Luchas interiores y a veces muy duras padecen muchos de Mis fieles sacerdotes. Yo, Jesús, os hablo.Hijos Míos, os pido que en vuestros compromisos espirituales y en vuestro plan de vida espiritual, recéis asiduamente por los sacerdotes para que no sucumban a la tentación, pues Satanás los ataca una y otra vez para hacerlos pecar y para desanimarlos en las luchas interiores que tienen. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, aunque todas las almas tienen y cuentan con Mi gracia, vosotros los miembros de Mi Cuerpo Místico, debéis rezar mucho para que los sacerdotes se mantengan en santidad y no sucumban a la tentación, porque nada hay que alegre más a Mi enemigo mortal que un sacerdote esté en pecado. Yo, Jesús, os hablo.
Ofreced a Vuestra Santa Madre oraciones, sacrifícios y limosnas por los sacerdotes, pues muchos son débiles y debido a que llevan una vida espiritual floja, tienen más facilidad de caer en la tentación.
A vosotros sacerdotes amados que queréis vivir en santidad y que tenéis luchas interiores una y otra vez, os pido que no dejéis el trato Conmigo para vencer la tentación, y que ésta se convierta en una fuente de méritos, tanto si estáis cansados como si no, tanto si estáis desganados como si no, estad en Mi compañía en el Sagrario y veréis como salís fortificados en vuestras luchas interiores, porque Yo, hijos Míos, Soy la vida del alma y salud para el cuerpo, y os doy toda clase de gracias para que cumpláis vuestro ministerio según Mi santa y divina voluntad. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, muchas veces vuestro cansancio y apatía no siempre es consecuencia de las flacas fuerzas del cuerpo, sino consecuencia de vuestra flojedad en el alma, pues si vuestra vida del alma es sana y fuerte, veréis como vencéis al cuerpo y a sus inclinaciones fácilmente, y aunque padezcáis enfermedades, veréis como nos os faltan fuerzas para sobrellevarlas. Porque cuando el alma esta fuerte y bien adherida a Mí, el cuerpo se le somete fácilmente y sin ninguna dificultad. Yo, Jesús, os hablo.
Ved hijos Míos, sacerdotes de Mi Corazón, que soporté admirablemente Mi Pasión porque mi alma estaba unida a Mi Padre Celestial, fuente de toda gracia, y Mi alma venció la debilidad y limitaciones del cuerpo porque la gracia de Dios que daba vida (y fuerza) a Mi alma, le ayudó a vencer todo sufrimiento, pues cuando el alma vive en Dios y para Dios, el cuerpo se le somete, y este ejemplo que os pongo, también sirve para Mi Madre que no murió de dolor porque le sujetó la vida de la gracia que tenía en su alma. Yo, Jesús, os hablo, os instruyo y os bendigo.