Pero pasa igual con los sacerdotes negligentes, con los que se amaron más a si mismos que a Mí o a las almas. Con los que no se esforzaron por santificarse cada día más, esos sacerdotes que no valoran su ministerio ni le dan la importancia que tiene, a esos sacerdotes les digo lo que dije a Judas: Más les valdría no haber nacido.
Yo los toco una y otra vez con circunstancias e inspiraciones, para que se enmienden, pero ellos Me ignoran y pasan de todo lo que sea un mínimo esfuerzo y un poner de su parte. Pero como Mi Misericordia es infinita y amo incluso a Mis enemigos, Yo amo también a esos sacerdotes que prueban Mi paciencia una y otra vez y que les espero en todo momento, esperando de ellos un gesto de humildad, de amor, de reconocimiento, de fe. Pero ellos son témpanos vacíos, sepulcros blanqueados, vacíos totalmente, y son, el sufrimiento constante de Mi Santa Madre que dolorida, ve como esos hijos también van camino de la perdición eterna. Yo, Jesús, os hablo.
No tomaran parte en Mi Banquete Celestial, porque usaron su ministerio y alta dignidad para sus deleites y deseos, sin ponerme nunca a Mí por delante de ellos y olvidándose del rebaño que puse en sus vidas para que lo guiaran hacia prados celestiales. Yo, Jesús, os hablo.
Os vuelvo a pedir fieles amados de Mi Divino Corazón, que forméis cadenas de oración por los sacerdotes y empleéis un día a la semana para aplicar vuestros rezos y sacrificios a ellos, pues con vuestras oraciones, Mi Misericordia y la poderosa intercesión de Mi Santa Madre, muchos se salvaran. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. La paz de Mi Divino Corazón, esté con todos vosotros.