domingo, 23 de noviembre de 2008

Dictado del 21-11-08

Deseos impuros son deseos que Satanás os mete para llevaros a su consumación. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, debéis ser recatados en vuestras miradas y con vuestra vista y, no ver cosas obscenas ni provocativas que os puedan llevar a tentaciones fuertes o a pecar. Hoy en día hay muchos libros y revistas en que las imágenes obscenas proliferan, incluso, con las cosas sagradas, y vosotros, no debéis comprar esos libros mucho menos conservarlos, porque es veneno dañino que guardáis en vuestras estanterías, y vuestros hijos, se pueden envenenar con ese material. Yo, Jesús, os hablo.

La lámpara del cuerpo es el ojo y si el ojo está sano todo el cuerpo lo está, (Mt 6,22.) Por eso, vuestros ojos no deben divagar por imágenes, ni películas obscenas, ni pornográficas, porque terminareis siendo esclavos de esas imágenes que buscareis cada vez con mas afán, pues nunca os sentiréis saciados. No permitáis que en vuestra vida el pecado de impureza exista, porque ese pecado os llevará a buscar placeres perniciosos y a poner en práctica las obscenidades que contempláis en periódicos y libros.

Sed castos en vuestra mirada y recordad que si vuestro ojo os hace pecar, más os vale que os lo arranquéis y entrar en la eternidad con un solo ojo que perderos eternamente (Mt 5,29) por haber pecado con vuestras miradas. Yo, Jesús, os hablo. La pureza es una virtud que Me agrada muchísimo y es la virtud que recuerda a Mi Santa Madre, cuya pureza nadie la ha podido superar, ni siquiera la criatura más inocente.

Un alma pura Me posee constantemente y hace de Mí lo que quiere, pues para Mi un alma pura es un paraíso donde Me recreo y en el que resido habitualmente. Hoy en día la pureza, la modestia, la castidad, están desvalorizadas y muchos varones y mujeres se jactan de sus pecados de impureza compartidos con otras personas, pero hijos, es muy duro el infierno y el purgatorio de quienes pecaron contra el sexto mandamiento y mucho más de quienes no valoran esta virtud y la desprecian y tratan de enseñar a otros esas acciones execrables.

Hijos, sed puros y castos. Yo, lo era en extremo y deseo que vosotros pongáis todo lo que esté de vuestra parte para serlo. Destruid las prendas que tengáis provocativas y tentadoras para otros y vestid recatadamente, porque Yo Me disgusto mucho con quienes no lo hacen así.

Yo, Jesús, os hablo. Poned en práctica estos mensajes que el Cielo os da para que seáis cada día más santos y más agradables a Mi vista. Yo, Jesús, os hablo.