martes, 18 de diciembre de 2007

Dictado del 13-12-07

Las almas son Mi patrimonio. Yo soy Dueño y Señor de las almas, porque las gané con inmenso amor. Mi Padre Celestial las creó pero Yo las redimí con infinito amor.

Soy Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo, el Verbo de Dios. Yo Soy para las almas TODO, porque cubro en ellas todas sus necesidades, y así, quien no tiene paz Yo se la doy, quien tiene miedos, Yo se los quito, quien tiene inseguridades, Yo le doy toda clase de seguridad, quien tiene complejos, Yo los convierto en perlas de amor hacia Dios.

Quien viene a Mi encuentra toda clase de riqueza, encuentra un tesoro inagotable, porque Yo vivo cerca del alma que Me busca o me sigue, y la vigilo y no la dejo para nada. Si alguna vez me oculto es para mayor corona del alma, así Me oculté por tres días a mis padres terrenales, pero esa dura prueba les sirvió en la eternidad de gran corona, y a Mi Madre, la preparó para la prueba de mis tres días de sepultura.

Yo Soy Amor verdadero, sin egoísmos, sin condiciones ni limitaciones, sin amenazas ni chantajes. Yo amo incondicionalmente pero las almas no Me aman a Mi de esta manera, son pocas las almas que Me aman absolutamente y sin condiciones, solo por ser Yo quien Soy.

Soy un Dios paciente que espera constantemente vuestro retorno a Mi, espero un acto de amor, de adoración de reconocimiento de millones de almas y no Me llega, pero esas pocas almas que me aman verdaderamente, esas me resarcen muchas ignominias y olvidos, porque los hombres viven afanados en sus obligaciones y asuntos y no se desconectan ni un instante, para ofrecerme un acto de alabanza o acción de gracias.

Hijos Míos, almas amadas de Mi Corazón, elevad vuestra mente a Dios y ofrecedme desde el sitio en que estéis un acto de amor o adoración. ¿No llamáis a vuestras esposas, novios y novias, hijos y padres? ¿Por qué a Mi Me tenéis tan olvidado? No necesitáis teléfonos para hablar Conmigo, solo elevar vuestro corazón y mente al Cielo y ofrecedme un acto de amor a Mi que Soy todo Amor.

Yo, Jesús, os hablo y os doy mi bendición. Mi paz para vosotros por siempre jamás.