jueves, 28 de junio de 2007

Dictado del 28-6-07


Es verdad que cada cual debe procurar que su vida sea recta y santa. Es verdad que cada uno debe poner todo lo que esté de su parte para venir a Mí, pero Yo que soy manso y humilde de Corazón, voy al encuentro del alma tan pronto la veo esforzarse, por salir del estiércol (pecados). Todos sois pecadores, nadie puede decir que no lo es, pero Yo no miro la inmensidad de sus pecados, sino la voluntad que pone en querer salir de ellos. Sus esfuerzos, sus deseos, es lo que Yo miro, el verdadero deseo de querer salir de ellos.

Yo bendigo en demasía (exceso) al alma que no quiere pecar y la ayudo en ese deseo, porque ella sola no podría salir adelante. Yo la ayudo, le doy mi mano (gracia) y mi Madre también.
Invocad a vuestros santos Ángeles de la guarda, los tenéis muy olvidados, ellos os aman y son vuestros guías buenos hacia Dios. Los Ángeles interceden por vosotros ante mi Trono, invocadlos a diario. Vuestros santos patronos también son amigos celestiales que os ayudan en vuestro caminar, invocadlos también, rezadles, hacedles novenas y ofrecedles obras buenas (promesas), ellos me las presentan a Mi y Yo os doy mi bendición a través de ellos.

No abandonéis a vuestros moribundos a su suerte. Presentádmelos a Mi, en esas amargas horas Yo duplico mis gracias y mi amor los impregnan como nunca. Agua bendita, rosarios, sacramentales y la invocación a mi Madre que ama a los moribundos de forma especial y me los presenta.

Yo soy un Dios de Amor y Misericordia, lento a la cólera y que paga el céntuplo por cualquier insignificancia que me hagáis, si vuestro corazón está limpio de maldad y tiene rectas intenciones.

Si supierais como Soy no podríais asimilar tanta grandeza, porque en vuestro lenguaje no podéis expresar la grandeza de mi Amor Misericordioso y cualquier comparación de esta Misericordia, como el hijo prodigo, es pobre y limitada para reflejarme. Mi Padre es Bondad Infinita, Tierno y Misericordioso y ama a todo el que Me ama y lo dota de gracia y benevolencia.

Amaos hijos míos unos a otros y me reflejareis en vuestros espíritus. Yo soy Amor y en vuestro amor (mutuo) se verá que Yo resido en vosotros.

Os doy mi bendición y deseo que llegue a todos aquellos que lean estos mensajes, que dicto para el bien de vuestras almas. Propagadlos y pedidme vuestra ayuda para que sean entendidos y sepáis discernir lo que viene de Mi y lo que no.