Hijos de Dios Altísimo, hijos Míos. Soy María Inmaculada, Vuestra Madre Celestial. Os hablo por medio de este instrumento y deseo que creáis lo que os digo. Van a venir tiempos muy duros para todos vosotros, pero mucho más duros aún, para quienes sean fíeles a Dios Altísimo. El miedo será el arma que utlice el enemigo mortal de Mi Divino Hijo, por eso, vengo a deciros que no tengáis ningún miedo a ser fieles a Dios porque El os dará en todo instante Su gracia.
Todo está (ya) más cerca de que sea una realidad, por eso, hijos Míos estad preparados y no desesperéis cuando todas las cosas se desecadenen, porque Yo, María Santísima, Vuestra Madre y Señora, estaré a vuestro lado en todo momento. Una madre nunca deja a sus hijos, y menos aún, en momentos de tribulación y de dolor, pero os pido que tampoco vosotros Me dejéis a Mí, pues pudiera suceder que por temor, Me abandonéis y hasta reneguéis de Mí y del Dios Altísimo.
Yo Soy la Reina del Cielo, y por favor de la Santísima Trinidad todo lo puedo, pero deseo que vosotros no Me dejéis, no volváis vuestras espaldas a Mí, para que el demonio que Me odia, no se pueda acercar a vosotros sabiendo que sois fieles hijos Míos.
Mi hijo, Vuestro Redentor y Yo estaremos siempre a vuestro lado y no abandonaremos a Nuestros fieles hijos, para que ellos a su vez, sean luz y refugio de otros muchos que perdieron el norte de sus vidas y necesitarán ayuda en momentos difíciles para la fe y el mundo.
Os quiero hijos Míos, os quiero mucho, por eso, debéis de serme fieles en todo momento y no dejaros embaucar por nada ni nadie que no venga de parte de Dios Altísimo, la señal para conocer todo esto es el Evangelio de Mí Divino Hijo. Nadie que venga oponiéndose a las palabras divinas de Mi Jesús, viene de parte de Dios. Hijos, tened cuidado y precaución porque Satanás, se puede disfrazar de ángel de luz y enmarañar todo. Yo, María Vuestra Madre, os hablo y os aviso. Os quiero hijos de Mi Inmaculado Corazón.
Todo está (ya) más cerca de que sea una realidad, por eso, hijos Míos estad preparados y no desesperéis cuando todas las cosas se desecadenen, porque Yo, María Santísima, Vuestra Madre y Señora, estaré a vuestro lado en todo momento. Una madre nunca deja a sus hijos, y menos aún, en momentos de tribulación y de dolor, pero os pido que tampoco vosotros Me dejéis a Mí, pues pudiera suceder que por temor, Me abandonéis y hasta reneguéis de Mí y del Dios Altísimo.
Yo Soy la Reina del Cielo, y por favor de la Santísima Trinidad todo lo puedo, pero deseo que vosotros no Me dejéis, no volváis vuestras espaldas a Mí, para que el demonio que Me odia, no se pueda acercar a vosotros sabiendo que sois fieles hijos Míos.
Mi hijo, Vuestro Redentor y Yo estaremos siempre a vuestro lado y no abandonaremos a Nuestros fieles hijos, para que ellos a su vez, sean luz y refugio de otros muchos que perdieron el norte de sus vidas y necesitarán ayuda en momentos difíciles para la fe y el mundo.
Os quiero hijos Míos, os quiero mucho, por eso, debéis de serme fieles en todo momento y no dejaros embaucar por nada ni nadie que no venga de parte de Dios Altísimo, la señal para conocer todo esto es el Evangelio de Mí Divino Hijo. Nadie que venga oponiéndose a las palabras divinas de Mi Jesús, viene de parte de Dios. Hijos, tened cuidado y precaución porque Satanás, se puede disfrazar de ángel de luz y enmarañar todo. Yo, María Vuestra Madre, os hablo y os aviso. Os quiero hijos de Mi Inmaculado Corazón.