viernes, 4 de diciembre de 2009

No os esforzáis en darme un amor más perfecto, más ardiente y Yo os pido que Me améis sin límites, ni condiciones

Situaciones dolorosas viven muchas almas cuyas vidas se ven truncadas por catástrofes y desastres naturales. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, no os apeguéis a esta vida que es de paso y que es un medio para saltar a la Vida Eterna. Sed responsables de vuestros actos y no abandonéis la moral, la religión, la honradez, en cualquiera de vuestro estado (de vida). Cada premio tiene un esfuerzo que realizar y si cobráis vuestras pagas por haber trabajado en el mes, pues lo mismo pasa con la eternidad. Para entrar en ella hay que ganarla y el medio que se os pone para ganarla es esta vida pasajera y, que llevándola como Yo quiero, os abrirá las puertas de la gloria eterna y nunca más os sacarán de allí. Yo, Jesús, os hablo.

No perdáis la fe en Mis palabras y Evangelio, porque os traje la Buena Nueva para haceros mucho más llevadero vuestro paso por esta vida. Cuando la desesperanza llame a vuestra puerta, coged Mi Santo Evangelio y leed las enseñanzas de Vida Eterna que os traje, para que vuestra esperanza surja con más fuerza y sigáis adelante con amor y firmeza. Yo, Jesús, os hablo.

A vosotros sacerdotes de Mi Divino Corazón, predicad la esperanza en la otra vida, pero predicad que para ganarla hay que pasar las pruebas de ésta que son efímeras y ninguna comparada con la Vida Eterna. Hijos Míos, si a cualquiera de vuestros difuntos después de haber visto lo que es la otra vida, le dieran la oportunidad de volver a ésta para enmendar los errores y omisiones que tuvieron, ¡con que gusto lo harían por tal de subir un peldaño más o por tal de librarse de tanto Purgatorio! Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, hermanos de Mi Divino Corazón, estas comunicaciones son para ayudaros más y mejor a cumplir con Mi Evangelio y con los mandamientos, a practicar mejor los sacramentos, a amar más y mejor las cosas celestiales. Yo, Jesús, os hablo.

Sé que muchos Me amáis, pero no os esforzáis en darme un amor más perfecto, más ardiente y Yo os pido que Me améis sin límites, ni condiciones, sin preocuparos del cada día que ya Me preocuparé Yo de eso. Mirad hijos Míos, los animales como no se preocupan del cada día y pastan, y beben y sobreviven, solo sufren aquellos que vosotros los hombres martirizáis o explotáis. Yo, Jesús, os hablo. Así pues, hijos Míos, pasad esta efímera prueba viviendo según es Mi voluntad, cumpliendo Mis leyes y dándome lo que por ser Dios Me corresponde. Yo, Jesús Vuestro Redentor, os hablo. Mi paz llegue a todo aquel que lee y cree en estos mensajes.