miércoles, 11 de junio de 2008

Soy Vuestra Madre Celestial quien os habla, la Inmaculada Concepción

Ya ha llegado el momento hijos Míos de que toméis una decisión, sin esperar más tiempo. No podéis oir las cosas y permitir que no calen en vuestras almas. Debéis hijos Míos, de reconvertiros, de volver vuestro rostro a Dios alejando de vuestras vidas todo aquello que no os santifica, y que os perjudica para el bien de vuestras almas y de vuestra salvación. Soy Vuestra Madre Celestial quien os habla, la Inmaculada Concepción.

Muchos decís que Me amáis y que sois hijos Míos, pero los verdaderos hijos Míos siguen los consejos que Yo como Vuestra Madre os doy. Una madre verdadera vela siempre por sus hijos y los guía hacia sendas de salvación, pero vosotros que leéis mensajes del Cielo de varios instrumentos, no posponéis vuestra conducta de pecado ni cambios de vida, y esos mensajes, no os aprovechan porque aunque los conozcáis no los ponéis en práctica. Os gusta la novedad, el sensacionalismo, pero os quedáis en la letra y no os cala en el espíritu. Yo, Vuestra Madre Celestial, os hablo.

Por todo el mundo Me manifiesto a todos los hijos de todas las naciones para encaminarlos por las sendas de Dios, pero son muy pocos los que responden a Mis llamados, a Mis demandas urgentes, porque prefieren vivir en la mediocridad y tibieza antes que volver su rostro a Dios. Tomáis al Cielo con poca seriedad, los mensajes que os damos no los ponéis en práctica y solo queréis la novedad de lo que dicen uno u otro instrumento, para ver si pilláis errores o para ver si el mensaje, trae anunciado algo diferente que suscite vuestro comentario y sorpresa.

Pero hijos, ved los mensajes que os damos desde hace tiempo, siempre insistimos en los mismo, ¡convertíos, convertíos! es el grito de Mi hijo Juan Bautista y hoy en día en el correr de los siglos, el grito es el mismo, convertíos y posponed vuestra actitud, porque está cerca el Reino de los Cielos, está cerca la venida de Mi Divino Hijo Jesús, que vendrá con gloria, a juzgar esta humanidad que le ha dado la espalda y ha cambiado las leyes de Dios por leyes satánicas.

Así que hijos Míos, oíd a Vuestra Madre que os invita una y otra vez a la conversión verdadera de corazón y (conversión) de vuestros malos hábitos o costumbres. Vivid según los 10 mandamientos y buscad el Reino de Dios y Su justicia, que todo lo demás, el Padre Eterno, os lo dará por añadidura (Mateo 6, 33) La paz de Mi Divino Hijo esté con todos vosotros.