Soy el Sediento Perpetuo. Nadie se compadece de Mí. Reparadme vosotras, almas que vivís la consagración a Mí y a Mi Corazón
y Santa Madre, reparad tanta ignominia y abandono del bien.
¡Tengo sed!
Es Jesús de Nazaret quien nos pide de beber. Y nos pide agua limpia de nuestras rectas intenciones. Amor desinteresado. Entrega verdadera e incondicional. Fe maciza, autentica, fe en la pruebas, en la noche oscura del alma. Esperanza en El y en su Divina Providencia. El, Jesús de Nazaret, nos pide de beber. Calmemos su sed.