sábado, 7 de julio de 2007

Dictado del 7-7-07

Soy Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo. Hablo a mis sacerdotes, hijos míos queridísimos y de los que lo espero todo.
Venid a Mí, hijos y siervos míos, venid a Mi Corazón Divino, Yo llenaré vuestra soledad, aliviaré vuestras cargas, os consolaré en vuestras penas. Miradme Crucificado y pensad que vosotros debéis de ser otro Cristo.

Mi Pasión debe ser vuestro alimento diario y así cuando a vosotros os llegue la cruz, la subida al Calvario, podréis sobrellevarla por las muchas horas que hayáis meditado en Mi Pasión. Incluso muchos amarais la cruz, no solo la aceptareis, sino que la amaréis. Así se han hecho mis grandes santos, bebiendo de la fuente de Mi Pasión.

No os conforméis con la mediocridad, aspirad a la perfección y esforzaos, cada día, por vencer alguna batalla y dar un paso adelante. Administrad los sacramentos con delicadeza y fervor y sobre todo, con fe viva. Sed un reflejo Mío para que las almas busquen en vosotros consuelo y consejo.
Yo os daré mis dones, los dones de Mi Espíritu, no os faltará sabiduría, ni consejo, para guiar a las almas, incluso, si estáis en pecado y deseáis llevar a algún alma por el camino recto, Yo me valdré de vosotros.

Algunos os sentís pecadores y miserables. Cierto que lo sois, pero Yo vine a por los pecadores y os espero en mi Sagrario donde mi gracia os alcanzará.
Obedeced a vuestros Obispos y si están equivocados en los mandatos que os den, hacédselo ver con prudencia y caridad y a la vez le daréis una lección de humildad. Rezad el breviario, no os saltéis ni una sola hora de rezarlo. Si estáis cansados Yo os daré fuerzas, pero no abandonéis vuestras obligaciones sacerdotales.

Sed prudentes en la confesión, sobre todo, con las mujeres para que Satanás no os tiente. Dad consejos evangélicos (del Evangelio) como Yo lo daría si alguien se confesara directamente Conmigo.
No escandalicéis ni con vuestro vestir, ni con vuestras composturas, dad ejemplo desde que os levantéis hasta que os acostéis, incluso, dentro de vuestra familia, padres y hermanos.
Sed parcos en comer y beber, no cuadra que un cura fume, pero si lo hacéis (1) al menos que no sea públicamente.
Seguid estos consejos que os doy y que ya conocíais, solo que os lo recuerdo, para que los tengáis presentes.

Absteneos de ideas políticas, si las tenéis que sean privadamente, un sacerdote no debe ser de nada, ni de nadie, más que de Mí, que soy Dios y Señor. Defended el Evangelio y predicadlo, Yo daré mi gracia para que vuestras palabras dirigidas a las almas, sean fecundas.
Hijos y siervos Míos, mi amor por vosotros es extremo, infinito, inmenso. Lo que me pidáis con fe y amor, lo obtendréis pero mucho mas si de salvar a un alma se trata.


(1) Porque la ansiedad o el deseo de fumar, sea fuerte.