jueves, 19 de noviembre de 2009

Pero Yo, Jesús Misericordioso, no los dejo y los llevo también en Mi Corazón. Yo los acepto con sus vicios y adicciones y los amo así

Sensaciones de paz tienen muchas personas que viven alejadas de Dios y buscan la paz en adiciones de drogas u otras cosas. Yo, Jesús, os hablo.

Son muchos los que creen que han encontrado la paz y la felicidad en sustancias alucinógenas pero no es así. Esas personas viven en un bajo mundo, y cada vez, se hunden más en ese mundo donde buscan la felicidad y un estado que solo Dios Altísimo les puede dar. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, no juzguéis a quienes se drogan o viven enganchados en un vicio, porque son hermanos vuestros que se equivocaron de camino, y en vez de escoger el camino que conduce a Mí, escogieron el opuesto a Mí, por eso hijos Míos, tenedles mucha compasión porque también en ellos estoy Yo, y pensad que vosotros podríais haber sido uno de ellos.

Esas personas que están atrapadas en las oscuridades de un vicio, merecen vuestra compasión, amor y misericordia más que nadie, pues llegaron a esos extremos porque buscaban ser felices y se equivocaron. Ahora cargan con las consecuencias de su error y algunas se santifican en ese camino. Sí, hijos sí, se santifican bastantes de ellos porque cargan con una pesada cruz y tienen que soportar la marginación y desaires de sus contemporáneos y sentirse solos, olvidados y rechazados, porque a muchos hasta sus familias los dejaron. Yo, Jesús, os hablo. Pero Yo, Jesús Misericordioso, no los dejo y los llevo también en Mi Corazón. Yo los acepto con sus vicios y adicciones y los amo así.

Es cierto hijo Míos, que otros están en esas situaciones porque rechazaron Mi gracia y porque son impíos y no desean ninguna clase de santidad. Viven por y para el cuerpo y le dan toda clase de deleites, pero a esos solo los conozco Yo, de ahí, que no rechacéis a ninguno, porque muchos, muchos de esos pobres desgraciados que son victimas de esas adiciones, pronuncian Mi Santo Nombre con más amor, veneración y respeto que muchos de vosotros que os creéis (buenos) cristianos. Yo Jesús, os hablo.

Pedid a Mi Santa Madre por esas criaturas que también son Sus hijos. Recordad al Buen Ladrón y como Me pidió que no lo olvidara en Mi Reino, pues esto mismo os pido Yo a vosotros, no os olvidéis de los drogadictos, de los alcohólicos, de los que caen una y otra vez en vicios, en sendas de oscuridad, porque por ellos Yo También di Mi Preciosísima Sangre y los tuve presentes en Mi Cruz. Yo, Jesús, os hablo. La paz sea eternamente para todo aquel que leyendo estos mensajes los pone en práctica.