sábado, 21 de marzo de 2009

Id a las Parroquias y dad donativos para los más necesitados, y hacedlo, con espíritu de hermandad, de amor a Dios, para que no os entre presunción

Los hijos de Dios deben distinguirse por su amor a los más necesitados, Yo, Espíritu Divino, os hablo. Son muchos los fieles cristianos que llevando una vida de entrega a Dios, una vida de compromisos espirituales y de rectitud, se olvidan no obstante de los más necesitados, ignorando sus penurias y sus pesares. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Todos sois hermanos en Dios Todopoderoso, y por tanto, los hermanos deben ayudarse unos a otros, así pues hijos de Dios, considerad que en vuestro entorno tenéis personas que están padeciendo escasez, y muchas necesidades. Es cierto que dar limosnas puede producir en algunas personas respetos humanos, porque da cierto reparo tender la mano directamente a quien lo necesita de vuestro entorno, pues bien, para que nadie se sienta herido por la ayuda directa, hijos id a vuestras Parroquias y dad a vuestros párrocos limosnas y donativos para la ayuda de los más necesitados, que ya el párroco se encargará de hacer llegar lo que donéis.

Dad para libros en tiempo escolar, dad para alimentos, dad para medicinas, dad vuestros donativos para los pobres, porque eso es también una de las facetas de la vida cristiana y debéis también demostrar ahí que sois hijos de Dios Padre Todopoderoso y hermanos de Cristo Vuestro Señor. Recordad las palabras evangélicas, lo que hicisteis con uno de estos Mis hermanos, Conmigo lo hicisteis, así pues cuando deis, hacedlo con este espíritu de hermandad, de amor a Dios, para que no os entre presunción ni orgullo por lo que dais.

Tuve hambre y Me disteis de comer, tuve sed y Me disteis de beber, estaba desnudo y Me vestisteis, sí hijos de Dios, sí, haced lo que el Evangelio os pide, para que vuestro juicio final sea benévolo. Pero también tenéis que dar otra clase de alimentos como es compañía al solitario, como es escuchar al que tiene necesidad de hablar y desahogarse, como es ayudar en sus muchas cargas físicas a los que las tienen. Sed caritativos y misericordiosos como lo era Cristo Jesús, como era Su Santa Madre, sed verdaderos y auténticos cristianos, porque no solo debéis cumplir compromisos espirituales, sino que debéis de tender vuestra mano al más necesitado. Yo, Espíritu Divino, os hablo y os asesoro. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.