Hijos Míos, hoy es un tiempo en que las almas van directas hacia la perdición eterna. Caminan vertiginosamente hacia el abismo. No quieren posponer su actitud y viven encenegadas en el pecado y, cada vez, se hunden más en sus propias miserias.
Yo las llamo a la conversión una y otra vez, pero no quieren escuchar Mi Voz. Yo llamo a sus puertas (almas) y no Me abren. Sus vidas carecen de sentido porque han puesto su corazón en los sentidos (corporales) que no les satisfacen. Hijos Míos, que leéis estos escritos dado con tanto amor y preparados también con tanto amor para vosotros, ponedlos en practica, porque si los leéis y nos los ponéis en practica, ellos mismos os servirán en el día del juicio de acusadores.
Hijos, no escatimo medios para haceros entrar en razón y que volváis a Dios, Vuestro Padre Celestial, pero sois hijos ingratos que no apreciáis Mis llamadas de amor ni Mi dolor acérrimo, que es un clavo en Mi Corazón.
Veros tan extraviados, tan equivocados, es un dolor terrible para Mi que por salvaros, tanto padecí. Mi Madre y Yo lamentamos vuestro proceder, porque tanto Ella como Yo, no dejamos de llamaros a la conversión una y otra vez.
¿Qué queréis que haga más? ¿Qué vuelva a la tierra a padecer de nuevo? Aunque lo hiciera no os despertaría de vuestro letargo letal. Hijos, ¡despertad de una vez por todas! ¡Hacedlo ya! Id a confesaros y cambiad vuestros malos hábitos por hábitos santos y honestos. Yo Jesús de Nazaret os hablo con inmenso amor, os llamo, pero no me queréis escuchar. Vuestros afanes cotidianos, vuestros intereses mundanos os pierden y os hunden cada vez más en el fango.
Tenéis tiempo para ir a la playa, tenéis tiempo para ir a conciertos, pero a Mi Me tenéis abandonado, olvidado, ignorado, como si fuera un personaje mas de la historia, que existió en un momento determinado. Y no os dais cuenta, ni ya lo creéis, que vivo en el Sagrario y que Mi Presencia es real. Hijos, ¿qué se puede decir a esto? Luego acudís a Mi cuando algo os sale mal, algo mundano, algo pecaminoso y queréis que Yo os lo solucione, entonces es cuando os acordáis de Mí, solo para vuestros intereses, intereses malos que no os darán la vida eterna.
Hijos, si me dais amor, adoración y reparación vuestras vidas tendrán todas las necesidades cubiertas, Yo no os dejaría sin alimentos, ni vivienda, pero tenéis que darme lo que por ser Dios Me corresponde.
Buscad el Reino de Dios y Su Justicia, que todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6,33) Yo, Jesús Vuestro Hermano.
Yo las llamo a la conversión una y otra vez, pero no quieren escuchar Mi Voz. Yo llamo a sus puertas (almas) y no Me abren. Sus vidas carecen de sentido porque han puesto su corazón en los sentidos (corporales) que no les satisfacen. Hijos Míos, que leéis estos escritos dado con tanto amor y preparados también con tanto amor para vosotros, ponedlos en practica, porque si los leéis y nos los ponéis en practica, ellos mismos os servirán en el día del juicio de acusadores.
Hijos, no escatimo medios para haceros entrar en razón y que volváis a Dios, Vuestro Padre Celestial, pero sois hijos ingratos que no apreciáis Mis llamadas de amor ni Mi dolor acérrimo, que es un clavo en Mi Corazón.
Veros tan extraviados, tan equivocados, es un dolor terrible para Mi que por salvaros, tanto padecí. Mi Madre y Yo lamentamos vuestro proceder, porque tanto Ella como Yo, no dejamos de llamaros a la conversión una y otra vez.
¿Qué queréis que haga más? ¿Qué vuelva a la tierra a padecer de nuevo? Aunque lo hiciera no os despertaría de vuestro letargo letal. Hijos, ¡despertad de una vez por todas! ¡Hacedlo ya! Id a confesaros y cambiad vuestros malos hábitos por hábitos santos y honestos. Yo Jesús de Nazaret os hablo con inmenso amor, os llamo, pero no me queréis escuchar. Vuestros afanes cotidianos, vuestros intereses mundanos os pierden y os hunden cada vez más en el fango.
Tenéis tiempo para ir a la playa, tenéis tiempo para ir a conciertos, pero a Mi Me tenéis abandonado, olvidado, ignorado, como si fuera un personaje mas de la historia, que existió en un momento determinado. Y no os dais cuenta, ni ya lo creéis, que vivo en el Sagrario y que Mi Presencia es real. Hijos, ¿qué se puede decir a esto? Luego acudís a Mi cuando algo os sale mal, algo mundano, algo pecaminoso y queréis que Yo os lo solucione, entonces es cuando os acordáis de Mí, solo para vuestros intereses, intereses malos que no os darán la vida eterna.
Hijos, si me dais amor, adoración y reparación vuestras vidas tendrán todas las necesidades cubiertas, Yo no os dejaría sin alimentos, ni vivienda, pero tenéis que darme lo que por ser Dios Me corresponde.
Buscad el Reino de Dios y Su Justicia, que todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6,33) Yo, Jesús Vuestro Hermano.