viernes, 16 de mayo de 2008

No es momento de llorar, es momento de actuar. No dejeis en esos últimos instantes a Mis moribundos

Un hecho muy importante a tener en cuenta es la situación de los moribundos. Cada día menos se proporcionan a los moribundos los últimos sacramentos, bien por dejadez de la familia o por respetos humanos, bien porque el sacerdote ignora la situación crítica de esas almas.

Pues ved que este sacramento Yo también lo instituí, pues no podía dejar en esos últimos instantes a las almas, a los asaltos de Mi enemigo y si en esa hora Mi enemigo mortal arremete mas contra el que va a partir, Yo que Soy bondad infinita, también doy Mis gracias centuplicadas, en esos instantes mortales del agonizante. Pero este sacramento de la Unción de Enfermos acorta en mucho la batalla del moribundo y además le da fuerzas y santa alegría para su inminente partida.

Hijos Míos, dad a vuestros moribundos toda clase de auxilios espirituales, agua bendita, los últimos sacramentos, detentes, intercesiones a Mi padre José, Patrono de la buena muerte, intercesiones a Mi Santa Madre que vela como nadie al alma que va a partir. Rezadle la coronilla de la Divina Misericordia, todo lo que hagáis es poco para que se salve un alma que muy pronto va a partir.

No es momento de llorar, es momento de actuar, no dejéis en esos últimos instantes a Mis moribundos, como no os gustaría que os dejaran a vosotros. No creáis los engaños de Satanás que os dice que si llamáis al cura el enfermo se va a asustar, no hijos, no, el demonio os quiere engañar para que abandonéis a vuestros agonizantes. ¿No llamáis a una ambulancia cuando vuestros seres queridos caen enfermos? Y sin embargo, su sirena, o su traslado, no le adelantan la muerte.

Pues bien, Mis sacerdotes llevan al agonizante la paz Mía, pues Yo en esos momentos les doy a Mis Ministros más gracias, para que ayuden a salvar a un alma. Pero Mis sacerdotes deben ser sacerdotes de fe, porque si ellos no creen en lo que hacen, el sacramento pierde mucha fuerza. Cuanta más fe tengan Mis Ministros, más eficaz será el sacramento, Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

Hijos, buscad sacerdotes rectos para vuestras almas, no os conforméis con cualquiera, los hay en vuestro entorno que Me aman y viven por y para Mi. Acercaros a ellos y buscad en ellos el alimento sano y santo que os acercará a Mí. Ayudadles en sus ministerios, en todos los aspectos. Colaborad con ellos en lo que organizan y también ayudadles en los gastos parroquiales, Yo, Jesús, os lo tendré en cuenta. Quien ayuda a uno de Mis siervos dedicados a Mi servicio, Me ayuda a Mí, está colaborando con Mis intereses y eso os lo tendré en cuenta. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz con todos vosotros.

Dictado del 14-4-08

El corazón del hombre es mezquino y traicionero. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. Los hombres caminan encenagados por densas oscuridades, buscando felicidad o placeres donde no existen. Su ceguera es tal que no ven lo errados que andan, Yo, Espíritu Divino, os hablo.

No tienen luz, nada de luz, ni desean tenerla, porque sabiendo como saben que Dios es un Bien Supremo y Único, no quieren ir hacia El porque temen cumplir sus leyes divinas y prefieren vivir encenagados en el mal, y adentrados en densas oscuridades, ¡que irresponsabilidad!

El pecado nunca traerá la felicidad porque el pecado es un mal inmenso que daña a quien lo hace y a todo el Cuerpo Místico, y a toda la humanidad, un mal es un mal siempre, esté donde esté y perjudica a toda la humanidad, aunque el que hace el mal se encuentre a miles y miles de km. Y lo mismo (sucede con) el que hace un bien, beneficia a toda la humanidad aunque esté a miles y miles de Km. de otras personas, porque en Dios y ante Su Mirada, todo es presente y El ve globalmente a toda la humanidad a la vez, y allá donde ve que se produce un bien el lo tiene muy en cuenta para compensar el mal, que está viendo en otro punto de la tierra. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Esto os cuesta mucho entenderlo porque vosotros vivís en el tiempo y en el espacio, pero la Mirada Infinita de Dios todo lo ve, todo lo ve en presente y de ahí que vea constantemente el bien y el mal que sus criaturas hacen, Yo Espíritu de Dios, os hablo.

Debéis hacer el bien por pequeño que sea para compensar en ese instante el mal que en otro punto de la tierra se está haciendo. Haced actos de amor por las muchas blasfemias que Dios oye en ese instante y así lo mismo que ve el mal en ese instante, resarcirle con el bien por pequeño que sea, para que Dios no se encolerice con su creación pecadora y pervertida Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. La paz de la Santísima Trinidad con todos vosotros.