El Ángel de la Guarda de cada uno, es un don muy grande que da el Cielo a cada alma desde el momento en que nace. No se ve, no se oye, pero el esta acompañando a cada alma durante toda su vida, hasta el último momento de la misma. Su misión es ayudarla en la pruebas de la vida y guiarla por sendas rectas de amor y fidelidad a Dios.
Cada persona tiene su propio Ángel, y cada alma, debería invocarlo en momentos de peligros, en la tristeza, en la pruebas, en todos los momentos de apuros que cada cual, padece en su vida. Hoy no se habla de los Ángeles Custodios, y sin embargo, son muy poderosos ante el Trono de Dios y, miran por el alma encomendada, celosamente.
Quien tenga devoción a su Santo Ángel Custodio tendrá un fiel amigo de por vida, pues el no deja al alma que lo invoque, en situaciones de apuros o de tribulación.
Los Ángeles alaban constantemente el Santo Nombre de Dios y, le dan gloria sirviéndole a El y a las almas. Quien desee dar mas gloria a Dios (en un momento determinado) y no pueda hacerlo por falta de tiempo, mande a su Santo Ángel para que lo haga por el. El Ángel velozmente acude a donde se le envía, pero para eso como para todo, hace falta la fe en el Ángel de la Guarda.
Quienes han acudido a sus Santos Ángeles en caso de necesidad, siempre se han visto atendidos por ellos, de tal forma, que ya no han dejado de servirse de ellos y de tenerles devoción.
Es una verdad de fe que los Ángeles existen y que Dios los pone a la custodia de las almas, si bien, otros muchos Ángeles tienes diversas misiones en el Cielo, no todos son Custodios y son multitud de espíritus puros los que existen.
La devoción del Ángel de la Guarda es tal que agrada mucho a Dios porque Dios desea que también a través de sus Santos Ángeles le glorifiquen y le ofrezcan cosas, como por ejemplo, oraciones.
El Ángel presenta a Dios las oraciones que a través de él, le ofrecéis y lo hace con esmero y amor, porque el alma que le ha dado esa orden, queda antes Dios en buen lugar. Invocad a vuestros Ángeles Custodios siempre que podáis, solicitando su ayuda y dándolos a conocer, porque cada día menos, se cree o se habla de estos santos espíritus, cuyas misiones son ayudar a las almas. Yo Espíritu Divino, os hablo. La paz de Dios con vosotros. Alabado sea Dios.
Cada persona tiene su propio Ángel, y cada alma, debería invocarlo en momentos de peligros, en la tristeza, en la pruebas, en todos los momentos de apuros que cada cual, padece en su vida. Hoy no se habla de los Ángeles Custodios, y sin embargo, son muy poderosos ante el Trono de Dios y, miran por el alma encomendada, celosamente.
Quien tenga devoción a su Santo Ángel Custodio tendrá un fiel amigo de por vida, pues el no deja al alma que lo invoque, en situaciones de apuros o de tribulación.
Los Ángeles alaban constantemente el Santo Nombre de Dios y, le dan gloria sirviéndole a El y a las almas. Quien desee dar mas gloria a Dios (en un momento determinado) y no pueda hacerlo por falta de tiempo, mande a su Santo Ángel para que lo haga por el. El Ángel velozmente acude a donde se le envía, pero para eso como para todo, hace falta la fe en el Ángel de la Guarda.
Quienes han acudido a sus Santos Ángeles en caso de necesidad, siempre se han visto atendidos por ellos, de tal forma, que ya no han dejado de servirse de ellos y de tenerles devoción.
Es una verdad de fe que los Ángeles existen y que Dios los pone a la custodia de las almas, si bien, otros muchos Ángeles tienes diversas misiones en el Cielo, no todos son Custodios y son multitud de espíritus puros los que existen.
La devoción del Ángel de la Guarda es tal que agrada mucho a Dios porque Dios desea que también a través de sus Santos Ángeles le glorifiquen y le ofrezcan cosas, como por ejemplo, oraciones.
El Ángel presenta a Dios las oraciones que a través de él, le ofrecéis y lo hace con esmero y amor, porque el alma que le ha dado esa orden, queda antes Dios en buen lugar. Invocad a vuestros Ángeles Custodios siempre que podáis, solicitando su ayuda y dándolos a conocer, porque cada día menos, se cree o se habla de estos santos espíritus, cuyas misiones son ayudar a las almas. Yo Espíritu Divino, os hablo. La paz de Dios con vosotros. Alabado sea Dios.