y de Mi Cuerpo Místico, y sobre todo, por gloria Mía, Yo, Jesús os hablo.

Pero hay otras muchas almas a las que llamo o Mi Padre lo hace, y sin embargo, no son generosas, no son almas que deseen darme mas, se conforman con vivir en estado de gracia, pero no desean llegar a remontarse a altas cotas, porque son almas que temen no poder llegar o temen demasiado al sufrimiento corporal y moral.

Yo Soy un Dios que nunca doy mas de lo que un alma pueda soportar, eso no lo hace ni siquiera los jefes de una empresa. No tratan de dar lo que no pueden soportar, porque saben que perderían al empleado o que lo enfermarían. Yo doy lo que un alma puede soportar, y cuando deseo que me de altos niveles de santidad, la llamo a ofrecerse por un determinado colectivo, o bien, las llamo a ser victimas de Mi Cuerpo Místico, la Santa Madre Iglesia.

¡Cuántos sacerdotes se salvarían por la generosidad de estas almas! ¡Cuantos pecadores se convertirían por la entrega, sin condiciones, de estas almas, y ellas mismas, que son almas vulgares, brillarían en la eternidad con un brillo singular, ¡pero no!…..no todas estan dispuestas a aceptar lo que Mi Santo Espiritu les inspira. Lo rechazan, lo ignoran y tratan de olvidar lo que Mi Santo Espiritu les hace sentir, porque no quieren comprometerse mas de lo que ya estan, que a veces, estan muy poco comprometidas y observan Mis leyes y viven una vida de piedad un tanto precaria, porque pueden dar mas de si y no quieren, no se lanzan a subir a altas cumbres. Es como si un vaso de agua lo empleáramos solo para beber agua, y no lo utilizáramos para beber leche, café, refrescos u otras cosas, Yo Jesús, os hablo.

Pero respeto con amor la libertad que os he dado y la voluntad que tenéis de servirme, si me dais poco, como si me dais mucho, Yo lo respeto, porque entonces, si no respetara lo que deseáis, iría en contra de Mi Mismo que os hice libres y os di vuestra propia voluntad, por eso, el alma que Me ofrece su voluntad y su libertad, es un alma que me da inmensa gloria, porque ofrece los dos dones mas grandes que posee el ser humano y que no tienen los animales. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz para siempre con todos vosotros, hijos de Mi Divino Corazón.

martes, 25 de diciembre de 2007

Las almas no quieren Mis gracias

Los hechos cotidianos forman parte del juicio divino que Yo haré a cada alma. Yo juzgaré cada hecho, y cada acto, y las circunstancias que llevaron a actuar así, y seré benevolente, sin dejar de ser justo. Las almas que desperdiciaron Mi gracia tendrán un juicio severo, porque rechazaron la vida del alma, y prefirieron la muerte y las sugerencias del demonio a las sugerencias de Mi Espíritu. Yo, Jesús, os hablo.
Yo soy un Dueño benevolente, lento a la cólera y amante de cada alma en particular. Todas son importantes para Mí, y no hay un alma por mezquina que sea, que no estuviera dispuesto a derramar de nuevo Mi Sangre por ella. Yo amo como nadie es capaz de amar, sin límites, ni condiciones, nadie ama como Yo, Jesús de Nazaret.

Mi Padre se enternece a la vista del gran amor que tengo a las almas, El sabe lo que Me importa cada una, y por eso, escucha todo lo que pido por las almas. Pero las almas no quieren Mis gracias, Yo las consigo de Mi Padre Eterno y las almas las desperdician y las cambian por viles placeres, que no solo no las hacen felices, sino que las envilecen más. Yo, Jesús, os hablo.

Quien a Mi viene nunca se queda defraudado, Yo Soy un Dios que sacia la necesidad de ser amada de cada alma, Yo lleno el corazón humano, hasta el punto, que quien gusta de Mi, ya no quiere otra cosa y Me busca afanosamente, en todas las cosas de la vida, y cuando en alguna de esas cosas no Me encuentra, entonces sufre porque la añoranza de Mi, le da tormento en el alma. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos de Mi Divino Corazón, no Me cambiéis por viles placeres, placeres que nunca os llenaran, placeres que os dejaran frustrados, hambrientos, un rato Conmigo vale mas que todos los placeres del mundo, porque ese rato es divino, es hablar Conmigo que Soy Dios y Señor de todas las cosas.

Mi paz para vosotros por siempre jamás. Hijos de Mi Divino Corazón, Yo os espero ardientemente, espero vuestro cambio de vida, vuestro retorno a Mí. Yo deseo ser todo para vosotros y daros así el alimento que traspasa la vida eterna, que es Mi santo y divino amor, junto a Mi Santa Madre, que os ama como Yo, sin límites ni condiciones, y que desea ardientemente que vengáis a Mí. Yo, Jesús, Soy paz y amor.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Poesía 2

Yo ¿para que nací? Para salvarme.
que tengo que morir es infalible.

¿Dejar de ver a Dios y condenarme?

Triste verdad será, pero posible.

¿Posible? ¿Y río, y canto, y huelgo, y quiero holgarme?

¿Posible? ¿Y tengo amor a lo visible?

¿Qué hago, en que me ocupo, en que me encanto?

Loco debo de ser, pues no soy santo.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Esforzaos más, mucho más

El alma es inmortal. Yo, Jesús, vine a salvar a las almas porque el alma es inmortal. No vine a salvar los cuerpos, sino que vine a salvar a las almas, que vivirán para toda la eternidad en tinieblas o (en) luz.
Hay hijos Mios que padecen muchas penas y sufrimientos en sus cuerpos, pero los sufrimientos terminaran, por duros que sean, tendrán un final, y ellos, son méritos -si se aceptan- para la salvación del alma. Yo vine para que las almas que son inmortales, no se perdieran para siempre, y padecí en Mi Divino Cuerpo, toda clase de tormentos y vejaciones, Yo, Jesús, las padecí.
Los sufrimientos del alma son muchos más intensos que los del cuerpo, aunque no sean materiales, ¡Cuánto duele una traición, una infidelidad, una desobediencia de un hijo, un desengaño! Todo esto se padece en el espíritu, aunque a veces, repercuta en el cuerpo. Lo mismo el bienestar del cuerpo repercute en el alma, porque aumenta la alegría, el buen humor, la tolerancia…
Hijos, esforzaos, sí, esforzaos por salvar el alma. Yo vine a abriros las puertas del Cielo para que las almas justas no se perdieran, pero sois vosotros quienes tenéis que poner todo de vuestra parte, porque nadie va hacer por vosotros, lo que vosotros tenéis que hacer.
Es lo mismo que el alimento del cuerpo, vosotros lo masticáis, lo tragáis, nadie lo mastica por vosotros, ni lo traga por vosotros. Os pueden dar de comer, introduciros la comida en la boca, pero sois vosotros quienes tenéis que tragar. Así vuestra alma la tenéis que salvar vosotros. Os pueden ofrecer oraciones, sacrificios, pero si vosotros no queréis salvaros, no os esforzáis, nadie os salvará en contra de vuestra voluntad.
Sí, hijos, esforzaos mas, mucho mas, Yo, Jesús, os hablo. Mi paz para todos vosotros. Acudid a Mi Santa Madre y pedidle ayuda, Ella no os desatenderá porque es Madre de las almas y Madre del Amor Divino. Todo lo puede ante Mi Corazón, así que hijos, lo que Me pida Mi Madre por vosotros, Yo lo escucho, pero vosotros, se lo tenéis que pedir a Ella de corazón y poner los medios, porque no seriamos justos si os concediéramos las cosas, sin que vosotros pongáis de vuestra parte. Yo, Jesús de Nazaret, os hablo.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Dictado del 22-12-07

El deseo de amar a Dios es un deseo muy grande y santo que viene del Cielo, Yo lo inspiro, Espíritu Divino. Ese deseo va creciendo conforme se vive en estado de gracia y si la perseverancia es asidua, se muere con ese deseo, convirtiéndose en una realidad en la otra vida. Lo mismo que los malos deseos traspasan las fronteras del mas allá y si se muere con malos deseos el alma se pierde, el deseo santo y único de querer amar a Dios, por encima de todas las cosas, es ya una predisposición a conseguirlo, y Dios, mira al alma complaciente que esto desea y le ayuda en sus objetivos. Porque todo lo bueno que viene del corazón es acepto a Dios, y El lo bendice para que sea una realidad y no un deseo.

Los deseos santos son saetas de amor que llegan a Dios y le dan también gloria, aunque a veces, solo se queda en deseos y no en realidades. Yo, Espíritu Divino, os instruyo.
El alma debe en esta vida esforzarse por alcanzar cada vez mas grados de santidad, no debe quedarse estancada y conformarse con vivir solo en estado de gracia, sino que debe pedir a Dios que le aumente la fe, la esperanza y la caridad, que le inflame de amor hacia El.

A los santos el amor que tenían a Dios, les parecía muy poco, e incluso, mezquino. Ellos deseaban amar más a Dios y hacerlo con intensidad, por consiguiente, vosotros que no sois santos, no debéis dejar de pedir a Dios que os aumente estas tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad.

Vosotros, hijos de Dios, deseáis ser amados, reconocidos, comprendidos, pues bien, este deseo que tenéis para con vosotros, tenedlo para con Dios, (pues) es de justicia. Porque a El le corresponde el sumo amor, el primer lugar en vuestro corazón. Lo que deseáis para vosotros, deseadlo para Dios, es de justicia, porque El es el único Ser que nunca alcanzareis a darle todo lo que por ser quien es, le corresponde.

Yo, Espíritu Divino, os hablo y (os) exhorto a la oración y la practica de los sacramentos.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Dictado del 21-12-07

Un hijo debe ser la honra de su padre. Si un hijo no honra a su padre, no es buen hijo. Los hijos deben ser orgullo de sus padres. Yo Soy el Espíritu Divino que vengo a instruiros y a deciros, como deben ser los verdaderos hijos de Dios.

Un hijo (de Dios) nunca debe tomar el Santo Nombre de Dios en vano, ni debe blasfemarlo nunca jamás, ni dejar que otros lo blasfemen. Un hijo verdadero de Dios debe defender a su Padre Celestial con más ardor y celo que si fuera su padre biológico. Esto lo verá su Padre Celestial y no lo olvidará nunca.

Quien da la cara por defender a su Padre Celestial, es digno hijo de El, y su Padre Eterno, se lo pagará centuplicadamente en la otra vida y aún en esta. Hoy día no se respeta el Santo Nombre de Dios y se blasfema contra El, o se jura en vano, o se pronuncia a la ligera, sin miramiento alguno. No tomaras el Santo Nombre de Dios en vano es el segundo mandamiento de la Ley de Dios y debe cumplirse rigurosamente.

Los cristianos de hoy dejan mucho que desear porque son cristianos que no tienen celo apostólico alguno, y no dan ejemplo en ningún sentido. Cada día (están) menos instruidos en las cosas de su religión, pasando por alto muchos hechos que no pasarían, si se lo hicieran a algunos de sus hijos biológicos.

Cuando a uno de sus hijos en la escuela u otro lugar lo insultan o humillan, que exasperados se ponen algunos padres, incluso, ponen denuncias o llaman a los medios de comunicación. No es así con su Dios. No tienen este celo para con su Dios, y sin embargo, es un importante mandamiento que deben cumplir como cualquier otro, como el mandamiento de “no matarás”.

Imaginad como pronunciaría la Virgen Santísima el Santo Nombre de Dios, que todo su ser, se estremecía cada vez que lo nombraban. Ella, la Santa por excelencia, fue un modelo a seguir como ninguna otra persona, y Ella, era humana como vosotros. Pero Mi gracia le hacia efecto porque no la malgastaba, ni la anulaba con acciones pecaminosas o imperfecciones.

Hijos de Dios Altísimo, imitad a María Santísima. Meditad más en su vida, en su forma de actuar y de ser. Obrad en cada situación como Ella obraría, al menos intentadlo. Yo, Espíritu Divino, os hablo y os instruyo. Alabada sea la Santísima Trinidad.

Poesía 1

De maravilloso modo
su capital multiplica
quien aquí en esta vida
por Jesús lo deja todo
y a las almas se dedica.
¿Que dejó? un poco de lodo
¿Que le dan a cambio? el Cielo
¡Dios mio! que dulce consuelo
si Cielo por tierra dan,
morirme ahora mismo quiero
y empezar a negociar.

martes, 18 de diciembre de 2007

Dictado del 13-12-07

Las almas son Mi patrimonio. Yo soy Dueño y Señor de las almas, porque las gané con inmenso amor. Mi Padre Celestial las creó pero Yo las redimí con infinito amor.

Soy Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo, el Verbo de Dios. Yo Soy para las almas TODO, porque cubro en ellas todas sus necesidades, y así, quien no tiene paz Yo se la doy, quien tiene miedos, Yo se los quito, quien tiene inseguridades, Yo le doy toda clase de seguridad, quien tiene complejos, Yo los convierto en perlas de amor hacia Dios.

Quien viene a Mi encuentra toda clase de riqueza, encuentra un tesoro inagotable, porque Yo vivo cerca del alma que Me busca o me sigue, y la vigilo y no la dejo para nada. Si alguna vez me oculto es para mayor corona del alma, así Me oculté por tres días a mis padres terrenales, pero esa dura prueba les sirvió en la eternidad de gran corona, y a Mi Madre, la preparó para la prueba de mis tres días de sepultura.

Yo Soy Amor verdadero, sin egoísmos, sin condiciones ni limitaciones, sin amenazas ni chantajes. Yo amo incondicionalmente pero las almas no Me aman a Mi de esta manera, son pocas las almas que Me aman absolutamente y sin condiciones, solo por ser Yo quien Soy.

Soy un Dios paciente que espera constantemente vuestro retorno a Mi, espero un acto de amor, de adoración de reconocimiento de millones de almas y no Me llega, pero esas pocas almas que me aman verdaderamente, esas me resarcen muchas ignominias y olvidos, porque los hombres viven afanados en sus obligaciones y asuntos y no se desconectan ni un instante, para ofrecerme un acto de alabanza o acción de gracias.

Hijos Míos, almas amadas de Mi Corazón, elevad vuestra mente a Dios y ofrecedme desde el sitio en que estéis un acto de amor o adoración. ¿No llamáis a vuestras esposas, novios y novias, hijos y padres? ¿Por qué a Mi Me tenéis tan olvidado? No necesitáis teléfonos para hablar Conmigo, solo elevar vuestro corazón y mente al Cielo y ofrecedme un acto de amor a Mi que Soy todo Amor.

Yo, Jesús, os hablo y os doy mi bendición. Mi paz para vosotros por siempre jamás.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Llamada de San Miguel Arcángel

¡Hijos de Dios! no os durmáis, no viváis tan relajados, porque llegará un día, no muy lejano, que tendréis que dar estrecha cuenta a Dios. Yo soy Miguel Arcángel, Príncipe de las Milicias Celestiales, defensor del Dios Altísimo y os llamo a la conversión, al cambio de vida, porque no estáis en el mundo para vivir a vuestro antojo y libre albedrío. Si queréis entrar en el Cielo tenéis que vivir las leyes que Dios os ha pedido, que son los mandamientos de la Ley de Dios, y no podéis burlar ni uno solo, porque podríais perder el Cielo para siempre.

¿Qué lenguaje hay que emplear para que entendáis que el cambio de vida es urgente? ¿a que esperáis? ¿qué os detiene?, ¿los placeres del mundo? ¿la pereza espiritual? Pedid a Dios Altísimo Su gracia y os la dará, porque su gracia es el alimento de vuestras almas, y un Padre, nunca niega el alimento a sus hijos. ¿O sois vosotros más buenos que Dios, que es Bondad Infinita, porque dais de comer a vuestros hijos?

Convertíos, hacedlo de una forma radical, empezando por una gran confesión en que la verdad y la humildad sean sus principales ingredientes. Yo, Miguel Arcángel, os llamo a la conversión y os aviso de que el cambio de vuestra vida no debe hacerse esperar.

Me envía Dios Altísimo con este mensaje, creedlo como creyó al Arcángel San Gabriel la Virgen Santísima y no seáis necios como las vírgenes que no tenían aceite para sus lámparas y, vino el esposo y las encontró sin el aceite. No sea esta vuestra actitud ¡cambiad de vida!

A muchos de vosotros y vosotras os ha tocado la gracia de Dios y la habéis postergado por asuntos terrenales. No perdáis el tiempo y haced lo principal que es vivir en la amistad con Dios, o el enemigo de las almas, os poseerá y os vapuleará a su antojo.

Yo, Miguel Arcángel, os hablo y os pido que invoquéis a vuestro Santo Ángel Custodio para que el os sugiera los buenos y santos deseos de conversión. Hijos de Dios, ¡convertíos! Yo, Miguel, vuestro servidor. La paz de Dios Altísimo con vosotros.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Dictado del 8-12-07

La luz de las almas es una luz sobrenatural que traspasa las fronteras terrenales. Quien tiene luz en el alma sabrá caminar hacia la eternidad, y aunque esa luz no sea mucha, caminará por las sendas del Cielo, si bien, por la escasez de la misma, le cueste mas trabajo hacerlo. Es lo mismo que quien camina por una tenebrosa oscuridad con la luz de un cirio, verá a duras penas, pero verá los pasos que debe dar para no perderse en la oscuridad.

Hay almas que tienen poca luz, pero tienen. No están exentas totalmente de luz y, algo les queda. Esas almas son multitudes porque son vuestras esposas, hijos, maridos, vecinos, hermanos, compañeros de trabajo, almas que algo de luz les queda. Por eso, ahora que aun no están en tenebrosas oscuridades, hay que rezar mucho por ellas y ofrecer sacrificios, porque si perdieran la poca luz que tienen, se quedarían en absoluta oscuridad y podrían perderse eternamente,

Hijos de Dios Altísimo, rezad por esas almas que tanta ayuda necesitan, porque sin estar en total oscuridad, pueden perder en un momento dado, la poca luz que tienen. Ya el mundo con sus invitaciones al confort, al deleite, puede apagar en un instante la luz de esas almas y llevarlas por caminos de perdición. Es el caso de muchos ancianos que viven sus últimos días en un desenfreno tal, que es vergonzoso, pues cuando mas deberían recogerse y vivir los últimos años o días en recogimiento y en estado de reconversión permanente, se apuntan a viajes y excursiones, donde el enemigo mortal de las almas, los incita al placer pecaminoso, la lujuria y a toda clase de excesos, para que los últimos días que les quedan de vida, se malogren y se pierdan para siempre.

¡Estad alerta!, no os dejéis engañar por goces mundanos y pecaminosos que os pueden corromper y haceros entrar, en una senda de tinieblas y oscuridades absolutas. Acudid a la Santísima Virgen Inmaculada, Esposa Mía, para que os de luz en abundancia. Ella que es la lumbrera mas grande de la Humanidad, después de Cristo, acudid a Ella con humildad y confianza. María luz de las almas no os dejará en tinieblas, si se lo pedís con perseverancia.

Yo, Espíritu de Dios os hablo. La paz del Cielo para todos aquellos que lean estos escritos.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Dictado del 7-12-07

Los acontecimientos del Cielo están en otra dimensión, de ahí, que tratar de explicarlos a mentes humanas es difícil, pues solo se comprenderían un débil reflejo de lo que allí sucede. Todas las maravillas del Cielo son inimaginables, es decir, que aunque las imaginéis, no os aproximáis ni siquiera débilmente a lo que son en realidad. Es como si en un vaso de agua quisierais meter la grandeza de un océano, es imposible, así sucede con las cosas del Cielo, que nada tienen que ver con las cosas terrenales.

Pero quien piensa para superarse a si mismo en un Cielo con todas las maravillas que a esa persona le guste desear o pensar, vale para evitar el pecado, pues por muy grandes y bellas que piense en las maravillas del Cielo, nunca llegaría a alcanzar lo que son en realidad. Ya el Apóstol Pablo no quiso arriesgarse a explicar en el plano humano lo que es el Cielo, a pesar de que el solo lo vio efímeramente.

Pasa lo mismo con el infierno, sus horrores son inimaginables. Por mucho que penséis en los horrores del infierno, no llegarais nunca a alcanzar hasta que punto. Imaginaos un dolor de muelas o de otra parte de vuestro cuerpo perpetuo, sin que los medicamentos ni ninguna otra cosa os lo pudieran quitar, sería horroroso, pues bien, ¿qué es un dolor de muelas perpetuo comparado con los atroces tormentos del infierno?, no es nada. Allí el dolor peor es el remordimiento que se tiene en el alma de haber perdido un Bien (Dios) tan grande por cualquier trivialidad.

No es Dios quien condena, sino que es el alma que no ha querido cumplir Sus leyes, es como el que quiere sacar un examen sin haber estudiado, no es el profesor quien lo suspende, sino el mismo al no haber querido estudiar nada, porque si el profesor lo aprobase, sería un profesor injusto. Así Dios por ser Justicia, no puede favorecer al que voluntariamente una y otra vez ha rechazado Su gracia, y voluntariamente ha querido mantenerse en su estado de pecado grave, (bien) porque ha renegado de Dios o se ha burlado de Sus leyes.

Hijos del Altísimo, la vida es muy corta para desperdiciarla y el bien eterno que perdéis es inmenso. Solos no podéis salir del pecado, pero Yo, Espíritu de Amor y Sabiduría, Espíritu de Fortaleza, os daré Mi gracia para que podáis posponer vuestra situación de pecado. Yo, Espíritu Divino, os hablo y os exhorto una y otra vez a la conversión verdadera. ¿No hacéis limpieza en vuestros hogares o despachos y tiráis lo que nos os sirve? Limpiad vuestras almas de podredumbre y erradicar aquello que no os hará ganar el Cielo, aquello que no os sirva para vuestra santidad, aunque sean pequeños vicios o malas costumbres. Yo, Espíritu de Amor, os hablo. La paz de Dios con vosotros.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Dictado del 6-12-07

El miedo a condenarse es ya una medida de prevención, porque quien teme algo no se expondrá temerariamente a sufrirlo.

A Dios hay que amarlo por Si Mismo, pero temerle y temer que por nuestros pecados podamos perdernos eternamente, es algo admisible. El miedo puede ser en muchos casos una virtud, ya que por temor no se arriesga el alma a perderse para siempre, y así, evita el pecado (poniendo) todo lo que esté de su parte. Es como el que va a nadar y no sabe hacerlo bien, no se arriesgará a adentrarse en el mar mas de lo que pueda dominar, porque si sabiendo que no nada bien se adentrase (en el mar), seria una temeridad por su parte, porque se expondría a ahogarse imprudentemente.

Yo Soy el Espiritu Divino, Yo os hablo por medio de este instrumento para enseñaros las sendas del Cielo.

Temer algo, si ello produce evitar el mal y obrar con rectitud, es un santo temor que viene del Cielo, porque es una conciencia de justicia que el alma tiene en si misma, y sabe que la condenación le podría venir por la justicia de Dios, es la practica de una gran virtud, la virtud de la justicia. Porque ese sentimiento no le viene de odio hacia Dios, ni mucho menos, sino de su conciencia de saber, que merece la condenación eterna, por lo que negó a Dios en esta vida y por sus deleznables acciones.

Es creer en la justicia divina, saber que Dios es Justo y paga en su justa medida, por tanto, el alma que por temor no peca o por miedo al castigo, es creer también en Dios, porque cree en Su justicia y en su propia indignidad. Es otro modo de dar gloria a Dios, de ahí, que quien por temor al castigo no peque, también le vale a Dios, porque en cierto modo, está creyendo en El. Es todo lo contrario de quien amparándose en Su misericordia lleva una vida de disolución y holgadez tal, que espera que Dios solo por el hecho de ser Misericordioso, le libre del castigo que sus obras merecen.

La misericordia de Dios hay que entenderla en que El suple allá donde las almas no alcanzan. De ahí, que alguien encadenado a un vicio y no pueda salir de el por lo arraigado que lo tiene, por su debilidad o por su situación, es cuando debe esperar todo de la misericordia de Dios, porque si el alma pone una y otra vez lo que esté de su parte, es cuando debe acudir a la misericordia de Dios, pues quizá Dios desee que en ese alma concreta, brille de forma especial Su misericordia. Son misterios del Cielo que poco a poco entenderéis.

El alma pecadora, por temor o por amor, debe poner todo cuanto este de su parte para salir del pecado, pues mas que el vencimiento del pecado, lo que Dios mirará y castigará o premiará, será el esfuerzo que puso por salir de su situación pecaminosa. Yo, Espiritu de Dios os instruyo. La paz del Altísimo (con vosotros) para siempre jamás.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Estad tambien pendientes de vuestros sueños

Los sueños de las almas son hechos que les suceden mientras duermen. No todos los sueños son verdad, pero si que muchos traen mensajes y anuncian lo que va a venir.

Actualmente muchas almas sueñan cosas y se levantan preocupadas como si lo que han soñado lo hubieran vivido. Yo Soy el Espíritu Santo y Me comunico a muchas almas también por los sueños, solo que el sueño, no todo el mundo lo sabe interpretar.

Ya en el Antiguo Testamento vemos como había sueños (1) que muchos tenían y que había que saber interpretarlos y, siempre había un siervo Mío que lo sabia interpretar. Hoy día se ha perdido mucho este carisma, aunque no del todo, pero los sueños traen a veces revelaciones importantes en forma de hechos, símbolos o sensaciones.

Un alma que hace oración puede llegar a saber interpretar los sueños, porque quien hace oración Me posee y Yo le doy luz y carisma para saber interpretar los sueños, aunque no todas las almas que hacen oración sabrán interpretarlos, pues si un alma que hace oración tiene un sueño, es muy posible, que ella misma lo sepa interpretar o entender, sino en ese momento, mas adelante.

Hoy se busca a adivinos o brujos para la interpretación de los sueños, personas que son fraudulentas y que se valen de esas acciones como medio de vida, pero no saben interpretar los sueños, mas bien, habría que buscar a personas de avanzada santidad para la interpretación de los sueños proféticos, que ya he dicho, que no todos los sueños lo son. Es la santidad de un alma la que sabe interpretarlos, no el brujo o adivino, porque un alma santa Me posee y Yo le doy Mis dones, don de ciencia y de sabiduría.

El Cielo también se puede manifestar a través de los sueños y hacer que una determinada persona reciba en sueños revelaciones y adelantos del futuro. De hecho, muchas catástrofes que han sucedido se han soñado anteriormente, pero como hoy en día las cosas del espíritu no se tienen en cuenta, se desestima este carisma que Yo, Espíritu Divino doy a determinadas almas.

Hijos de Dios Altísimo, estad también pendientes de vuestros sueños, ellos os pueden hacer cambiar el rumbo de vuestras acciones y, determinar otras decisiones que no preveíais. Pero os repito, que todos los sueños no son reveladores. Pedid Mi discernimiento para saber entender aquellos sueños que al despertar os dejaron la sensación de haberlo vivido. Yo, Espíritu Divino, os hablo.

(1) Multitud de veces se nombra en la Biblia los sueños.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Dictado del 28-11-07

Los santos deseos de las almas son muy gratos a Dios. Las almas que tienen grandes y santos deseos son almas que tienen el corazón limpio de impurezas y mezquindades. No puede salir de un corazón corrompido por el vicio o el pecado deseos nobles, porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mt 12,34)

De ahí, que podéis saber perfectamente el estado de un alma por sus conversaciones y deseos, porque si son carnales, impuros, materiales, podréis ver que no están en la línea de Dios. Para dirigir almas hay que analizarlo todo, desde el mas pequeño deseo, hasta el mas grande acto de amor o entrega a Dios bien por medio de las obras, promesas o votos.

Un sacerdote es el conductor de las almas que van al confesionario o incluso (trata) en conversaciones privadas, es como si el sacerdote cogiera el volante de un coche y lo condujera él, de ahí, que el sacerdote para no llevar por caminos erróneos a las almas y a otros sacerdotes compañeros, debe ser un alma de oración intensa, o él mismo, no sabrá caminar rectamente y puede caer en el error y el engaño.

Un sacerdote debe estar instruido en todos los puntos de la Iglesia Católica, para que con personas que se las dan de que saben mucho, no los confundan. Ellos deben tener en su biblioteca libros del Magisterio de la Iglesia Católica y de toda su tradición, Derecho Canónico, Catecismo de la Iglesia Católica, Biblia en su versión autentica, no vulnerada ni manipulada, y todo cuanto pueda servirle para la dirección de su Parroquia, almas y grupos de oración.

El sacerdote es pastor de muchas almas que son su rebaño y que muchas de esas almas, se dejaran guiar por él, por eso, la gran responsabilidad de un sacerdote que no esta bien instruido, vigorizado con la oración y bien preparado.

Cuando un alma acuda a él exponiéndole deseos contrarios a Mi Ley o Mi Evangelio, el sacerdote puede valorar perfectamente el estado espiritual de esa alma. Si un alma la viera por el contrario con deseos santos, nobles, magnánimos, el sacerdote debe sacar provecho de las disposiciones santas de esa alma, antes de que Mi enemigo mortal Satanás, le sugiera cosas contrarias a esos santos deseos.

Hijos y siervos Míos, quiero que seáis un grupo especial, una Hermandad de sacerdotes que se distinga por vuestra rectitud, sabiduría y buenos y sabios consejos. Yo, Jesús, siempre estaré al lado de cada uno de vosotros, apoyándoos y bendiciendo vuestra labor delicadísima contra la apostasía y errores de estos tiempos en Mi Santa Doctrina. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo y cuento con vosotros. Mi paz para siempre. Jesús.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Ángeles de la Guarda

El Ángel de la Guarda de cada uno, es un don muy grande que da el Cielo a cada alma desde el momento en que nace. No se ve, no se oye, pero el esta acompañando a cada alma durante toda su vida, hasta el último momento de la misma. Su misión es ayudarla en la pruebas de la vida y guiarla por sendas rectas de amor y fidelidad a Dios.

Cada persona tiene su propio Ángel, y cada alma, debería invocarlo en momentos de peligros, en la tristeza, en la pruebas, en todos los momentos de apuros que cada cual, padece en su vida. Hoy no se habla de los Ángeles Custodios, y sin embargo, son muy poderosos ante el Trono de Dios y, miran por el alma encomendada, celosamente.

Quien tenga devoción a su Santo Ángel Custodio tendrá un fiel amigo de por vida, pues el no deja al alma que lo invoque, en situaciones de apuros o de tribulación.

Los Ángeles alaban constantemente el Santo Nombre de Dios y, le dan gloria sirviéndole a El y a las almas. Quien desee dar mas gloria a Dios (en un momento determinado) y no pueda hacerlo por falta de tiempo, mande a su Santo Ángel para que lo haga por el. El Ángel velozmente acude a donde se le envía, pero para eso como para todo, hace falta la fe en el Ángel de la Guarda.

Quienes han acudido a sus Santos Ángeles en caso de necesidad, siempre se han visto atendidos por ellos, de tal forma, que ya no han dejado de servirse de ellos y de tenerles devoción.

Es una verdad de fe que los Ángeles existen y que Dios los pone a la custodia de las almas, si bien, otros muchos Ángeles tienes diversas misiones en el Cielo, no todos son Custodios y son multitud de espíritus puros los que existen.

La devoción del Ángel de la Guarda es tal que agrada mucho a Dios porque Dios desea que también a través de sus Santos Ángeles le glorifiquen y le ofrezcan cosas, como por ejemplo, oraciones.

El Ángel presenta a Dios las oraciones que a través de él, le ofrecéis y lo hace con esmero y amor, porque el alma que le ha dado esa orden, queda antes Dios en buen lugar. Invocad a vuestros Ángeles Custodios siempre que podáis, solicitando su ayuda y dándolos a conocer, porque cada día menos, se cree o se habla de estos santos espíritus, cuyas misiones son ayudar a las almas. Yo Espíritu Divino, os hablo. La paz de Dios con vosotros. Alabado sea Dios.

domingo, 25 de noviembre de 2007

A Tí Madre

Un día cuando el dolor me hería
y solo me encontré.
Cuando nadie mi pena comprendía
y en vano mendigué,
una sonrisa, una mirada, una palabra buena,
en el silencio de una Iglesia oscura
Te encontré.
Parecía escuchar tu voz llena de acentos
que calmaban mi pena,
mientras yo mi rosario desgrané.
Y al terminar el tiempo que corría,
en la sombra la luz, la paz, hallé.
Y que eras Tú mi Madre lo sabía,
cuando el rosario terminé.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Dictado del 23-11-07

Los dones que se dan a las almas y que se convierten en instrumentos del Cielo, son dones para el bien de la humanidad. Esos dones son como medios que el alma recibe para determinadas misiones, nunca para la gloria del instrumento. No pretendáis saber ni averiguar por qué Dios escoge a una determinada persona y a otras de más virtud o preparación, no. Por qué (el Cielo) escoge a personas insignificantes en la sociedad y no a Obispos o grandes licenciaturas.

Siempre ha habido dones e instrumentos de Dios, pero actualmente proliferan más porque las necesidades de la Iglesia son mayores. Yo Espíritu Divino suplo en donde es necesario y, acudo siempre en zonas o lugares donde un don Mío es necesario.

Es verdad que mucha gente no cree en estos dones y los que menos creen son los sacerdotes, pero el don, a la larga se termina viendo que es autentico, sobre todo, si la persona que lo recibe lo envuelve y protege en un ambiente de oración y renuncias. El alma que recibe un don debe ver que es una vocación específica que recibe del Cielo, y debe cambiar de vida, de costumbres, de todo. Porque el don es algo muy delicado y Satanás también quiere utilizarlo para sus artimañas, de ahí, que la persona que recibe un don, debe vivir una intensa vida de oración y de renuncia de las cosas del mundo, incluso las licitas.

El don es para edificar a las almas, para atraerlas hacia Dios, para darles más oportunidades de salvación. El don es un gran regalo del Cielo, no para el instrumento, sino para quienes lo aceptan y, todo lo que un instrumento escriba o diga, como mediador o mediadora del Cielo, no puede ir nunca en contra de la Biblia, Evangelio o Magisterio de la Iglesia, pero sí puede recibir cosas que amplíen un dogma o texto evangélico, lo enriquezca o de mas luces al respecto.

Que lo que se reciba privadamente enriquezca la revelación pública es admisible, porque Dios, quiere ampliar horizontes y dar más conocimientos en temas que ya existen y están en las (Sagradas) Escrituras. Así la devoción al Sagrado Corazón es una revelación privada que enriquece la revelación publica, y lo mismo otras revelaciones como la de las Santas Llagas.

Analizad las cosas que se reciben por medio del instrumento y, aunque se descubriera algo que no encaja con lo ya revelado públicamente, eso no quiere decir, que el instrumento sea falso, a no ser, que el error se diera asiduamente. Yo Espíritu de Amor os hablo. Mi paz con vosotros.

Dictado del 23-11-07

Los hechos de la vida son acciones que quedaran para toda la eternidad en la mente de Dios. Todo lo que hace un alma queda para siempre en los anales de la eternidad, y así, quien obra bien queda en los anales (eternos) las obras buenas que hizo, y el que obra mal, queda para toda la eternidad escrito el mal que hizo, es lo que vosotros almas llamáis: El libro de la Vida.

Todo queda registrado en la memoria eterna (presente eterno)de Dios, allí todo consta, lo bueno que hicisteis y lo malo que hicisteis y el bien que dejasteis de hacer. Por esos hechos que quedan registrados y que en cada acto consta la identidad del alma que lo hizo, Dios juzga y, no se le escapa ni el más leve respiro bueno que hicisteis, ni el más malo deseo o pensamiento que tuvisteis. Es como una cuenta de ahorro, en ella se mete el capital que tenéis, el bueno y el malo, el bueno para dar buenos frutos y el malo para quedar como deudas que debéis al Cielo.

Es difícil de explicar esto de forma que con vuestra mente humana lo entendáis, pero lo que os quiero decir, Yo Espíritu de Amor, es que todo queda registrado para siempre jamás.

Esforzaos en que las acciones de vuestra vida terrenal sean santas, acciones buenas de gran valor espiritual, para que esas acciones buenas, compensen después en el Mas Allá, el mal que hicisteis o el bien que dejasteis de hacer. La devoción a María Santísima es un bien inmenso, cuando esta, es de corazón y se le honra a través de sus devociones como son: el rosario, nove-nas, triduos, lectura etc. Esta devoción a la Madre de Dios compensa mucho el mal que hicisteis y el bien que dejasteis de hacer, porque Ella lo que recibe de vuestro corazón, lo aplica al bien de la Santa Madre Iglesia y al bien de las almas o colectivos especiales, como pueden ser niños o sacerdotes.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús lo mismo. Cuando es de corazón es un bien inmenso a las almas y da gloria a Dios, la gloria que vuestros pecados o malas acciones le quitaron. Y la devoción a la Eucaristía es algo inefable, es una fuerza muy grande para la Santa Madre Iglesia, porque la fe en la Eucaristía es algo tan grande y heroico, que excede a todas las demás devo-ciones. La fe en la Eucaristía es una vida para el alma tal, que quien la vive, vive una espiritualidad o camino de santidad inigualable. Así, oír la Santa Misa, la Hora Santa, la reparación, la adoración, es todo un programa de espiritualidad intenso, si se vive con fe en Dios y amor a Dios.
Muchas almas no necesitaron mas par salvarse y llegar en la otra vida a altos grados de gloria, porque es un bien inmenso que se le hace a la Iglesia y a todos sus integrantes en la Comunión de los Santos.

Yo, Espiritu Divino, os hablo para instruiros, para daros a conocer el ver-dadero valor de las cosas de Dios.
La paz del Altísimo para quienes lean estos escritos.

jueves, 22 de noviembre de 2007

El Peregrino

Por un áspero camino
un cansado peregrino
busca la felicidad,
y cuantos al paso halla
todos le dicen que vaya
¡Más allá!

Y entra por los estrados
de los palacios dorados
buscándola con afán,
y entre el rumor de la orgía
siempre una voz le decía
¡Más allá!

A gentes de las montañas
pregunta si en sus cabañas
con ellos habita la paz,
y ellos bajan la cabeza
y le dicen con tristeza
¡Más allá!

Penetra con desaliento
por los claustros de un Convento
y se postra ante un altar,
y entre el rumor de las preces
oye a veces ¡solo a veces!
¡Más allá!

Por fin en el Camposanto
Con ojos llenos de llanto
busca la felicidad,
y una figura huesosa
le dice abriendo una fosa
¡Más allá!

Dictado del 22-11-07

Los hijos de Dios se deben reconocer por su forma de vida. No se puede decir que se es hijo de Dios o de la Santa Madre Iglesia y comportarse peor que un pagano. La vida cristiana es una vida de santidad creciente, y cada día, se debe subir de peldaño, no se puede quedar estancado en el mismo lugar, cada día, se debe vencer alguna batalla y mejorar en la vida cristiana.

Yo Soy el Espíritu Divino que os habla para instruiros en las cosas de Dios. Debéis ser cada día mejor, y proponeros vencer constantemente, vuestros vicios y flaquezas y no conformaros con la mediocridad, aunque viváis en estado de gracia.

El alma que no tiende a la perfección o no se esfuerza en ello, es un alma mediocre que poco progresará en la vida de santidad. Es un alma que en las pruebas puede hundirse, porque no se esforzó en los días de bienestar en mejorar su relación con Dios. Por eso, muchas almas cristianas se hunden y hasta pierden la fe en las pruebas, porque no se esforzaron en mejorar, cuando tenían fuerzas. Pero el alma que se esfuerza, luego supera fácilmente la prueba, si bien, no por eso deja de sufrir, pero el sufrimiento no le hunde en la depresión o en la pérdida de fe.

La relación con Dios cada día debe ser un vencerse, no solo en las cosas grandes o faltas muy destacadas, sino, en las cosas pequeñas, y este vencerse, debe ser diario, en cada instante, hasta hacer del vencimiento una costumbre.

Así, por ejemplo, quien fuma debe vencer cada cigarrillo para que no sea el cigarrillo, quien le venza a el o ella. Así, quien tiene pereza al levantarse, debe vencer y tratar de hacerlo con diligencia y no dejarse llevar de la pereza, y esta lucha, en todas las circunstancias. Quien tiene un carácter fuerte o colérico, debe vencerlo en cada situación que se le presente la cólera, porque la santidad es eso, un vencerse constantemente en todas las cosas. Y quien pone empeño en vencer lo pequeño, vencerá también lo grande.

No se puede llegar a santo o santa si no ponéis de vuestra parte todo lo que es necesario, y allá donde mas lo necesitéis, la gracia de Dios actuará. Pero debéis de pedirla también, porque a Dios le gusta que reconozcáis vuestras limitaciones e impotencia humildemente ante El, y El, no os negará lo que humildemente le pidáis. ¿Negáis vosotros un trozo de pan a vuestros hijos si os lo piden, o le dais a cambio una piedra? Y si vuestros hijos os piden un huevo ¿le dais un escorpión? (Lc 11,11)

Pedid a Dios su gracia y ayuda y El os la dará. Yo Espíritu Divino os hablo. La paz de Dios Altísimo con vosotros.

domingo, 18 de noviembre de 2007

¡Dadme de beber!

¡Dadme de beber!
¡Dadme de beber!
¡Dadme de beber!

No sois del mundo, sois Míos

¡Hijos míos! sacerdotes de Mi Corazón, vuestro ministerio es sagrado ¡sagrado! y no debéis olvidarlo. No sois del mundo, sois Míos, Me pertenecéis desde el día que os ordenaron. Estáis a Mi servicio, no al servicio vuestro ni de las cosas mundanas.
(Palabras de Jesús a los sacerdotes)

sábado, 17 de noviembre de 2007

El poder de los sacerdotes es incalculable

Un sacerdote debe ser algo diferente. Ellos deben ser focos de luz en la sociedad, porque Dios, les da Su luz para que iluminen a las almas que andan perdidas, por los caminos del mundo. Un sacerdote debe predicar los dogmas y misterios de la fe católica y no inhibirse ante nada ni ante nadie, porque Yo, Jesús, le pediré cuentas de cómo me haya representado en su ministerio.

Los sacerdotes tienen ante Mi un grandisimo poder, pero su falta de fe hacen que no se valgan de este poder, porque no creen en Mi, ni en Mis gracias. Creen en Dios, sí, pero no creen que Yo estoy vivo entre ellos.

El poder de los sacerdotes es incalculable, ellos podrían parar sequías, ellos podrían parar catástrofes, ellos podrían vencer enfermedades y ¡tantas, tantas otras cosas podrían!

Ellos pueden vencer a los demonios y todo mal que venga de ellos (de los demonios) porque Yo, Jesús, les otorgo ese poder pero para que Mis obras las sigan en el correr de los tiempos (1). Sin embargo, hoy día los sacerdotes no edifican, no dicen nada a la sociedad, son como otros trabajadores mas que cumplen con su deber, pero no despiertan a las almas, nos las movilizan a obrar el bien, no las convencen, porque ellos mismos, muchas de las cosas que dicen, no están convencidos.

Hijos, sacerdotes de Dios, ministros Míos, Yo os quiero con fe viva y amor ardiente para que actuéis en la sociedad y convenzáis a las almas. Mi gracia nunca os va a faltar, ni siquiera, aunque estéis en pecado, pero es necesario que creáis en Mí y en Mi Presencia Real en la Eucaristía, y viváis esa Presencia cada vez que celebréis la Eucaristía o algún otro sacramento.

Tengo mucha ilusión y empeño en esta Liga de sacerdotes, donde se os dirigirá desde el Cielo, de ahí, que vuestra alma recta y con luz, acepte el medio por el que vais a ser dirigidos y la Cabeza que ha sido escogida. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y bendición para vosotros por siempre jamás.




(1) La obras que el Señor hacia cuando estuvo en la tierra que pasó haciendo el bien.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Dictado del 15-11-07

Aquel día fue para Mí un día especial. Mi Corazón latía fuertemente de inmenso amor. No se daban cuenta Mis apóstoles, pero Mi apóstol Juan, notó que algo muy grande pasaba en Mi interior. Era un acto muy grande de amor que hacía por la Humanidad. Yo sabía que ibais a necesitarme, y como no podía quedarme en Persona, me quedé en la Eucaristía en el Pan Sagrado y Santo, que alimenta vuestras almas. Era jueves como hoy, día en que instituí la Eucaristía.

Di a Mi hijo Braulio que Me agrada mucho que este día repare este Augusto Sacramento, y a vosotros hijos Míos que participáis en la reparación, os digo que Me sirve de gran consuelo vuestros rezos y que esperamos Mi Madre y Yo deseosos que Nos lo hagáis, para Nuestro consuelo.

Yo Soy Jesús, el Pan Vivo bajado del Cielo. Yo amo a todo aquel que Me busca y cree en Mí, pero también amo a todo los que no creen en Mí. Yo Soy todo Amor, de Mí mana todo amor verdadero. Mi amor no es egoísta, no es calculador, no es interesado. Mi Amor Divino es desprendido, generoso, es el mejor don que os puedo dar: Amor Divino.

Conociendo este don ya no deseáis ninguna otra cosa, porque este don, os suple todas vuestras carencias y todas vuestras necesidades. Quien tiene la dicha de gustar el Amor Divino, de saborearlo, ya no quiere ninguna otra cosa.

Hijos, ¿por qué no Me creéis? ¿Por qué dudáis de que Yo, que Soy Dios, y un Dios de Amor, solo os puede dar la felicidad que tanto anheláis? Creéis que Mi trato es aburrido, ñoño, pesado, pero si gustaseis de vivir unidos a Mi, visitándome en Mi Sagrario, ofreciéndome vuestras miserias, veríais que Yo os sacio y, os doy esa felicidad que tanto deseáis.

Va a pasar vuestra vida sin haber experimentado el trato con Dios, sin haber tenido ninguna experiencia de Dios. No hijos, no lo permitáis, nunca es tarde para venir a Mi que Soy Amor, y Yo os espero con anhelo. Hijos os llamo, os espero, os busco, venid a Mi y no busquéis gozos donde no los vais a encontrar. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y amor con todos los que lean estos escritos. Jesús de Nazaret.

martes, 13 de noviembre de 2007

Soy el Sediento Perpetuo





Soy el Sediento Perpetuo.
Nadie se compadece de Mí.
¡Dadme de beber!


lunes, 12 de noviembre de 2007

Carta de Jesús a una madre que perdió a su hijo, por un accidente

Amada de Mi Corazón, Yo Soy Jesús de Nazaret, en quien tu crees. Yo me he llevado a tu hijo, porque no quería que el mal en el que estaba metido, llegara a más, pues Satanás, quería hundirlo para toda la eternidad. Pero Yo, Jesús, que Soy Amor, no podía permitir que tu, Amada Mía, pasaras toda la eternidad separada de tu hijo, y así, ahora el está purificándose de todo el mal que ha vivido, y de todo el bien que ha dejado de hacer.

El ahora ha comprendido que la vida es un paso que Yo otorgo a las almas para que ganen el Cielo, es una prueba que el Cielo da para que el alma escoja libremente, el camino de Dios o el camino del Infierno. Tu hijo, tal y como te ha dicho mi instrumento, se ha salvado, pero estará por mucho tiempo purificándose. El recibe con gran consuelo todas las oraciones que le ofrecen y le ayudan, en su dura purificación, pero hija, busca sacerdotes santos y almas buenas para que recen por tu hijo, porque cuanto mas santa es un alma, mas valor tiene la oración que ofrezcan como sufragio, al alma del Purgatorio.

Es como un anillo de oro, si el oro tiene muchos quilates, más valor tiene, eso pasa con la oración de las almas santas, que tiene más valor un Avemaría de un alma santa, que un Avemaría de un alma mediocre. Hija, no dejes nunca la Eucaristía, porque ella te ayudará a ti a subir en la eternidad mas grados de gloria, y además, repararas tus pecados y el bien que hayas dejado de hacer. Ve siempre a Misa, tanto si puedes como si no, (1) solo cuando una enfermedad te lo impida, deja de ir, pero entonces, ofrece desde tu lecho o lugar donde te encuentres, las Eucaristías de todo el mundo.

Me agrada hija que vayas a la Sede de Mi Sagrado Corazón y que trabajes poco o mucho por Mi Reinado, Yo pago muy bien lo poco o mucho que Me hacen, Soy un Amo que paga con creces lo que por Mi hacen. Hija, que Mi Madre sea para ti el consuelo de tus lágrimas, el refugio de tus penas -que las tendrás- pero que Ella sea tu refugio y Mi Sagrario sea para ti, una cita continua.

Ven hija a visitarme, estoy muy Solo y Abandonado, la gente se afana en sus cosas y se olvida de Su Dios y Su Redentor. No sea este tu caso, ven hija, Yo te espero, y allí, cuéntame tus preocupaciones y deseos, que Yo no Soy sordo.

Te ama y te da Su paz, Yo, Jesús de Nazaret.

(1) El Señor quiere que nos esforcemos en ir a Misa, cada día, por encima de todo.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Los gozos se dilatan constantemente

El Cielo es un lugar de gozo eterno. Allí no existe ni un ápice de tristeza. Allí todo es bello, todo sublime, y todo está lleno de armonía. Cada alma bienaventurada goza con la vista de las otras almas bienaventuradas, y a cada una, se le ve con el emblema que le hizo ganar el Cielo.

Unas llevan el color del martirio, otras el color de la enfermedad, otras el color de las penas que padeció en la tierra, cada emblema o color, es su identidad personal en el Cielo.

Si vierais solo un instante pequeñísimo lo que es el Cielo, moriríais de amor fulminantemente, porque es tanta la dicha que allí hay, que nadie ha podido imaginársela con mente humana.

Yo Soy el Espíritu Santo que os hablo. Allí en el Cielo está el Trono Glorioso de la Santísima Trinidad y muy cerca de Nosotros, el Trono de María Santísima, rigiéndolo todo en la Tierra, porque Su Mirada Inmaculada se posa en este planeta, y pide incesantemente, gracias y dones para el.

La belleza del Cielo no tiene comparación con la belleza de la Tierra. Allí son los grandes y santos deseos los que se convierten en flores celestiales. Allí las buenas obras son gozos de los bienaventurados. Allí va a parar todo lo bueno y noble que hay en el hombre, transformado en gozos para los bienaventurados. Allí las Eucaristías son gozos infinitos para los bienaventurados, y los gozos, se dilatan constantemente, porque nunca tienen fin.

Hijos de Dios Altísimo, aspirad a los bienes celestiales. Gustad de las cosas del Cielo que son eternas y dichosas. Desead el Cielo, obrad santamente para ganarlo, porque no podéis imaginar lo que Dios Altísimo tiene reservado para los que le aman, y cumplen en todo momento, Su Santa Voluntad.

Yo, Espíritu Divino, os hablo y os instruyo. La paz de Dios Altísimo con vosotros.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Dictado del 8-11-07

Hoy no se cree en nada de lo que el Cielo da. Los dones extraordinarios, los carismas, visiones, profecías, no se creen, y sin embargo, nunca han proliferado tanto. Hoy se cree en el marketing en las cosas del mundo, en las cosas terrenales, pero las celestiales, aunque se vean o se oigan, no se creen, y dicen, que son inventos o sugestiones de los instrumentos.

Esto a Mi Me resulta muy doloroso, porque Yo me vuelco en dar dones, carismas, movido por Mi gran amor a las almas, pero las almas no creen lo que doy, no analizan los escritos, y hasta los censuran.

Veo a Mi creación encaminarse a la perdición eterna y no quiero cruzarme de brazos, quiero salvar el máximo posible de almas, y por ello, Me manifiesto por todas las partes del mundo. Muchas almas que leen estos escritos y los rechazan, les quedan horas de vida y, ellas no lo saben. Podían cambiar el rumbo de su destino eterno solo con poner en práctica lo que han leído, y no lo hacen.

Ni aunque se les apareciera su Ángel de la Guarda para decirles que pospongan su actitud de pecado, y pidan a Dios perdón por ellos, ni así, creerían en esa manifestación, ni pospondrían su actitud.
Hijos Míos, Soy Yo, Jesús de Nazaret, quien os habla por medio de Mi instrumento y con que pena lo hago. Mi Madre y Yo sufrimos inmensamente vuestro extravío, vuestra ceguera, vuestra falta de fe, y vemos, como vais rectos a la perdición eterna, porque no queréis dejar de pecar ni pedir perdón a Dios en la confesión, por los pecados tan graves y extensos que anidan en vuestra alma.

No diréis que no os he dado oportunidad de salvaros, pero una y otra vez, rechazáis la gracia, y así, moriréis en Mi desgracia. Hijos, ¡que dolor! para Mi que Soy el Salvador de las almas, ¡que acerbo dolor en Mi Divino Corazón!

martes, 6 de noviembre de 2007

Petición del Señor

Quisiera tener en todos los rincones de la tierra, almas que Me den consuelo, Yo las suscito y, deseo que en sus tareas diarias, se desconecten un
instante y Me den amor y consuelo.

Os llamo al arrepentimiento

Hijos Míos, Yo, Jesús, os hablo. Todo mal será pagado de una foma u otra, no se quedará impune ningún mal que se haga voluntariamente, porque entonces Mi Justicia, sería burlada. Es cierto, hijos Míos, que Yo Soy infinita Misericordia y que Mis juicios no estarán exentos de Mi grandísima Misericordia, pero hay males con tanta malicia y voluntad de querer hacerlos, que Yo que también Soy infinita Justicia, los juzgaré y les daré el castigo concerniente a tanto mal.

Pero hijos, vuestro arrepentimiento sincero de vuestras espantosas acciones, aquí en esta vida, os libraría de muchos y grandes castigos, castigos que para muchas almas los sufrirán ya en esta vida.

Os llamo al arrepentimiento y se que vosotros mismos no podéis salir de vuestro pecado, pero Yo no os negaré Mi gracia, si vosotros Me pedís que os ayude a salir del pecado. Cuando un alma no sale del estado de pecado gravísimo en que se encuentra, cada vez más, se encuentra mas esclava del pecado, del mal, y cada vez más profundamente, se mete en ese pozo del que se encuentra.

Hijos, Mi Santa Madre desea que la invoquéis y le pidáis ayuda, y Ella, no os hará esperar su poderosa ayuda, para que salgáis de vuestra situación de pecado. A muchos de vosotros os repugna vuestra misma vida, os veis tan despreciables e impregnados de tanto mal, que a vosotros mismos os repugna vuestra situación, por eso, pedidme ayuda a Mí o a Mi Madre, porque no se os negará.

A muchos (otros) vuestros pecados no solo no os repugnan sino que los buscáis libremente y no os saciáis de pecar, haciendo acciones deleznables y tan execrables que claman al Cielo su justicia. Yo os hablo, el Salvador de las almas, el Redentor del Mundo. Sigo siendo Salvador y deseo salvaros a cada uno en particular, porque cada uno en particular, necesita que se le trate de una forma diferente y, deseo que Me pidáis de corazón, que os de la gracia para salir del pecado y pongáis vosotros lo que esté de vuestra parte.

Si, hijos, no esperéis mas, ¡convertíos! ¡convertíos! y volved a las leyes de Dios, que serán vuestra salvación el cumplimiento de las mismas. Yo, Jesús, os hablo. Os doy Mi paz a todo aquel que lea este escrito y lo acepte en su corazón. Yo, Jesús de Nazaret.




sábado, 3 de noviembre de 2007

Aprended de Ella

Ave Maria
Ella elevaba Su Corazón a Mi Padre y le anegaba de ardiente amor y adoración. Aprended de Ella como Maestra de Amor, porque Su Corazón era una “tea ardiente” por el amor a
Dios y el bien de las almas.
(Palabras de Nuestro Señor)

Dictado del 3-11-07

El cielo es algo que lo alcanzan aquellas almas que pasan satisfactoriamente sus pruebas en esta vida. Cada alma, ya desde que nace, tiene alguna prueba que superar. Así sucedió con los ángeles y así sucede con los hombres. Nunca Dios da una prueba por encima de la capacidad de la criatura.

La prueba siempre es factible que la superen, no sin poner todo lo que esté de su parte, y aun así, la gracia de Dios nunca dejará de tenerla, porque Dios sabe que sin su auxilio el alma sucumbiría.

Cada persona tiene su prueba específica. Lo sacerdotes como tales, los padres y madres como tales, los consagrados como tales, porque la prueba superada, puede afianzarle aun mas en su estado o vocación y hacerles crecer en méritos o santidad.

Cuando un alma se ofrece a Dios como víctima, generalmente es escuchada, porque ese ofrecimiento sincero, hecho de corazón, suele ser inspirado por Dios Mismo, y es Dios quien escoge a las almas que desea como victimas y no al revés. Pero El necesita su consentimiento y, el deseo verdadero de querer ser víctima por la gloria de Dios y bien de las almas, lo inspira el Mismo Dios y es la rúbrica del alma, es decir, su consentimiento.

Yo Soy el Espíritu Divino, os hablo para instruiros en verdades de fe. Hay muchas cosas y misterios que desconocéis porque no han sido revelados, o porque no han sido desmenuzados. Yo deseo que las almas estén bien instruidas y preparadas, para que todas sus acciones sean eficaces y fructíferas en las Comunión de los Santos. Debéis invocarme a menudo en vuestros actos de piedad o religión, para que Mi luz os alcance.

El Cielo busca almas victimas, almas que quieran inmolarse para reparar tanto mal y para el bien de otras almas. Es un acto inmenso de amor no solo a Dios, sino a las criaturas, porque nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus hermanos. Y aunque la inmolación vaya dirigida a Dios, también se benefician de ella otras muchas almas, porque la generosidad infinita de Dios y su Providencia, no se guarda para El solo, el bien que alguien le ofrezca. Dios todo lo tiene en plenitud y no necesita nada de las criaturas, por eso, El aplica esas inmolaciones a otras almas, que careciendo de méritos, están a punto de perderse eternamente.

Hijos de Dios Altísimo, ¡sed generosos y ofreceos como victimas por el bien de la Santa Madre Iglesia y sus hijos! Por el bien de los sacerdotes, del Papa, de los cardenales, de los obispos, de todas las almas, porque aunque vuestra inmolación sea por una determinada intención o colectivo, alcanza a Dios que le da gloria, a vuestra alma que la llena de méritos, al colectivo por el que os ofrecéis, sean sacerdotes o algún alma determinada, y alcanza a la Santa Madre Iglesia que engrosa la balanza del bien, en detrimento del mal.

Yo, Espíritu de Dios, os hablo. La paz sea con vosotros.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Dictado del 2-11-07

Hoy no os quiero decir nada que os duela, nada de reproches. Hoy, hijos Míos, os quiero decir que también tengo muchas almas, muchísimas, que Me dan consuelo constantemente. En Mis conventos, en Mis parroquias, en Mis asociaciones, en oficinas, en hogares, en centros de trabajo. Si, hijos Míos, también recibo de Mis criaturas consuelo y amor.

Y por esas almas que ME CONSUELAN, QUE CREEN EN Mi, (1) que piensan en Mi y tratan de santificarse con el deber de cada día, Yo perdono muchos males que vendrían a este planeta, por causa del pecado. Enfermedades aun peores que el sida; castastrofes donde morirían muchos niños; diluvios torrenciales. Pero en reconocimiento a esas almas que en el silencio de sus trabajos Me aman y Me honran, Yo, el Salvador del mundo, detengo muchos mas males que vendrían a la tierra.

Porque hijos, un suspiro que hagáis por Mi, no dejo sin recompensa. Una jaculatoria que Me ofrezcáis a Mi o a Mi Madre, la hago fructificar. Todo lo que Me hacéis de corazón Yo lo bendigo y lo multiplico para el bien de las almas. A veces ese bien alcanza también a Mi Iglesia Purgante, y Mis ánimas del Purgatorio reciben consuelo por el bien que vosotros hacéis, al tenerme en vuestros pensamientos en las tareas cotidianas.

Hijos, a Mi no se Me escapa nada y todo llega envuelto con el amor que Me tengáis. Y lo mismo que un regalo si se envuelve con un precioso papel es más aceptable, así, si la jaculatoria o el padrenuestro que recéis aisladamente, en vuestros trabajos, si lo envolvéis en vuestro ardiente amor, lo acepto con más agrado y Me consuela más.

Yo, Soy Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo, Hijo de María.

Mi Madre Me amaba en cada instante y en cada instante elevaba Su Corazón a Mí como Dios y Señor que era, aunque también era su Hijo. Ella vivia mas en el Cielo que en la tierra. Ella elevaba Su Corazón a Mi Padre y le anegaba de ardiente amor y adoración.

Aprended de Ella como Maestra de Amor, porque Su Corazón era una “tea ardiente” por el amor a Dios y el bien de las almas. Quisiera tener en todos los rincones de la tierra, almas que Me den consuelo, Yo las suscito y, deseo que en sus tareas diarias, se desconecten un instante y Me den amor y consuelo.

Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y Mi amor para siempre jamás con vosotros.



(1) Las letras se ponen solas en mayúsculas.