domingo, 24 de mayo de 2009

Nadie que haya clamado al Cielo con fe y humildad ha sido desatendido

La voz del que clama al Cielo es escuchada inmediatamente por Dios, porque todo aquel que en su aflicción, en sus necesidades, clama al Cielo, el Cielo lo escucha y no se hace esperar. Soy el Espíritu de Dios, quien os habla.


No todo el mundo busca refugio o ayuda en sus necesidades o aflicciones en el Cielo. No todo el mundo clama con corazón al Cielo para buscar la ayuda celestial y no la terrenal, pero quien lo hace de corazón, con fe y amor, y no por rutina, ese encuentra rápidamente la respuesta a lo que clama, porque Dios está siempre presto a escuchar al alma que afligida lo busca como remedio a sus necesidades y solución a sus problemas. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.


Leed en la Santa Biblia como los hijos de Dios clamaron a El y fueron escuchados. Leed en el Antiguo y Nuevo Testamento y ved como Dios no se hizo esperar. Así sigue sucediendo hoy también, porque Dios está vivo y desea ayudar a quienes lo invocan y le reclaman auxilio.


Ved como Moisés clamó por su pueblo y Dios lo escuchó. Ved como la hemorroisa clamó al Divino Redentor y se curó de inmediato. Las súplicas hechas con fe, es lo que hace que Dios os auxilie de inmediato, porque sin fe, no se puede agradar a Dios. Por eso, hijos de Dios, pedid a Vuestro Padre Celestial que os auxilie y socorra en vuestras necesidades, en vuestras carencias y El que es Padre Amoroso, no se hará esperar si vuestras súplicas son verdaderas, hechas de corazón y con fe hacia el Ser Infinito a quien clamáis. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.


Nadie que haya clamado al Cielo con fe y humildad ha sido desatendido, por eso, la historia se repite cada día, quien clama a Dios en sus necesidades, creyendo verdaderamente que El lo socorrerá, Dios no le defraudará. Yo, Espíritu de Dios os hablo y os instruyo. La paz de Dios Altísimo, Uno y Trino esté con todos vosotros.