El rosario es un arma poderosísima para los últimos tiempos, no solo como rezo, sino como sacramental, pues al estar bendecido es un sacramental que se puede colgar en la cabecera de la cama, en el espejo del coche, en el despacho y en cualquier lugar del hogar o del trabajo.
Hijos de Dios Altísimo, aferraos con inmenso amor a este poderoso instrumento y rezadlo cuantas veces podáis. Si alguna vez no os da tiempo a rezarlo entero, rezad al menos algún misterio, pero no omitáis ningún día el rezo del rosario.
Yo soy Miguel Arcángel, el Ángel que se opone al demonio, y vengo a deciros que la devoción de este rezo y su práctica, es la mejor arma que podéis emplear en la lucha contra el mal. Pero hijos de Dios, rezadlo con fervor y amor, no corráis en sus avemarías, no os distraigáis, meditad los misterios, guardad ratos de silencio en cada uno para contemplarlos, rezado así, es un verdadero plan de vida espiritual, porque os da todo lo necesario para vuestras almas.
Elevad vuestros corazones a la Reina de las Reinas, María Santísima, también Vuestra Madre. Ofrecedle ese rezo que tanto odia Satanás y los demonios, porque el sabe, que será vencido por medio de este rezo mariano, y eso, le humilla acerbamente.
Yo, Miguel Arcángel, Príncipe Celestial, os hablo. La paz de Dios Altísimo con vosotros.
Hijos de Dios Altísimo, aferraos con inmenso amor a este poderoso instrumento y rezadlo cuantas veces podáis. Si alguna vez no os da tiempo a rezarlo entero, rezad al menos algún misterio, pero no omitáis ningún día el rezo del rosario.
Yo soy Miguel Arcángel, el Ángel que se opone al demonio, y vengo a deciros que la devoción de este rezo y su práctica, es la mejor arma que podéis emplear en la lucha contra el mal. Pero hijos de Dios, rezadlo con fervor y amor, no corráis en sus avemarías, no os distraigáis, meditad los misterios, guardad ratos de silencio en cada uno para contemplarlos, rezado así, es un verdadero plan de vida espiritual, porque os da todo lo necesario para vuestras almas.
Elevad vuestros corazones a la Reina de las Reinas, María Santísima, también Vuestra Madre. Ofrecedle ese rezo que tanto odia Satanás y los demonios, porque el sabe, que será vencido por medio de este rezo mariano, y eso, le humilla acerbamente.
Yo, Miguel Arcángel, Príncipe Celestial, os hablo. La paz de Dios Altísimo con vosotros.