Hijos Míos, muchos de vosotros os traéis toda clase de conjeturas: esto será así, o será de esta otra forma…. Queréis saber las fechas, la hora, el año. Pero eso no tiene mayor importancia, porque vuestra preocupación debe ser íntegramente, tener el alma preparada, no sólo la vuestra, sino la de vuestros seres queridos.
Muchos no habláis de estas cosas con vuestros allegados porque teméis la reacción, pero de acuerdo a su preparación y capacidad de entender, debéis explicarles lo que la justicia divina va a dar a esta generación, y ya Mi Espíritu, se encargará de que esa semilla fructifique. No expliquéis las cosas con morbosidad, ni con catastrofismo, hacedlo con ternura y misericordia, sin crear en quienes os escuchen terror o pánico de lo que va a venir y está anunciado. Yo, Jesús, os hablo.
Tenéis que ser misioneros en vuestro entorno, y sobre todo, en vuestros hogares, pero tenéis que serlo con naturalidad, sin buscar notoriedad, solo informando como Mi Santa Madre lo haría, y siempre añadiendo a la información, que hay que hacer oración y prepararse para los eventos que van a venir.
A vosotros que hace tiempo esperáis estas cosas y que estáis super informados, debéis de reforzar vuestra vida de piedad con más compromisos espirituales y más oración, porque a vosotros, hijos Míos, os buscarán las almas de vuestro entorno, familiares, vecinos, compañeros de trabajo, de estudio, de apostolado. Así que es muy importante y necesario que aún reforcéis más vuestra vida espiritual, o podéis también vosotros sucumbir y caer en la traición o apostasía ante el pánico de lo que va a venir, que no sólo serán eventos materiales, sino una guerra espiritual, para lo que necesitareis gracias especiales que Mi Santo Espíritu no os negará.
La vida de sagrario debe estar en vuestro plan espiritual, y si tenéis tiempo para ver la televisión, los periódicos u otras cosas, quitad algo de vuestra vida cotidiana, y emplead ese tiempo, en hacer ratos de oración en Mi sagrario, porque así os estaréis preparando para afrontar todo lo que la tribulación os traerá, tanto material como espiritualmente. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz a todos vosotros.