Un sacerdote debe ser otro Cristo y deben verme a Mí en él, Yo, Jesús os hablo. Los sacerdotes de Mi Liga serán como Yo fui, pacientes, misericordiosos, que sepan escuchar, generosos, serviciales, austeros, sobrios, espirituales. Un sacerdote con este modo de ser, ya está evangelizando en silencio y sin ruido.
Un sacerdote así será fructuoso haga lo que haga, y si bien, por ser humano siempre tendrá fallos, Yo haré que sus fallos no sean consecuentes y con Mi gracia trataré que tenga los menos fallos posibles. El sacerdote de Mi Liga debe ser un espejo Mío para que las almas que vean o intuyan su modo de ser, lo busquen para que las encaucen por caminos de salvación.
Hijos y hermanos Míos, no sabéis bien lo que puede hacer un sacerdote que Me refleja. El bien es inmenso, porque Mi Padre si ve en vosotros Mi Imagen, os llenará de gracias muy grandes en todos los aspectos. Y hasta los que no creen en Mi, ni en Dios, sentirán en su corazón esas vibraciones que su conciencia le hará, porque se preguntaran o se dirán ¡aquí hay algo! ¡algo que no es de este mundo! pues a un sacerdote así, hasta los apostatas lo creen, pues vosotros hijos y hermanos Míos, seréis el Evangelio viviente y si bien los apostatas no creen en Mis Palabras porque piensan que están manipuladas por la Santa Madre Iglesia, cuando vean a un sacerdote como os indico, creerán por fuerza que el Evangelio es de Dios y no inventado por los hombres, Yo, Jesús os hablo.
Os daré dones que serán como armas contra toda clase de mal, especialmente contra el Infierno, pues os perseguirán para haceros desertar y desalentaros, pero Mis dones os ayudaran en multitud de ocasiones. Seréis sabios con la sabiduría del Cielo, tendréis luces y entendimientos especiales, tendréis sabias respuestas a incógnitas o trampas que os tenderán, y sobre todo, hijos Míos, Me tendréis a Mi que Soy Vuestro Salvador y Vuestro Maestro.
Es Mi deseo que esos estatutos se inicien, Yo Mismo os inspiraré su elaboración, pero ya en la sucesión de estos escritos sabéis de sobra lo que quiero de vosotros y de esta Liga. Su estructura la veréis más claramente más adelante, pero deseo que en todas las provincias existan células de esta Liga para que mutuamente os arropéis unos a otros, sin olvidaros que Mi Cabeza es el Padre (NN) al que Yo, Jesús, iluminaré de forma especial para que os guíe o dirija mejor.
El debe ser para vosotros un hermano con quien os sinceréis, a quien le expongáis todo, y él a su vez os tendrá a vosotros para lo mismo. Y así, como un circulo cerrado donde el punto central será el Padre (NN) vosotros hijos Míos, formareis este circulo (liga) (1) de amor para ayudarme y colaborar Conmigo, en la gran batalla espiritual que Satanás Nos tiene preparada. Yo, Jesús, os hablo.
(1) Una liga es una unión de individuos con un fin común. Pero también es una cinta elástica que sujeta algo. El Señor ha dado a entender que esta Liga de sacerdotes sujetará el bien en la Iglesia y sujetará la doctrina de Cristo.
Un sacerdote así será fructuoso haga lo que haga, y si bien, por ser humano siempre tendrá fallos, Yo haré que sus fallos no sean consecuentes y con Mi gracia trataré que tenga los menos fallos posibles. El sacerdote de Mi Liga debe ser un espejo Mío para que las almas que vean o intuyan su modo de ser, lo busquen para que las encaucen por caminos de salvación.
Hijos y hermanos Míos, no sabéis bien lo que puede hacer un sacerdote que Me refleja. El bien es inmenso, porque Mi Padre si ve en vosotros Mi Imagen, os llenará de gracias muy grandes en todos los aspectos. Y hasta los que no creen en Mi, ni en Dios, sentirán en su corazón esas vibraciones que su conciencia le hará, porque se preguntaran o se dirán ¡aquí hay algo! ¡algo que no es de este mundo! pues a un sacerdote así, hasta los apostatas lo creen, pues vosotros hijos y hermanos Míos, seréis el Evangelio viviente y si bien los apostatas no creen en Mis Palabras porque piensan que están manipuladas por la Santa Madre Iglesia, cuando vean a un sacerdote como os indico, creerán por fuerza que el Evangelio es de Dios y no inventado por los hombres, Yo, Jesús os hablo.
Os daré dones que serán como armas contra toda clase de mal, especialmente contra el Infierno, pues os perseguirán para haceros desertar y desalentaros, pero Mis dones os ayudaran en multitud de ocasiones. Seréis sabios con la sabiduría del Cielo, tendréis luces y entendimientos especiales, tendréis sabias respuestas a incógnitas o trampas que os tenderán, y sobre todo, hijos Míos, Me tendréis a Mi que Soy Vuestro Salvador y Vuestro Maestro.
Es Mi deseo que esos estatutos se inicien, Yo Mismo os inspiraré su elaboración, pero ya en la sucesión de estos escritos sabéis de sobra lo que quiero de vosotros y de esta Liga. Su estructura la veréis más claramente más adelante, pero deseo que en todas las provincias existan células de esta Liga para que mutuamente os arropéis unos a otros, sin olvidaros que Mi Cabeza es el Padre (NN) al que Yo, Jesús, iluminaré de forma especial para que os guíe o dirija mejor.
El debe ser para vosotros un hermano con quien os sinceréis, a quien le expongáis todo, y él a su vez os tendrá a vosotros para lo mismo. Y así, como un circulo cerrado donde el punto central será el Padre (NN) vosotros hijos Míos, formareis este circulo (liga) (1) de amor para ayudarme y colaborar Conmigo, en la gran batalla espiritual que Satanás Nos tiene preparada. Yo, Jesús, os hablo.
(1) Una liga es una unión de individuos con un fin común. Pero también es una cinta elástica que sujeta algo. El Señor ha dado a entender que esta Liga de sacerdotes sujetará el bien en la Iglesia y sujetará la doctrina de Cristo.