sábado, 2 de febrero de 2008

Dictado del 1-2-08

Mi mejor deseo es que todas las almas se salven. No hay un deseo más ardiente en Mi Divino Corazón. No quiero que se condene ninguno ni siquiera mis más obstinados enemigos. Yo amo a todos por igual, aunque a veces, haga excepciones en mis tratos con las almas por un sentimiento de justicia, pero deseo de todo Corazón, que todas las almas se salven y presentárselas impregnadas de Mi Preciosísima Sangre a Mi Padre Eterno.

Hijos y hermanos queridos de Mi Divino Corazón, os pido que Me ayudéis a hacer realidad este deseo de Mi Corazón. Hoy es primer viernes de mes y os habla Mi Sagrado Corazón y os pide que Me ayudéis a salvar a las almas, porque voy de acá para allá por todos los puntos de la tierra buscando apóstoles verdaderos, y son pocos los que encuentro.

Yo vine a por los pecadores y el más empedernido Me llena de ternura, porque deseo darles Mi Vida Divina y llevarlos a Mis moradas celestiales. El enemigo de las almas trata de meter en las mismas el desaliento, para que crean que Yo no les perdono sus muchos pecados. Trata de hacerles creer que no son dignos de Mi misericordia, pero Yo os digo, que Mi misericordia es un abismo insondable que nadie puede medirla porque no tiene limite ni fin. Creed en Mí que os redimí y no creáis al que Me odia y desea perderos, más por odio hacia Mi que por otra cosa. Creed en Mis palabras divinas y no os sintáis desalentados por vuestros muchos pecados. Mi Sangre Preciosísima todo lo lava pero tenéis que creer en Mí y haced lo que os mando, que es cambiar de vida y cumplir los mandamientos. Yo, Jesús, por medio de Mi Divino Corazón os hablo.

Vosotros no podéis ni imaginaros un Dios de tanto amor como Soy Yo el Redentor. Vosotros no podíais pensar en un Dios de misericordia y bondad como Soy Yo, Vuestro Hermano y Redentor. Hijos Míos, vuestra incredulidad Me duele mas que vuestros mas horribles pecados, porque quien no cree en Mi bondad, en Mi amor, en Mi misericordia entonces Me esta poniendo a su altura y en su vileza.

Venid a Mí, hijos Míos, ovejas de Mi redil, que aunque os halláis extraviado y aunque halláis perdido el norte de vuestras vidas, Mi poder es tal, que puedo todavía si os dejáis, haceros grandes santos y santas, porque Yo resucito lo muerto, Yo doy vida donde no la hay, Yo doy gracias a raudales, Yo solo deseo que el alma Me acepte como su Dios y Señor y Me deje obrar en ella, porque deseo, que todos y todas se salven. Yo Jesús el Redentor del mundo os hablo y os invito a venir a Mi Corazón Divino, junto a Mí, Mi Santa Madre también os espera. Paz a vosotros hijos de Mi Corazon.