Las almas, hija Mía, son Mi delicia, Mi locura, Mis grandes amores, porque si con mente humana pudierais comprender lo que amo a las almas, seguro que moriríais de amor ante ese conocimiento. Yo, Jesús, tu Salvador, te hablo.
Los Ángeles tienen un gran conocimiento del amor tan inmenso que hay en Mi Divino Corazón por las almas, y ellos, se maravillan de que los humanos sean amados de esta manera por Mí. Pero ellos son también inmensamente amados por Mí. Su fidelidad, su servicio, su amor tan grande a la Santísima Trinidad hacen que Dios Uno y Trino, los ame infinitamente. Cuando digo que ellos se maravillan del amor que tengo a los hombres, es una comparación para que la entiendas en tu mente y conocimientos limitados, porque hija, Mi Santo Padre y Yo, amamos a toda la creación infinitamente, incluidos Mis animales.
Vosotros los humanos sois miserias, pecadores, mezquinos, almas que caen una y otra vez y que pecan maliciosamente, y esto hija Mía, es lo que admiran los Ángeles, que siendo como sois tan miserables, Mi amor por vosotros esté siempre enardecido y (Me atraiga) vuestra miseria. Si bien a ellos los amamos infinitamente, su perfección es muy grande porque ellos están confirmados en gracia y viven por y para glorificar a la Santísima Trinidad. Yo, Jesús, te hablo.
Hija Mía, hoy lo que me has ofrecido por el aborto lo acepto con gusto y amorosamente. Cada cual emplee en esta batalla las armas que pueda porque todas Me son válidas, y Yo, aplico vuestros ofrecimientos por el aborto, tal y como Me lo pedís. Mi Santa Madre se alegra sobremanera de que recéis en contra del aborto.
Podría ser pecado de omisión aquellos cristianos que sabiendo que abortar es matar, no pidieran por este asunto y se desentendieran de las leyes satánicas que quieren poner y de las que están ya puestas para favorecer esta abominable acción, que está llenando los infiernos. Hijos Míos, que leéis estos mensajes y algunos los esperáis deseosos, poned en práctica lo que se os dice porque es el Cielo quien habla, aunque a veces, los instrumentos de los mensajes, se expresen incorrectamente por su falta de preparación intelectual. Pero ved el fondo de lo que se os dice, ved que Mis Evangelistas tampoco fueron muy eruditos y lo que escribieron movidos por Mi Santo Espíritu, vale para todas las almas y todos los tiempos, porque las cosas de Dios son universales y no solo para colectivos reducidos. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Mi paz y Mi amor a todos vosotros que leéis estos mensajes y a todas las almas del mundo.
Los Ángeles tienen un gran conocimiento del amor tan inmenso que hay en Mi Divino Corazón por las almas, y ellos, se maravillan de que los humanos sean amados de esta manera por Mí. Pero ellos son también inmensamente amados por Mí. Su fidelidad, su servicio, su amor tan grande a la Santísima Trinidad hacen que Dios Uno y Trino, los ame infinitamente. Cuando digo que ellos se maravillan del amor que tengo a los hombres, es una comparación para que la entiendas en tu mente y conocimientos limitados, porque hija, Mi Santo Padre y Yo, amamos a toda la creación infinitamente, incluidos Mis animales.
Vosotros los humanos sois miserias, pecadores, mezquinos, almas que caen una y otra vez y que pecan maliciosamente, y esto hija Mía, es lo que admiran los Ángeles, que siendo como sois tan miserables, Mi amor por vosotros esté siempre enardecido y (Me atraiga) vuestra miseria. Si bien a ellos los amamos infinitamente, su perfección es muy grande porque ellos están confirmados en gracia y viven por y para glorificar a la Santísima Trinidad. Yo, Jesús, te hablo.
Hija Mía, hoy lo que me has ofrecido por el aborto lo acepto con gusto y amorosamente. Cada cual emplee en esta batalla las armas que pueda porque todas Me son válidas, y Yo, aplico vuestros ofrecimientos por el aborto, tal y como Me lo pedís. Mi Santa Madre se alegra sobremanera de que recéis en contra del aborto.
Podría ser pecado de omisión aquellos cristianos que sabiendo que abortar es matar, no pidieran por este asunto y se desentendieran de las leyes satánicas que quieren poner y de las que están ya puestas para favorecer esta abominable acción, que está llenando los infiernos. Hijos Míos, que leéis estos mensajes y algunos los esperáis deseosos, poned en práctica lo que se os dice porque es el Cielo quien habla, aunque a veces, los instrumentos de los mensajes, se expresen incorrectamente por su falta de preparación intelectual. Pero ved el fondo de lo que se os dice, ved que Mis Evangelistas tampoco fueron muy eruditos y lo que escribieron movidos por Mi Santo Espíritu, vale para todas las almas y todos los tiempos, porque las cosas de Dios son universales y no solo para colectivos reducidos. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Mi paz y Mi amor a todos vosotros que leéis estos mensajes y a todas las almas del mundo.