domingo, 13 de enero de 2008

Los grupos de oración son Arcas de Noé

Hijos de Dios Altísimo, no os aflijáis por los eventos que van a suceder, no hijos no, porque Yo, Jesús, no dejaré perecer a quien Me es fiel y Me ama por encima de todas las cosas. Hijos, desde hace años se os está anunciando la purificación que vendrá, ya está a las puertas, pero a vosotros que Me habéis creído, que Me servís, Me amáis y Me esperáis, no os dejaré abandonados en momentos que más Me vais a necesitar ¿Qué clase de de Dios seria Yo si os dejara en los momentos de prueba? Un padre, un hermano, no abandona a sus hijos o hermanos en los momentos de desolación, mas bien, los protege (aún más) en esos momentos.

Yo no Soy diferente de vuestros familiares consanguíneos, y si vosotros no abandonaríais a vuestros hijos, hijas, hermanos o hermanas en momentos de tribulación, Yo tampoco lo haré y redoblaré Mis gracias y Mi protección, en todos los aspectos. Si, hijos, si, confiad en Mi y nos os preocupéis, Yo no dejaré perecer ni dejaré que reneguéis de Mi a vosotros que Me amáis de corazón, y mirad que os digo, a vosotros que Me amáis de corazón, porque quien Me busca solo por su interés, puede que él mismo, al igual que Judas, se pierda por unas cuantas monedas de plata (promesas que le hagan).

Hijos, no os salgáis de Mi Santo Evangelio. Conocedlo al pie de la letra, sabedlo como Yo lo traje, vividlo tal cual es, para que no vengan a tergiversaros Mi santa y sana doctrina y os cambien el oro por baratijas.

Hijos, sed prudentes, no creáis a cualquiera, no os dejéis embaucar, por eso, no os salgáis de los grupos de oración a los que pertenecéis, es fácil engañar a una persona, pero no así, a un grupo entero, mucho menos, si dispone de sacerdote.

Los grupos de oración son como barcas de salvación, Arcas de Noé, donde estaréis a salvo de catástrofes espirituales, errores que quieren introducir, dogmas que quieren quitar, sacramentos que quieren erradicar, no hijos, no, no os dejéis embaucar, Yo no lo permitiré, pero vosotros, hijos de Mi Divino Corazón, debéis de ser fieles a Mi santa doctrina y Evangelio. Yo, Jesús de Nazaret, Hijo de Dios Altísimo, os hablo y os aviso. Mi paz con vosotros para siempre jamás.