En el cielo las almas alaban constantemente a Dios y, en la tierra el pecado lo deshonra también constantemente. Los bienaventurados SON ALMAS YA GLORIFICADAS LLENAS DE AMOR PORQUE SUPERARON LA PRUEBA TERRENAL Y YA GOZAN EL PREMIO ESPERADO Y MERECIDO (1). Sus cánticos llegan al Trono de la Santísima Trinidad cuan melodías angelicales. Los bienaventurados son la gloria de Dios y Dios es para ellos el gozo de ellos.
En el cielo todo es armonía, gozo, paz. Allí se aman unos a otros en Dios, porque viven sumergidos en su Esencia y todos disfrutan de la misma, según los méritos que tuvieron. Ven a sus Santos Ángeles de la Guarda con quienes se comunican y, a veces, (los) envían a ayudar a sus familiares, que aún están en la tierra. Lo más bello de la tierra, los parajes más bellos y únicos de este mundo, no son nada comparados con los goces celestiales. Las melodías más bellas de los grandes clásicos, no tienen ni punto de comparación con las melodías celestiales o las melodías de los coros angélicos.
Allí el gozo es el habitad de los bienaventurados. Allí todo es paz y orden, todo esta en su justa medida, todo esta regido por Dios.
Allí se hace en todo momento la Voluntad de Dios, de ahí, que como consecuencia de hacer esta Voluntad, todo sea belleza y armonía, porque es el no cumplir esta Voluntad lo que hace de la tierra un estercolero, un contenedor de pecados y acciones abominables.
Quien cumple la Voluntad de Dios en la tierra, gusta un poco (en la misma) de lo que será su bienaventuranza, pero es una pequeñisima parte, comparado con lo que le espera. Nadie podría soportar en el plano humano un poco de gozo celestial porque moriría de amor y alegría. De ahí, que la vida de la fe sea tan importante, porque si en esta vida se abriera la fe y viéramos con nuestros ojos lo que se cree por la fe, nuestro organismo quedaría fulminado por la grandeza de la visión. Yo Soy el Espíritu de Sabiduría que os habla. Paz y Amor.
(1) Se ponen solas las letras en mayúsculas.
En el cielo todo es armonía, gozo, paz. Allí se aman unos a otros en Dios, porque viven sumergidos en su Esencia y todos disfrutan de la misma, según los méritos que tuvieron. Ven a sus Santos Ángeles de la Guarda con quienes se comunican y, a veces, (los) envían a ayudar a sus familiares, que aún están en la tierra. Lo más bello de la tierra, los parajes más bellos y únicos de este mundo, no son nada comparados con los goces celestiales. Las melodías más bellas de los grandes clásicos, no tienen ni punto de comparación con las melodías celestiales o las melodías de los coros angélicos.
Allí el gozo es el habitad de los bienaventurados. Allí todo es paz y orden, todo esta en su justa medida, todo esta regido por Dios.
Allí se hace en todo momento la Voluntad de Dios, de ahí, que como consecuencia de hacer esta Voluntad, todo sea belleza y armonía, porque es el no cumplir esta Voluntad lo que hace de la tierra un estercolero, un contenedor de pecados y acciones abominables.
Quien cumple la Voluntad de Dios en la tierra, gusta un poco (en la misma) de lo que será su bienaventuranza, pero es una pequeñisima parte, comparado con lo que le espera. Nadie podría soportar en el plano humano un poco de gozo celestial porque moriría de amor y alegría. De ahí, que la vida de la fe sea tan importante, porque si en esta vida se abriera la fe y viéramos con nuestros ojos lo que se cree por la fe, nuestro organismo quedaría fulminado por la grandeza de la visión. Yo Soy el Espíritu de Sabiduría que os habla. Paz y Amor.
(1) Se ponen solas las letras en mayúsculas.