La humanidad pecadora que Me ha dado la espalda y vive fuera de Mis leyes, no tendrá parte Conmigo en el Reino de los Cielos. Serán a los que diré: “Id malditos de Mi Padre al fuego eterno que os tengo preparado, porque no os conozco” (Mt 25, 41) Son duras, Hijos Míos, estas palabras, pero son auténticas, ellas están en la Biblia, y quien vive fuera de Mis leyes y enseñanzas evangélicas, ya escogió su camino. No vale para la salvación del alma tener poder en la tierra o tener fortuna. No vale tener buena reputación, ni haber hecho grandes obras en la tierra que no fueron para Mi gloria. Todo aquel que se salta Mis leyes no tomará parte Conmigo y vivirá su eternidad alejado de Mí para siempre, como vive esta vida efímera y pasajera, alejado también de Mi y desentendiéndose de todos Mis preceptos. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo.
Por eso, os lo dije también en Mi Evangelio: ¿De que le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mt 16, 26) Esta humanidad pecadora que Me ha dado la espalda, es como las vírgenes necias que no llenaron sus lámparas de aceite, (Mt 25, 3) y Yo que Soy también justicia, juzgaré a cada cual según sus obras y cada cual recogerá según ellas.
El que Me negare en esta mundo con su mala vida, con su forma de vivir anticristiana y antievangélica; el que Me niegue en esta vida ignorándome y diciendo que Yo fui solo un personaje histórico, Yo lo negaré en la otra y le diré ¡no te conozco maldito de Mi Padre! ¡No te conozco! (Lc 13, 27)
Todo esto hace sufrir a Mi Madre que sabiendo el sacrificio cruentísimo y dolorosísimo que padecí en la Cruz para salvaros, al ver que a muchos no aprovechará Mi sacrificio, le hace sufrir, porque Mi Divina Sangre se pierde en tantas almas que no desean convertirse ni hacen el mínimo esfuerzo por su parte. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y la de la Santísima Trinidad alcance a todo aquel que crea en Mí y en mi Evangelio.