Hijos Míos, luces es lo que tenéis que pedir para vuestros espíritus, luces. Pedís al Cielo de todo menos aquello que os es necesario. Una sola cosa es necesaria y es salvarse, todo lo demás es pasajero, efímero y caduco. Nada va a perdurar en esta vida, todo pasará pero las luces que el Cielo os de, ellas os guiaran hacia la eternidad dichosa.
No tenéis ningún interés en enmendaros en vuestra vida de pecado. No os laváis de tanta podredumbre. Aunque Yo Jesús, estuviera de nuevo presente entre vosotros evangelizando, no serviría de nada, porque vuestra voluntad está en deseos mundanos, materiales y pecaminosos.
Diréis que Me repito mucho, hijos, pero todo lo que Me repita para salvaros o posponer vuestras actitudes de pecado, es poco. Si tuvierais conciencia de lo que es el infierno, no daríais lugar ni a la más leve imperfección. Algunos Me amáis, pero no por eso, os limpiáis de podredumbre. Vicios y malas costumbres no las erradicáis, cuando si os lo propusierais firmemente, saldríais sin dificultad de vuestra situación.
La firmeza es virtud que debéis pedirme, porque Satanás teme mucho a un alma firme, ya que sabe que no la doblegará a sus sugerencias y no la vapuleará a su antojo. No basta querer salir del pecado, es necesario poner los medios. Porque lo mismo que un enfermo que quiera sanarse, debe de poner los medios y no solo desearlo, también vosotros tenéis que poner los medios para no volver a pecar.
Y si una mala compañía os induce al pecado, abandonadla para siempre. Y si una película os hace pecar, no la veáis, y así con todo. Hijos Míos, invocad a vuestros santos ángeles, ellos están para guiaros y ayudaros en vuestro camino hacia la eternidad. Y lo mismo que los ángeles caídos os inducen a pecar y os tientan, vuestros ángeles custodios están para que no os perdáis y guiaros. Pero sofocais sus santas inspiraciones bien pronto, porque estáis enfangados en el materialismo, comodidad y en el vicio.
No esperéis a más adelante, proponeros ya el cambio, Yo Jesús, Vuestro Salvador, estaré a vuestro lado apoyándoos. Sed firmes en vuestros buenos deseos, no los sofoquéis, que ya Mi enemigo mortal se encargará de que vuestros propósitos, no maduren. Hijos, firmeza y oración y la devoción a Mi Santa Madre que también es Madre Vuestra y os ama sin limites, ni condiciones. Os doy Mi bendición y Mi paz.