Los hechos de los últimos tiempos serán hechos de mucho dolor y de mucha desolación. Yo, Espíritu Divino, os hablo.
La unión de todos los grupos, la unión de todos los sacerdotes fieles a Dios y al Evangelio verdadero de Cristo, debe ser lo primordial en vosotros, porque aisladamente no venceréis, salvo raras excepciones. El mal tan generalizado y tan extenso que va a venir, debéis afrontarlo en estrecha unión de todos los grupos y sacerdotes que deseen perseverar hasta el fin en la Verdad de Cristo. Y digo Verdad de Cristo, porque quieren deformar y mal interpretar el Evangelio auténtico, con Biblias falseadas y Nuevos Testamentos vulnerados y adaptados a los tiempos presentes que son tiempos de errores y engaños.
Buscad en los grupos cabezas con sana y auténtica preparación. Buscad que os dirijan y os guíen en los grupos personas instruidas en las verdades de siempre. Vale más (para dirigir los grupos) una persona bien instruida en las verdades de Cristo y en el Magisterio de la Iglesia Católica, que una persona muy virtuosa pero que desconozca los dogmas o los puntos básicos de la fe católica y sus tradiciones. Porque el estar bien instruido será un arma muy eficaz para los muchos errores que van a lanzar y por la vulneración del Evangelio que van a hacer. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os advierto.
Hijos de Dios Altísimo, los coros angélicos estarán con vosotros en esta batalla contra el mal. Vuestros ángeles no duermen y estarán en vuestras vidas preservándoos del mal, si vosotros sois fieles a Cristo y su doctrina, pero invocadles, invocadles ya desde ahora, pedidles que nos os dejen caer en el engaño y la mentira satánica. Ellos saben como pelear y vencer a los demonios que se revolverán contra vosotros, almas de Dios, para instaros en la traición a Cristo y a Dios Todopoderoso, Yo, Espíritu de Dios os hablo.
La Virgen María es la Capitana en esta gran batalla. Llena de poder y de sabiduría (Ella) también os socorrerá porque es Vuestra Madre Celestial y Ella ama sin igual a todos sus verdaderos hijos. Imitadla, imitadla en sus virtudes y en su pudor en el vestir y en su espíritu de servicio. Sed serviciales unos con otros, no os critiquéis, ni mucho menos os juzguéis. Ayudaros con amor verdadero para que seáis dignos hijos de Dios Todopoderoso y hermanos auténticos de Cristo Jesús. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Sed humildes, no os creáis más que nadie, porque el corazón lo conoce Dios y sabe bien de que carecéis, así que sed humildes unos con otros, con verdadera humildad de acción, no de palabras. Sed humildes en aceptarse uno tal cual es, sin desalentarse por lo que no alcanza, ni vanagloriarse por lo que ha alcanzado. A veces, Dios no os da mas perfección porque conviene que os mantengáis en humildad, aceptando vuestras miserias. A veces, eso le da más gloria que si fuerais muy perfectos, porque aceptarse uno mismo tal y cual es de miserable, es un acto muy grande de humildad que ofrecido a Dios, le da mucha gloria. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
La paz de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, esté con todos vosotros.
La unión de todos los grupos, la unión de todos los sacerdotes fieles a Dios y al Evangelio verdadero de Cristo, debe ser lo primordial en vosotros, porque aisladamente no venceréis, salvo raras excepciones. El mal tan generalizado y tan extenso que va a venir, debéis afrontarlo en estrecha unión de todos los grupos y sacerdotes que deseen perseverar hasta el fin en la Verdad de Cristo. Y digo Verdad de Cristo, porque quieren deformar y mal interpretar el Evangelio auténtico, con Biblias falseadas y Nuevos Testamentos vulnerados y adaptados a los tiempos presentes que son tiempos de errores y engaños.
Buscad en los grupos cabezas con sana y auténtica preparación. Buscad que os dirijan y os guíen en los grupos personas instruidas en las verdades de siempre. Vale más (para dirigir los grupos) una persona bien instruida en las verdades de Cristo y en el Magisterio de la Iglesia Católica, que una persona muy virtuosa pero que desconozca los dogmas o los puntos básicos de la fe católica y sus tradiciones. Porque el estar bien instruido será un arma muy eficaz para los muchos errores que van a lanzar y por la vulneración del Evangelio que van a hacer. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os advierto.
Hijos de Dios Altísimo, los coros angélicos estarán con vosotros en esta batalla contra el mal. Vuestros ángeles no duermen y estarán en vuestras vidas preservándoos del mal, si vosotros sois fieles a Cristo y su doctrina, pero invocadles, invocadles ya desde ahora, pedidles que nos os dejen caer en el engaño y la mentira satánica. Ellos saben como pelear y vencer a los demonios que se revolverán contra vosotros, almas de Dios, para instaros en la traición a Cristo y a Dios Todopoderoso, Yo, Espíritu de Dios os hablo.
La Virgen María es la Capitana en esta gran batalla. Llena de poder y de sabiduría (Ella) también os socorrerá porque es Vuestra Madre Celestial y Ella ama sin igual a todos sus verdaderos hijos. Imitadla, imitadla en sus virtudes y en su pudor en el vestir y en su espíritu de servicio. Sed serviciales unos con otros, no os critiquéis, ni mucho menos os juzguéis. Ayudaros con amor verdadero para que seáis dignos hijos de Dios Todopoderoso y hermanos auténticos de Cristo Jesús. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Sed humildes, no os creáis más que nadie, porque el corazón lo conoce Dios y sabe bien de que carecéis, así que sed humildes unos con otros, con verdadera humildad de acción, no de palabras. Sed humildes en aceptarse uno tal cual es, sin desalentarse por lo que no alcanza, ni vanagloriarse por lo que ha alcanzado. A veces, Dios no os da mas perfección porque conviene que os mantengáis en humildad, aceptando vuestras miserias. A veces, eso le da más gloria que si fuerais muy perfectos, porque aceptarse uno mismo tal y cual es de miserable, es un acto muy grande de humildad que ofrecido a Dios, le da mucha gloria. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
La paz de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, esté con todos vosotros.