jueves, 16 de agosto de 2007

Dictado del 16-8-07

El agua es algo que limpia. El agua se emplea en purificaciones y en limpieza, también para cocer alimentos. Yo la escogí para limpiaros del pecado original. Una materia tan simple, tan al alcance de cualquiera, Yo la escogí como signo sensible, del sacramento de los bautismos. A pesar de las muchas facilidades que os doy para atraeros a la salvación eterna, cada día menos, se ponen en práctica los sacramentos.
Los padres no quieren bautizar a sus hijos bajo pretexto, de que escojan ellos cuando sean adultos. Pero sí les obligan a asignaturas o CLASES para los que no están preparados o les repugnan a los niños, como la música u otros, ahí no respetan su libertad, no los dejan escoger cuando sean adultos y los cargan con largas sesiones de solfeo que a muchos niños y niñas, traumatizaran.
Yo soy Jesús de Nazaret, el Unigénito, Hijo de María y José. Vine a la tierra a enseñaros y a salvaros. Todo lo deje bien hecho y después, Mi Santo Espíritu secundó mi obra y la llevó a plenitud con sus dones y frutos.
Pero hoy el bautizo de los niños se está perdiendo por falta de instrucción. Los párrocos deben instruir a los padres, antes incluso, de que lo sean, para que sepan lo que pierden sus hijos por una decisión errónea de ellos.
No se como voy a juzgar a esta generación que cada día Me da mas la espalda, y quienes me tienen que servir, tampoco lo hacen. No les duele como a Mí y a Mi Madre esos niños que no se bautizan. Porque si les dolieran, irían a sus hogares y les explicarían las gracias que pierden y la gracia tan grande que es bautizarse

Quiero sacerdotes que hagan todo esto. Que su entrega sea sin límites, ni condiciones. Quiero que Mi Liga de sacerdotes trabaje en Mi Viña, sin mirar el reloj. Yo les daré fuerzas y dones, unidos a Mí serán fecundos, y sus siembras serán de extensas cosechas.

¡Hijos míos! ¡sacerdotes de Mi Liga! Sed otros cristos que infatigablemente recorráis los hogares, y habléis a los corazones de sus moradores. Vuestras palabras serán dardos que los alcancen en el corazón. Comprenderán lo que les digáis y si no tenéis que cobrarles nada, porque no puedan pagar, Yo os lo pagaré centuplicadamente. Pero sed Mis viñadores, ¡los Míos! no los del mundo, ni los del Obispado, ¡los Míos! Con tanto celo apostólico y amor, que confundáis a vuestros Obispos y a todos los demás hermanos sacerdotes. Que sepan de vuestros pasos y celo apostólico. Os lo pide Vuestro Hermano, Jesús de Nazaret, Hijo de María, y os lo pagará Mi Padre como si Yo Mismo lo hiciera.

Os doy Mi bendición para vosotros y vuestro trabajo. Para vuestros familiares y seres queridos. Nada os negaré de lo que me pidáis, porque vosotros, tampoco debéis negarme lo que Yo, Jesús, os pido. Paz a vosotros, hijos míos queridos.