jueves, 27 de agosto de 2009

No Me dejéis en la tortura de la sed.Tratad de dadme de beber un poco de amor y de reparación. Apagad la sed que Me devora de bondad y de santidad

Actos de amor, actos de amor y reparación pido para las amarguras de Mi Corazón. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, que sabéis que existe el mal en dimensiones atroces, tratad de dadme de beber un poco de amor y de reparación. Apagad la sed que Me devora de bondad y de santidad y no Me dejéis en la tortura de la sed. Sí, hijos Míos, ¡tengo sed! Tengo mucha sed de almas buenas, de almas que Me den su amor incondicionalmente, de almas que sufran Conmigo, de almas que Me acompañen en las soledades de Mi sagrario, tengo sed de amor santo, y apenas encuentro quien calme Mi sed, Yo, Jesús, os hablo.

Vosotros que habéis sufrido alguna vez la ignominia, el abandono, el rechazo, la calumnia, sabéis lo dolorosa que es la prueba de todo eso, porque duele en el corazón y en el alma todo lo que nos hacen. Pero ved cuan grande es Mi dolor porque hay fieles que han quemado Mis Biblias, fieles que han quitado Mis imágenes de sus hogares y las han tirado o guardado en un trastero. Hijos Míos, ¡como avanza el mal! Corre a pasos agigantados y Yo busco almas que quieran ofrecerme su amor total y, todo lo que estén dispuestas a padecer por Mí. Yo, Jesús, os hablo.


Soy Jesús de Nazaret quien os habla. Os hablo y os abro las amarguras de Mi Corazón, para que veáis como está de lacerado, de olvidado, de ignorado. Cada día más Mis párrocos eliminan devociones. Cada día más, eliminan los cantos sagrados y los escritos que hablen de devociones y espiritualidad


Solo quieren donativos para sus parroquias, buenos ingresos para hacer viajes, fiestas o reformas, pero se gastan poco o nada, en dar cursos de formación auténtica, cursos de fe, peregrinaciones que se vivan o se hagan con espíritu evangélico y no como turismo. Y Yo, en este mundo, preso en los sagrarios pocos vais a visitarme y a dialogar un rato Conmigo, que tanta sed tengo de vosotros y de vuestro amor.


Tenéis tiempo para todo menos para Mí. Soy el último en vuestra agenda, y para la mayoría de vosotros, ni siquiera Soy el ultimo. Mi Madre cuánto sufre por lo que Me hacéis. Ella desea que Yo sea amado y adorado, pero sus deseos no se hacen realidad en la mayoría de las veces. Sí, hijos, sí, Soy Vuestro Redentor, pero os da lo mismo, pasáis de Mí y de Mi Evangelio y solo tenéis tiempo para el deleite o el goce pecaminoso que tenéis en vuestras vidas, y Yo, os espero inútilmente. Hijos Míos, este es Mi mensaje de hoy, ¡dadme de beber amor verdadero! ¡Dádmelo! Os lo pide Vuestro Redentor, Jesús, de Nazaret, Hijos, ¡tengo sed de amor!