sábado, 8 de septiembre de 2007

Amar, es saber perdonar y olvidar



¡Dadme de beber!
Estoy sediento de amor verdadero.
¡Dadme de beber!

Dictado del 8-9-07

Nadie puede decir que sabe amar, porque no es verdad. Amar es saber perdonar y olvidar. Amáis a quienes están en vuestro entorno que son amigos y conocidos, pero ¿quién ama a quien le ha hecho mal? Y esta es, sin embargo, la doctrina bellísima que trajo Cristo a la tierra y que tanto caracteriza al cristianismo.

Si a alguien le hicieran un inmenso daño o un mal irreparable, ¿amaría al causante? Quizá lo perdonaría, quizá lo olvidaría, pero ¿lo amaría? Pues Cristo así lo hizo, perdonó, amó, y olvidó. Abogó desde su tormento por sus crueles enemigos. Pidió al Padre perdón por ellos, ¿podían pensar esos verdugos que iban a tener semejante Mediador ante el Padre? Cristo se esforzó para poder pronunciar dolorosamente (físicamente) las palabras, pues hablar desde el patíbulo de la Cruz le era muy doloroso y sin embargo, aumento su acerbo dolor para pedir perdón para esos hombres que tanto se ensañaban en torturarle.

Hoy día sucede lo mismo, Cristo sigue mediando por todos los pecadores, los más empedernidos, los más maliciosos. El no es Mediador solo de los que caen, pero lo aman, sino que El es Mediador igualmente, de aquellos que lo odian, que no quieren tener que ver nada con El. Esto si es saber amar. Esto si es amar. Porque Cristo todas las lecciones que dio a las almas, son lecciones únicas en la historia de la humanidad.

No podemos decirle a Cristo: “No me pidas tanto Señor, que me ha hecho mucho mal, lo perdono, pero no puedo amar a ese que mató a mi hijo, por una imprudencia en la carretera, que pudo evitarse; No puedo amar a ese hombre que violó a mi hijita; No puedo amar a esa persona que quemó intencionadamente mi hacienda...” Y sin embargo, Dios os pide que améis a vuestros enemigos y, El es el primero en cumplir esto.

La doctrina de Cristo es única, no existe otra igual, ni existirá. Es una doctrina de “amor y perdón”. Por eso, a vosotros pecadores que lleváis una vida de disipación, de vicio, de crímenes, id a Cristo que os ama. Por graves que sean vuestros pecados, por mucho que hayáis desperdiciado las gracias, Cristo es Amor e intercede ante el Padre Celestial por vosotros.

Es difícil creerlo pero es verdad, Yo Espiritu de Amor y de Verdad, os lo comunico. No es una utopía, no es una fantasía, es una verdad que hay que creer de la fe católica. No la olvidéis. Judas la olvidó, no cometáis, almas pecadoras empedernidas, el mismo error que Judas. CRISTO ES AMOR.