viernes, 20 de junio de 2008

Yo perdono todo, olvido y no cuento vuestros muchos pecados

Hijos Míos, Soy Jesús de Nazaret quien os habla, el Unigénito, el Hijo de Dios Altísimo. Lo hago con inmenso amor, lo hago como Buen Pastor, el Buen Pastor que busca a las ovejas descarriadas.

Hijos Míos, siervos Míos, sacerdotes de Dios, Yo os busco por doquier, os busco en todos los rincones del mundo para abrazaros como se abraza a la oveja que se perdió. Deseo que vengáis a Mí y sanéis vuestras heridas, porque Yo, perdono todo, olvido y no cuento vuestros muchos pecados.

No quiero perderos eternamente, no quiero que vuestra Ordenación a Mí como sacerdotes pertenezca a Satanás. Quiero que volváis a Mí y humillándoos Me pidáis perdón y Yo, hijos Míos, os lo daré con infinito amor.

Al más vil de Mis sacerdotes, al más pervertido incluso, a aquel que ha pecado con niños menores, Yo lo llamo e invito a venir a cobijarse en Mi Corazón. Mi Santa Madre sanará sus heridas, Ella lo cuidará, lo mimará y le dará todo aquello que le sea necesario, pero hijos, sacerdotes pecadores, pervertidos, volved a Mi y no volváis a pecar.

Os digo lo que le dije a la pecadora, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Es decir, quienes os acusen que tiren la primera piedra, porque nadie está libre de pecado, por eso, os pido vuestro retorno, vuestro regreso a Mi Divino Corazón, que sufre más por vuestra ausencia que por vuestros pecados.

Hijos, Mis gracias son un manantial inagotable de amor. Venid y comprobad que Yo Soy el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Yo os busco, os llamo, os reclamo, no desoigáis Mi voz, la voz que sale de Mi Corazón dolorido. Hijos Míos, venid porque Yo os espero. Mi paz esté con vosotros.