El mejor sitio que un alma puede tener en los días en que se desencadenen las circunstancias de los últimos tiempos, es el Sagrario. Allá donde haya un Sagrario será el mejor lugar que un alma puede estar. Por eso, hijos de Dios, donde haya un Sagrario, las gracias lloverán a raudales y Mis dones se derramaran como nunca. Porque quien honre a Dios Redentor en los últimos tiempos y en la gran tribulación que padeceréis, Yo no dejaré que esa criatura sucumba ni al error, ni al engaño, ni al miedo. Pues si grande es adorar al Redentor ya en tiempos de bonanza y bienestar, adorarlo en tiempos de tribulación y de persecución, será una gracia especial que se le dará a las almas que amen de verdad al Señor, Yo, Espiritu de Dios, os hablo.
En esos días de tribulación y angustia de muchos de los fieles, el Sagrario nunca debe permanecer solo, siempre debe haber turnos de adoración y no dejar nunca el Santísimo solo, ni siquiera unos instantes. Porque reconocer a Jesús como Redentor del mundo y además como Dios, será una de las gracias que perdonará muchos y muchos pecados, pues quien persevere hasta el fin, ese se salvará.
Tened cuidado hijos del Altísimo y nos os confíes a vuestras fuerzas, la adoración a Dios será el mejor medio para manteneros fieles a El y si por esa adoración tuvierais que padecer, hambre, frío y sueño, padecedlo, porque os estaréis purificando ya de vuestros inmensos pecados de acción y de omisión.
La devoción a Maria Santísima y sus homenajes (devociones) serán también un camino a seguir de salvación, porque Ella, os llevará hacia Dios Uno y Trino. Pero hijos, formad grupos de adoración y de reparación, vivid sobriamente, y confiad en que Dios no os dejará y aunque estéis pasando duras pruebas tanto en espíritu como en el cuerpo, (en esos tiempos) Dios no os dejará si vosotros no dejáis a su Divino Hijo Jesús y le reconocéis hasta el fin. Yo, Espíritu Divino, os hablo.
En esos días de tribulación y angustia de muchos de los fieles, el Sagrario nunca debe permanecer solo, siempre debe haber turnos de adoración y no dejar nunca el Santísimo solo, ni siquiera unos instantes. Porque reconocer a Jesús como Redentor del mundo y además como Dios, será una de las gracias que perdonará muchos y muchos pecados, pues quien persevere hasta el fin, ese se salvará.
Tened cuidado hijos del Altísimo y nos os confíes a vuestras fuerzas, la adoración a Dios será el mejor medio para manteneros fieles a El y si por esa adoración tuvierais que padecer, hambre, frío y sueño, padecedlo, porque os estaréis purificando ya de vuestros inmensos pecados de acción y de omisión.
La devoción a Maria Santísima y sus homenajes (devociones) serán también un camino a seguir de salvación, porque Ella, os llevará hacia Dios Uno y Trino. Pero hijos, formad grupos de adoración y de reparación, vivid sobriamente, y confiad en que Dios no os dejará y aunque estéis pasando duras pruebas tanto en espíritu como en el cuerpo, (en esos tiempos) Dios no os dejará si vosotros no dejáis a su Divino Hijo Jesús y le reconocéis hasta el fin. Yo, Espíritu Divino, os hablo.