Hijos Míos, sacerdotes de Dios, Yo os hablo, Jesús de Nazaret, Vuestro Dueño y Señor. Yo espero de vosotros TODO, vuestra entrega, vuestro amor, vuestro sufrimiento, TODO. Pero vosotros, siervos Míos amados, esperad de Mi también todo, porque no os negaré nada de lo que necesitéis, para vuestra fidelidad a Mi y vuestra santificación. Hijos Míos, os hablo por medio de este instrumento que deseo respetéis y améis, porque Me sirve con amor y vosotros debéis amarlo (1)
No os preocupéis de vuestras necesidades materiales que Yo os la cubrire si Me servís con esa entrega total que os pido. Mi Madre debe ser honrada por vosotros y exaltada en las homilías. Debéis amarla y acudir a Ella en vuestras penas y pesares. Mi Madre aparte del gran amor que os tiene, os tiene un gran respeto porque tocáis Mi Sagrado Cuerpo Eucarístico, y eso a Ella le conmueve mucho. Sois para Ella los niños predilectos que intercede constantemente por vosotros, porque Ella al ver vuestra gran misión y lo necesarios que sois para el Sacrificio Eucarístico, os mima de una forma especial. Acudid hijos Míos a Ella.
No os dejéis arrastrar por las corrientes del mundo tan pecaminosas y dañinas para vuestra vocación. Apartaos del mundo y sus cosas, porque sino, las corrientes mundanas os pueden arrastrar a vicios y deseos no cristianos. No deseéis el dinero, Yo fui pobre absoluto y ni siquiera quise usar de Mi Poder Divino para aliviar o remediar Mi pobreza y escasez, ni la de Mis padres terrenales.
Imitadme en todo, sobre todo, en la misericordia. Ser misericordiosos no quiere decir consentir. No debéis consentir el pecado y debéis aconsejar según Mis leyes y como Yo Mismo lo haría, pero con el pecador empedernido, debéis ser misericordiosos cuan padre amoroso, porque vosotros si no lo sois, se desesperaran (los pecadores) que ya se encargaría Mi enemigo mortal, de que el pecador no quiera volver a Mi, se desaliente y abandone todo. Vosotros ayudad al que quiere regresar a Mi redil y aceptadlo con misericordia, pero con firmeza. Ayudadle a no volver a caer, cuantas veces haga falta.
Preparad a Mis moribundos, no los abandonéis, ellos ya libran su última batalla y Me darán cuentas. Id vosotros mismos a visitarlos, ellos os necesitan a vosotros que Me representáis, ellos ven en vosotros a Mi, que Soy Dios de Amor y Misericordia. Yo, hijos y siervos Míos, os daré todas las gracias necesarias para estas empresas, pero no Me neguéis vuestro amor y entrega, no Me pospongáis a nada ni a nadie y vuestro ministerio se verá bendecido constantemente. Yo Jesús, Hijo del Altísimo.
(1) Aquí dice el Señor mas cosas sobre el instrumento, pero el instrumento no las ha querido poner.
No os preocupéis de vuestras necesidades materiales que Yo os la cubrire si Me servís con esa entrega total que os pido. Mi Madre debe ser honrada por vosotros y exaltada en las homilías. Debéis amarla y acudir a Ella en vuestras penas y pesares. Mi Madre aparte del gran amor que os tiene, os tiene un gran respeto porque tocáis Mi Sagrado Cuerpo Eucarístico, y eso a Ella le conmueve mucho. Sois para Ella los niños predilectos que intercede constantemente por vosotros, porque Ella al ver vuestra gran misión y lo necesarios que sois para el Sacrificio Eucarístico, os mima de una forma especial. Acudid hijos Míos a Ella.
No os dejéis arrastrar por las corrientes del mundo tan pecaminosas y dañinas para vuestra vocación. Apartaos del mundo y sus cosas, porque sino, las corrientes mundanas os pueden arrastrar a vicios y deseos no cristianos. No deseéis el dinero, Yo fui pobre absoluto y ni siquiera quise usar de Mi Poder Divino para aliviar o remediar Mi pobreza y escasez, ni la de Mis padres terrenales.
Imitadme en todo, sobre todo, en la misericordia. Ser misericordiosos no quiere decir consentir. No debéis consentir el pecado y debéis aconsejar según Mis leyes y como Yo Mismo lo haría, pero con el pecador empedernido, debéis ser misericordiosos cuan padre amoroso, porque vosotros si no lo sois, se desesperaran (los pecadores) que ya se encargaría Mi enemigo mortal, de que el pecador no quiera volver a Mi, se desaliente y abandone todo. Vosotros ayudad al que quiere regresar a Mi redil y aceptadlo con misericordia, pero con firmeza. Ayudadle a no volver a caer, cuantas veces haga falta.
Preparad a Mis moribundos, no los abandonéis, ellos ya libran su última batalla y Me darán cuentas. Id vosotros mismos a visitarlos, ellos os necesitan a vosotros que Me representáis, ellos ven en vosotros a Mi, que Soy Dios de Amor y Misericordia. Yo, hijos y siervos Míos, os daré todas las gracias necesarias para estas empresas, pero no Me neguéis vuestro amor y entrega, no Me pospongáis a nada ni a nadie y vuestro ministerio se verá bendecido constantemente. Yo Jesús, Hijo del Altísimo.
(1) Aquí dice el Señor mas cosas sobre el instrumento, pero el instrumento no las ha querido poner.