domingo, 7 de diciembre de 2008

No permitáis que desplacen a Mi Madre y a Sus imágenes de las Iglesias, porque Ella debe ser siempre la primera en el culto después de Mí Mismo

Si alguna vez los hijos de María sintieran el deseo de hablar (bien) de Ella, deben hacerlo porque ese deseo es casi seguro que el Cielo se lo inspira. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, hermanos de Mi Divino Corazón, malos hijos seréis si al oír hablar incorrectamente de Vuestra Santa Madre, no salís en Su defensa, y así, quien no honra a Su Madre no cumple uno de los mandamientos de Mi Ley Divina. Yo, Jesús, os hablo.

Mi Madre y la Vuestra es una criatura que nadie puede nunca jamás igualar, y por eso, esta criatura más celestial que terrenal será atacada y blasfemada por los enemigos de Mi iglesia, y todo hijo de María, debe defender a su Santa Madre y dar la cara por Ella, eso Yo lo tendré en cuenta pues lo que hagáis por Mi Madre, por Mí lo hacéis. Hijos Míos, hermanos Míos, ved que los tiempos de apostasía y guerra abierta hacia la Iglesia son cada día más cercanos, y cada vez, más abiertamente atacan a la Santa Madre Iglesia, a sus dogmas, a su Papa y a su Santa Madre, que es la Mía.

Si vosotros que seguís y tratáis de manteneros en Mis filas no hacéis nada para contrarrestar estos ataques, seréis culpables como ellos, pues si un hijo biológico ve a su madre siendo ultrajada y se cruza de brazos, ya Me diréis que opinión merece (ese hijo).

Por tanto, lo que hagan de malo a Mi Madre Santísima debéis de compensarlo con otras cosas buenas, bien reparando, bien propagando, bien luchando con los medios posibles, y así, no permitáis que desplacen a Mi Madre de las Iglesias y quiten Sus imágenes, porque Ella debe ser siempre la primera en el culto después de Mí Mismo.

Llenad vuestras casas de tapices (o imágenes) que honren a Mi Madre, llevad estampas, medallas de Ella en llaveros, en el coche, en las pulseras, en el cuello. Llevad rosarios bendecidos y serán estas vuestras armas y testimonios contra todo el mal que quieren hacer a Mi Santa Madre, y así Satanás que quiere hundirla, no lo conseguirá, pues vosotros hijos de María, tenéis que evitarlo a toda costa y poner todo los medios necesarios a vuestro alcance, para conseguirlo. Yo, Jesús, os hablo.

María es la Puerta del Cielo, quien se aferra a esta puerta, tendrá su entrada segura en el Cielo, no cerréis pues la Puerta del Cielo permitiendo que la excluyan, porque entonces vosotros mismos, cerráis la puerta de vuestra salvación. Yo bendeciré con creces a todo aquel que de una forma u otra luche por el honor y la gloria de Mi Madre y la ponga en su vida en el lugar preeminente que le corresponde. En eso se dintiguirá al verdadero hijo de María del falso. Yo, Jesús os hablo. Mi paz a todo aquel que lea estos mensajes y los ponga en práctica.