sábado, 22 de agosto de 2009

Sed perfectos, sed respetuosos con Mi Santo Cuerpo y con el Altar

Palabras y más palabras dicen muchos de Mis sacerdotes en sus homilías, pero que no llevan a las almas a nada aceptable. Hablan y hablan como si ellos fueran muy doctos, pero ellos deberían de aplicarse las palabras que dicen, si es que las entienden ellos mismos, porque se creen al igual que los fariseos, que porque hablen mucho son más eruditos y son más importantes.

Mis fieles salen de las iglesias más vacíos que entran, han estado una hora en la misa y han pensado en todo menos en el Santo Sacrificio del Altar, porque algunos sacerdotes celebran con tanta trivialidad que no transmiten ni devoción, ni recogimiento, ni nada.

No digamos ya la misa de los niños, esas misas son horrendas y Me desagradan. Son misas carentes del sentido de lo sagrado, llenas de ruidos, de jaleo, sin nada que diga que Yo estoy ahí vivo en la Sagrada Eucaristía. Los niños la toman a algarabía, a juerga, y van a misa como quien va a un recreo de la guardería. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, sacerdotes de Dios. Vivid santamente vuestro ministerio en unión Conmigo, para que sea fructuoso. Sed perfectos, sed respetuosos con Mi Santo Cuerpo y con el Altar. Que os vean en vuestros movimientos entregados a Mí y con fe, porque si no es así, asolareis más que edificareis. La misa dominical que va muchas más gente debe ser cuidada en todos los aspectos. En las canciones que se escojan en el coro, en las personas que lean Mi Santa y Divina Palabra, en las personas que pasen el cestillo, en todo, para que no sea una censura y un comadreo entre Mis fieles.

Cuidad todos los detalles, el altar, las velas, las flores, todo, y no os toméis con tanta ligereza vuestro deber ministerial, porque os aseguro, que os pediré cuenta de cada misa y de cada instante de la misma. No seáis negligentes, ni mediocres. Cuidad vuestras homilías sin hacerlas pesadas y hacedlas inteligibles, porque sino, es lo mismo que si regarais al vacío, no darán frutos, puesto que muchos de Mis fieles no alcanzan a comprender lo que habláis. Que los micrófonos también estén en condiciones y que todo sea armonía y concordia en la celebración de Mi Santa Misa. Yo, Jesús, os hablo y os lo pido.

Mi paz este con todos vosotros y con todo aquel que ponga en práctica estos mensajes.