domingo, 3 de agosto de 2008

¡Haced lo que El os diga!

Sí, hija Mía, sí, Yo, María Santísima, tu Madre y Madre de la Iglesia, quiero hablarte.

He escuchado tu oración y Me agrada que lo que Mi Hijo te sugiere lo pongas en práctica, porque El, hija Mía, es el Buen Pastor que guía como nadie a las almas. Por eso, debéis de poner en práctica lo que El sugiera, (porque) siempre os trae grandes beneficios, beneficios que se extienden a la Santa Madre Iglesia.

Hija Mía e hijos Míos que leéis estos mensajes, os lo digo como lo dije en las bodas de Caná: ¡Haced lo que El os diga! Porque hacer lo que El diga trae inmensos bienes a las almas, la vuestra propia y a todo el Cuerpo Místico de la Santa Madre Iglesia. Pero también hijos Míos, hacer lo que Mi Divino Hijo diga, trae también inmensos bienes a las almas que aun no pertenecen al Cuerpo Místico y que no están bautizadas.

El bien atrae el bien a la humanidad, es una regla de lo más elemental, siempre, siempre, se recoge lo que se siembra, y quien siembra o hace el bien en privado o públicamente, cosecha bien, en privado o públicamente. Yo, María, la Inmaculada Concepción, os hablo.

Hijos Míos, rezad sin cansaros, no dejéis en vuestras vacaciones el rosario, si no lo podéis rezar seguido, hacedlo por partes, pero no dejéis en vacaciones las cosas de Dios Todopoderoso.

Así que rezad, haced visitas al Santísimo en vuestras vacaciones, no penséis solo en disfrutar, pensad también que el alma cada día debe tomar su alimento y debéis regarla con rezos, Eucaristías, visitas al Sagrario y otros. Yo, Vuestra Madre Celestial, os hablo y os guío por los caminos de Dios, para que un día, lo gocéis en la visión beatifica y gocéis de (Mí) Vuestra Madre Celestial, que os espero con amor y (con) los brazos abiertos. Yo, María de Nazaret, os hablo. La paz de la Santísima Trinidad, esté con todos vosotros.