miércoles, 23 de julio de 2008

Dictado del 22-7-08

Todos los hechos y cosas que os estamos anunciando en diversos mensajes que doy por todo el mundo, sucederán, y es por ello, que os lo anunciamos para que estéis prevenidos y preparados. Yo, Jesús, os hablo.

Si bien, vuestros rezos y penitencias pueden suavizar en cantidad la gran tribulación, pero hijos, rezáis muy flojamente y no sois constantes, Yo, Jesús os hablo.

Algunos mensajes que doy por medio de otros instrumentos están dichos en metáforas, pero no todos los mensajes hablan en metáfora, por eso, debéis de pedir a Mi Santo Espíritu la luz del discernimiento para que podáis entender cuando el Cielo se comunica en metáfora y cuando habla en la cruda realidad. Pero una realidad es autentica, y es, que debéis de rezar aún mas, mucho más y renunciar a placeres lícitos como playas, televisión y otros, porque esas renuncias serán aplicadas a fortaleceros en los tiempos de prueba que esta humanidad va a padecer.

¿Cómo debemos hablaros hijos Míos? Os hablamos y decimos lo que tenéis que hacer y no os despertáis de vuestro letargo. Tenéis que aumentar en vuestra vida espiritual más rezos y más ratos de oración y los que ya lo hacen, tienen que mejorarlos y no distraerse, porque esos rezos y oración son siembra beneficiosa y lluvia para los acontecimientos que vendrán. Es como si guardareis alimentos en una alacena para luego en tiempos de escasez tomar de ellos, pues así, rezar, u orar, (o hacer) penitencias, todo es almacenado en el Banco Celestial para aplicarlo en tiempos de tribulación. Yo, Jesús Vuestro Dios y Redentor, os hablo.

Invocad y ofreced también rezos y actos de piedad a mi padre terrenal José, él espera deseoso que le pidáis cosas para complaceros y ayudaros, pues la grandeza de Mi padre José, aun no está del todo demostrada, ni conocida. Pocos santos han entendido lo que es San José unido estrechamente a María Santísima. Son dos columnas fortísimas para sostener y ayudar a la Santa Madre Iglesia y todos sus hijos. Así pues, hermanos queridos, seguid estos consejos que os doy y que el amor inmenso que el Cielo os tiene os da para vuestro bien y santidad. Yo, Jesús, os hablo y os doy Mi paz y Mi amor infinitos.