la sed horrible que me quema porque tantas
almas Me desprecian, Me toman
por un cuento y Me odian.
¡Dadme de beber!
Es Jesús de Nazaret quien nos pide de beber. Y nos pide agua limpia de nuestras rectas intenciones. Amor desinteresado. Entrega verdadera e incondicional. Fe maciza, autentica, fe en la pruebas, en la noche oscura del alma. Esperanza en El y en su Divina Providencia. El, Jesús de Nazaret, nos pide de beber. Calmemos su sed.
Príncipe nobilísimo de la Jerarquía Angélica, valeroso guerrero del Altísimo, celoso amador de la gloria del Señor, terror de los ángeles rebeldes, amor y delicia de todos los Ángeles buenos. Arcángel San Miguel, deseando ser incluido entre tus numerosos devotos, me consagro hoy a ti y te pido ser admitido en tus Milicias. Me pongo yo mismo y mi trabajo, familia, amigos y todo lo que me pertenece, bajo tu vigilante protección.
El mal es algo que actualmente cubre la tierra de oriente a poniente. No hay nación que no sea invadida por el mal. Es como una marea negra que envuelve a las naciones, llegando a todos los rincones. Y el mal está en la Iglesia, en la política, en los centros de trabajo, en los hogares, en los conventos, en los Ministerios, oficinas, colegios, en todos los lugares de la tierra, porque la tierra está contaminada por el vicio y leyes satánicas.
Hijos Míos, luces es lo que tenéis que pedir para vuestros espíritus, luces. Pedís al Cielo de todo menos aquello que os es necesario. Una sola cosa es necesaria y es salvarse, todo lo demás es pasajero, efímero y caduco. Nada va a perdurar en esta vida, todo pasará pero las luces que el Cielo os de, ellas os guiaran hacia la eternidad dichosa.