Hijos Míos, Yo Soy Vuestra Madre Celestial quien os habla. Hijos, vosotros sabéis que la madres verdaderas aman a sus hijos a pesar de su defectos y fallos. Sabéis que las madres verdaderas desean siempre lo mejor para ellos, y abogan a Dios Altísimo para que los proteja y les conceda en esta vida su felicidad y realización.
Hijos Míos, Yo también Soy una Madre verdadera que aunque no os engendré biológicamente, os dí, al daros a Mi Divino Hijo, la Vida de la Gracia. Yo intercedo como vuestras madres biológicas por vosotros para que en la otra vida seáis felices y estéis realizados según los planes de Dios, y Yo, hijos Míos, como Madre Vuestra que Soy, pido a Dios Todopoderoso toda clase de bienes para vuestras almas y para que lleguéis a la eternidad con más meritos y mayor corona.
Pero no todos aceptáis las gracias que el Cielo os da y las malográis por comodidad, por falta de esfuerzo, por vivir en pecado, y esas gracias que Me costaron lágrimas e intercesiones para conseguirlas, vosotros las malográis porque no queréis hacer el mínimo esfuerzo para salir del pecado. Yo Soy Vuestra Madre verdadera, la que aboga por vuestras almas, por vuestros asuntos y os ama como nadie os ama, a excepción de Mi Divino Hijo cuyo amor es infinito.
Os pido que reflexionéis sobre vuestras vidas y las enmendéis. Pensad que la muerte no avisa y que os puede sorprender en algún momento y no estar preparados, y aunque seáis jóvenes, esto puede pasar. Muchos, muchos jóvenes mueren diariamente, por tanto, vivid como si vuestra hora estuviera a punto de llegar, porque hay que vivir en todo momento preparados para el día del juicio. Si viniera una inspección de sanidad a vuestras casas y habitaciones y os sancionaran por no tenerlas en condiciones, seguro que aunque no supierais el día ni la hora, sabiendo que vendrían de todas formas, sin duda que las arreglaríais al saber que esa inspección sería inminente.
Hijos Míos, no os juguéis la eternidad por unos cuantos placeres pasajeros que no os dan la paz ni la felicidad, porque siempre buscáis más para ser felices y nunca llegáis a serlo. Vivid en santidad, esforzándoos cada día que Vuestra Madre Celestial os ayudará, aunque, tenéis que poner vosotros de vuestra parte, porque es labor vuestra enmendar vuestras vidas con las gracias del Cielo. Sí, hijos, sí, Yo os aviso de que tenéis que ser mejores y esforzaos más, no basta lamentar, hay que poner empeño, porque si lamentáis solamente, poco conseguiréis. Este es Mi comunicado de hoy, que seáis mejores y que pongáis más empeño en ello, porque alguno de vosotros tenéis en el alma toda clase de inmundicia que son vuestros pecados mortales. Yo, María, Vuestra Madre Celestial, os hablo.
Hijos Míos, Yo también Soy una Madre verdadera que aunque no os engendré biológicamente, os dí, al daros a Mi Divino Hijo, la Vida de la Gracia. Yo intercedo como vuestras madres biológicas por vosotros para que en la otra vida seáis felices y estéis realizados según los planes de Dios, y Yo, hijos Míos, como Madre Vuestra que Soy, pido a Dios Todopoderoso toda clase de bienes para vuestras almas y para que lleguéis a la eternidad con más meritos y mayor corona.
Pero no todos aceptáis las gracias que el Cielo os da y las malográis por comodidad, por falta de esfuerzo, por vivir en pecado, y esas gracias que Me costaron lágrimas e intercesiones para conseguirlas, vosotros las malográis porque no queréis hacer el mínimo esfuerzo para salir del pecado. Yo Soy Vuestra Madre verdadera, la que aboga por vuestras almas, por vuestros asuntos y os ama como nadie os ama, a excepción de Mi Divino Hijo cuyo amor es infinito.
Os pido que reflexionéis sobre vuestras vidas y las enmendéis. Pensad que la muerte no avisa y que os puede sorprender en algún momento y no estar preparados, y aunque seáis jóvenes, esto puede pasar. Muchos, muchos jóvenes mueren diariamente, por tanto, vivid como si vuestra hora estuviera a punto de llegar, porque hay que vivir en todo momento preparados para el día del juicio. Si viniera una inspección de sanidad a vuestras casas y habitaciones y os sancionaran por no tenerlas en condiciones, seguro que aunque no supierais el día ni la hora, sabiendo que vendrían de todas formas, sin duda que las arreglaríais al saber que esa inspección sería inminente.
Hijos Míos, no os juguéis la eternidad por unos cuantos placeres pasajeros que no os dan la paz ni la felicidad, porque siempre buscáis más para ser felices y nunca llegáis a serlo. Vivid en santidad, esforzándoos cada día que Vuestra Madre Celestial os ayudará, aunque, tenéis que poner vosotros de vuestra parte, porque es labor vuestra enmendar vuestras vidas con las gracias del Cielo. Sí, hijos, sí, Yo os aviso de que tenéis que ser mejores y esforzaos más, no basta lamentar, hay que poner empeño, porque si lamentáis solamente, poco conseguiréis. Este es Mi comunicado de hoy, que seáis mejores y que pongáis más empeño en ello, porque alguno de vosotros tenéis en el alma toda clase de inmundicia que son vuestros pecados mortales. Yo, María, Vuestra Madre Celestial, os hablo.