jueves, 4 de octubre de 2007

Todo está regido por Dios

En el cielo las almas alaban constantemente a Dios y, en la tierra el pecado lo deshonra también constantemente. Los bienaventurados SON ALMAS YA GLORIFICADAS LLENAS DE AMOR PORQUE SUPERARON LA PRUEBA TERRENAL Y YA GOZAN EL PREMIO ESPERADO Y MERECIDO (1). Sus cánticos llegan al Trono de la Santísima Trinidad cuan melodías angelicales. Los bienaventurados son la gloria de Dios y Dios es para ellos el gozo de ellos.

En el cielo todo es armonía, gozo, paz. Allí se aman unos a otros en Dios, porque viven sumergidos en su Esencia y todos disfrutan de la misma, según los méritos que tuvieron. Ven a sus Santos Ángeles de la Guarda con quienes se comunican y, a veces, (los) envían a ayudar a sus familiares, que aún están en la tierra. Lo más bello de la tierra, los parajes más bellos y únicos de este mundo, no son nada comparados con los goces celestiales. Las melodías más bellas de los grandes clásicos, no tienen ni punto de comparación con las melodías celestiales o las melodías de los coros angélicos.

Allí el gozo es el habitad de los bienaventurados. Allí todo es paz y orden, todo esta en su justa medida, todo esta regido por Dios.

Allí se hace en todo momento la Voluntad de Dios, de ahí, que como consecuencia de hacer esta Voluntad, todo sea belleza y armonía, porque es el no cumplir esta Voluntad lo que hace de la tierra un estercolero, un contenedor de pecados y acciones abominables.

Quien cumple la Voluntad de Dios en la tierra, gusta un poco (en la misma) de lo que será su bienaventuranza, pero es una pequeñisima parte, comparado con lo que le espera. Nadie podría soportar en el plano humano un poco de gozo celestial porque moriría de amor y alegría. De ahí, que la vida de la fe sea tan importante, porque si en esta vida se abriera la fe y viéramos con nuestros ojos lo que se cree por la fe, nuestro organismo quedaría fulminado por la grandeza de la visión. Yo Soy el Espíritu de Sabiduría que os habla. Paz y Amor.


(1) Se ponen solas las letras en mayúsculas.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Fue una escuela de amor

El primer hombre se llamó Adán y el hombre por antonomasia, se llama Jesús. Jesús tuvo que rehacer lo que Adán deshizo. El tuvo que abrirnos las puertas del Cielo que por el pecado de Adán, se habían cerrado.

Yo soy San José, esposo de Maria Santísima, padre putativo de Jesús, mi Dios y Señor y mi Divino Hijo. Yo conviví con el Redentor, oía su respiración en su cunita, veía sus juegos, su mirada bondadosa y humilde, yo tuve la suerte inmensa de vivir con el Redentor y cuidarlo personalmente. Nadie puede imaginar la grandeza tan inmensa que supuso para mi este hecho.

Todos los días me admiraba de sentirme el elegido para proteger y guiar a la Sagrada Familia. Yo fui un hombre sencillo y muy honesto. La Virgen me amaba inmensamente, pero muy castamente, al igual que yo a Ella. Ambos meditábamos juntos el gran Misterio de Cristo: Su Encarnación. Y vernos sus protectores y sus padres legítimos, nuestros corazones gozaban inmensamente dando sin cesar gracias a Dios.

Yo José fui un humilde artesano, apenas ganaba para el sustento diario, (1) pero éramos felices porque teniamos al Hijo de Dios con nosotros, compartiendo nuestra pobreza, nuestra indigencia y nuestro amor.

Éramos indigentes mas por voluntad propia que por otra cosa, porque dábamos casi todo nuestros ingresos y nunca permitimos que Nuestro Hijo, careciera de lo mas elemental.

Fue una escuela de amor la nuestra. Sabíamos que el Padre Eterno nos miraba complaciente y en muchas ocasiones veíamos a Nuestro Niño Jesús, hablar con El en oración. Nosotros aprendimos de El muchas cosas, sobre todo, la verdadera humildad por ese anonadamiento que el Niño Jesús, hizo de su divino rango. No quiso mostrarse como Mesías hasta que llegase su hora, hora que yo, ya no vi.

Yo soy Patrono de la buena muerte y deseo que me invoquéis como tal para vosotros y para vuestros moribundos. No desestimo nunca las peticiones que me hacéis por los moribundos porque esa ultima hora, hay que reforzarla con más oración y fe que nunca.

Yo os hablo en estos últimos tiempos para que contéis conmigo en los momentos difíciles y, si fui testigo de la Primera Venida de Cristo, ahora quiero ser un bienaventurado con el que contéis para las Segunda Venida que muchos de los que lean este mensaje, verán.

En mi Cielo junto a Jesús y Maria, yo José, os espero después de que superéis cada cual la prueba que Dios os de, antes de entrar en la eternidad. Paz a vosotros. Alabado sea Dios.


(1) En otro mensaje pone que San José no cobraba muchos de los trabajos que hacía.

La batalla del bien contra el mal

Dios es el Padre Universal de todo el mundo. El es un Padre que mira las necesidades de sus criaturas. El provee de todo a la personas y no hay un segundo que aparte su mirada de ellas.

Yo soy Miguel, el Arcángel que se opone al demonio. Yo obedezco a Dios, al Altísimo, y a la Reina Nuestra y lo hago con inmenso amor.

Yo voy a librar en vuestro mundo una terrible batalla, la batalla del bien contra el mal y lo haré por orden del Altísimo.

Aquellos mis devotos y todos cuantos me honran con medallas, estampas novenas, coronillas, ya están bajo mi amparo. Ellos ya no tienen que temer porque yo los protejo y si ellos me han escogido a Mí, (en sus devociones) yo ya no los dejo.

Yo venceré con todos los coros angélicos que el Altísimo pondrá en mis Milicias, pero necesito que quienes ya me honran, me den a conocer a otras muchas almas y a sacerdotes, porque ellos deben saber que Yo soy el Cabeza que el Altísimo ha escogido para esta batalla del mal contra el bien. Todos venceremos.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Fue un tormento cruelísimo

Es el día de la Pasión de Cristo. Hasta la Naturaleza se conmueve cuando expira. Su Madre al pie de la Cruz sujetada por las santas mujeres, no sucumbió. Quiere acompañar a su Hijo hasta el final. Nadie puede comprender, ni valorar en toda su magnitud, el dolor de la Santísima Virgen, fue un tormento cruelisimo ver a Su Hijo como lo vio, sabiendo que era Dios.

Al ver a su Hijo en esas condiciones, Llagado de Pies a Cabeza, Lacerado en todas las partes, comprendió con luces especiales, la gravedad del pecado, la fealdad y malicia del mismo. ¡Que no hubiera hecho Ella por ponerse en el lugar de su Divino Hijo! Todo le hubiera parecido poco por aliviar en algo, los dolores fisicos y morales de Su Unigénito.

Ella soportó con amor intenso la espada de dolor que le traspasó el alma y, se la ofreció al Padre Eterno para que añadiese su pena, su amargura a la de Su Amado Hijo, y el Padre Celestial así lo aceptó. Por eso, el poder de la Virgen en el Cielo es único. Ella hizo en la tierra en todo momento la Voluntad Divina y así en el Cielo, la que no negó nada en la tierra a Dios, Dios no le niega nada a Ella en el Cielo.

Pero el sufrimiento aceptado en la tierra de las almas es un aval muy grande para el Cielo. El alma adquiere vertiginosamente méritos impensables, son bienaventurados que brillan con luces diferentes en la eternidad. Avanzan en poco (tiempo) lo que a otros les cuesta años, el sufrimiento aceptado y unido a los de Cristo, se convierte en redentor de las almas y (unido al de Cristo) en cierto modo, se convierte en infinito. Pero es necesario para que tenga ese valor, aceptarlo y si además se acepta con amor, el sufrimiento es la mejor perla que se puede presentar a Dios.

Vosotras almas queridas, que tanto teméis al sufrimiento, no sabéis lo que os perdéis. Sufrir es avanzar por la senda de Dios a pasos agigantados. El sufrimiento aceptado tiene todos los ingredientes. Tiene la paciencia, la penitencia, la esperanza, la fe, el amor y muchas, muchas más virtudes. Es un plato con toda clase de combinaciones, no le falta nada y, el Padre Celestial al alma que sufre y acepta su situación, le tiene preparado un sitio especial en el Cielo. Porque quién sufre en esta vida, se resta Purgatorio en la otra, repara no solo sus pecados, sino los de muchas almas, son como “cristos terrenales” que aceptan y cargan con su cruz, cada día. Es la prolongación de la Pasión de Cristo de la que habla San Pablo.

Así pues almas cristianas, aceptad vuestras cruces con amor y añadirlas a la de Cristo Jesús, para que El en vosotros, siga redimiendo a la humanidad pecadora. Yo Soy el Espíritu Divino, Tercera Persona de la Santísima Trinidad quien os habla. Yo Soy Espíritu de Amor. Paz a vosotros.


(1) Los sufrimientos de Cristo no se pueden comparar con los nuestros, ni siquiera todos juntos. Fueron intensisimos.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Dictado del 29-9-07

Hijos amados de Mi Corazón Divino, Yo Soy Jesús de Nazaret, Redentor del mundo. Yo os amo sin límites ni condiciones, si bien, es necesario que para entrar en Mi Reino no pequéis más. El pecado no viene de Mí, es un mal muy grande que os sugiere Satanás, y vuestros mismos deseos desordenados y concupiscentes.

El pecado debéis evitarlo una y otra vez, porque Yo tuve que venir a redimiros del pecado para abriros las puertas del Cielo. Y si Yo que fui Santo, Santo, Santo, tuve que padecer siendo inocente, vosotros que no lo sois, debéis de luchar encarecidamente por evitar el pecado y toda clase de faltas, por pequeñas que sean, porque si consentís en una falta pequeña, después viene otra y otra y otra, y así, os crean malos hábitos que os predisponen, a que os cueste mas vencer las tentaciones y los pecados graves.

Limpiad vuestro corazón de deseos materiales. No aspiréis tanto a tener dinero que el dinero no abre las puertas del Cielo, y para muchos, puede ser motivo de condenación. Conformaos con lo que tenéis y si os falta, acudid a Mí para que Mi Divina Providencia, os provea. Compartid con los pobres y dad limosnas a través de Parroquias, Asociaciones y ONG porque ellos hacen llegar vuestros donativos a familias y personas que realmente los necesitan. Mi Madre y Mi padre José no tuvieron apenas lo justo para vivir, y sin embargo, ellos daban a los pobres generosamente, a veces, privándose hasta de lo necesario. La limosna dada de corazón repara muchos pecados y agrada muchísimo a Mi Padre Eterno.

Hijos Míos, Yo os instruyo una y otra vez y os recuerdo constantemente el Evangelio que traje. Hay pobres que más que monedas necesitan afecto y autoestima, dádselo también y, hay otros que necesitan reconocimiento, dádselo también, porque la escasez de cosas que a las almas les son necesarias, puede llegar a hacerlos entrar en el desaliento que les impida venir hacia Mi por caminos rectos, y busquen lo que les falta, en sitios inadecuados o en personas que no son de Mis filas.

Hijos, pobres siempre van a haber y pobres de todo, de pan físico y de pan espiritual, de amor, de compañía, de solidaridad. El bien que hacéis a esas almas se volverá hacia vosotros porque… todo lo que uno siembra, es lo que recoge. Mi Apóstol Pablo dijo que quien siembra tacañamente, tacañamente recogerá, así también a la inversa, quien siembra generosamente, generosamente cosechará, es la regla de la sabiduría del Cielo, muy diferente a las reglas de la sabiduría vuestra que os enseñan, dar ojo por ojo y acaparar para uno mismo, olvidando a vuestros hermanos indigentes.

Hijos Míos, amad a Mis pobres, a Mis familias necesitadas, a Mis trabajadores abnegados pero que no les llega la paga, amadlos y ayudadlos. Cread becas, ayudas, cadenas de alimentos, visitas a domicilios. Vivid con amor cristiano hacia el prójimo e imitad a Mi Santa Madre, que tanto hizo por los indigentes de su entorno y a Mi padre José, que tanto dio y tanto trabajó sin remuneración, para otros. Sed hijos del Cielo, hermanos Míos y no hijos de la tierra, Yo os hablo, Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Dictado del 28-9-07

Hijos Míos, sacerdotes de Dios, Yo os hablo, Jesús de Nazaret, Vuestro Dueño y Señor. Yo espero de vosotros TODO, vuestra entrega, vuestro amor, vuestro sufrimiento, TODO. Pero vosotros, siervos Míos amados, esperad de Mi también todo, porque no os negaré nada de lo que necesitéis, para vuestra fidelidad a Mi y vuestra santificación. Hijos Míos, os hablo por medio de este instrumento que deseo respetéis y améis, porque Me sirve con amor y vosotros debéis amarlo (1)

No os preocupéis de vuestras necesidades materiales que Yo os la cubrire si Me servís con esa entrega total que os pido. Mi Madre debe ser honrada por vosotros y exaltada en las homilías. Debéis amarla y acudir a Ella en vuestras penas y pesares. Mi Madre aparte del gran amor que os tiene, os tiene un gran respeto porque tocáis Mi Sagrado Cuerpo Eucarístico, y eso a Ella le conmueve mucho. Sois para Ella los niños predilectos que intercede constantemente por vosotros, porque Ella al ver vuestra gran misión y lo necesarios que sois para el Sacrificio Eucarístico, os mima de una forma especial. Acudid hijos Míos a Ella.

No os dejéis arrastrar por las corrientes del mundo tan pecaminosas y dañinas para vuestra vocación. Apartaos del mundo y sus cosas, porque sino, las corrientes mundanas os pueden arrastrar a vicios y deseos no cristianos. No deseéis el dinero, Yo fui pobre absoluto y ni siquiera quise usar de Mi Poder Divino para aliviar o remediar Mi pobreza y escasez, ni la de Mis padres terrenales.

Imitadme en todo, sobre todo, en la misericordia. Ser misericordiosos no quiere decir consentir. No debéis consentir el pecado y debéis aconsejar según Mis leyes y como Yo Mismo lo haría, pero con el pecador empedernido, debéis ser misericordiosos cuan padre amoroso, porque vosotros si no lo sois, se desesperaran (los pecadores) que ya se encargaría Mi enemigo mortal, de que el pecador no quiera volver a Mi, se desaliente y abandone todo. Vosotros ayudad al que quiere regresar a Mi redil y aceptadlo con misericordia, pero con firmeza. Ayudadle a no volver a caer, cuantas veces haga falta.

Preparad a Mis moribundos, no los abandonéis, ellos ya libran su última batalla y Me darán cuentas. Id vosotros mismos a visitarlos, ellos os necesitan a vosotros que Me representáis, ellos ven en vosotros a Mi, que Soy Dios de Amor y Misericordia. Yo, hijos y siervos Míos, os daré todas las gracias necesarias para estas empresas, pero no Me neguéis vuestro amor y entrega, no Me pospongáis a nada ni a nadie y vuestro ministerio se verá bendecido constantemente. Yo Jesús, Hijo del Altísimo.

(1) Aquí dice el Señor mas cosas sobre el instrumento, pero el instrumento no las ha querido poner.

Teneis que ser Abeles

El hijo es alguien que debe obedecer a su padre. Los hijos de Dios no obedecen a su Padre Celestial y hacen de sus vidas lo que les viene en ganas. Cristo el Unigénito de Dios, Hijo del Padre por su Esencia, lo obedeció en su vida terrenal hasta el último instante de su existencia. Todo esta consumado dijo, que es lo mismo que decir: Padre, en todo te he obedecido y en todo hice Tu Voluntad Divina.

El vino a la tierra a hacer la Santa Voluntad del Padre Eterno y no perdonó sufrimiento alguno, ni fatiga alguna, para emprender esta Voluntad Divina y llevarla a cabo, en todos los momentos de su Sagrada Vida.

Vosotros los fieles del Señor cumplís malamente la Voluntad Divina, lo hacéis con mediocridad, pereza, negligencia, y a veces, hasta con quejas. No sabéis bien la grandeza de alma y la gloria inmensa que os espera si cumplirais esta voluntad a la perfección. Es el caso de Maria Santísima que su grandeza estriba en que cumplió bien, Mi Voluntad Divina. (1)


* * *

Yo Soy el Padre Eterno y deseo que a Mis Hijos Jesús y Maria los imitéis en todo. Que Me ofrezcáis vuestros días nada mas levantaros, para que lo que hagáis bueno no se pierda y lo que hagáis de malo, Yo Dios Eterno, lo transforme en bien para vuestras almas.

Yo deseo que Me améis en vuestras obras y no de palabra. Que aceptéis vuestras contrariedades cotidianas y Me las ofrezcáis. Yo deseo ser glorificado en vuestras acciones, no en vuestras conversaciones, deseo obras y no palabras, porque no todo el que dice Señor, Señor, entrará en Mi Reino Celestial.

Vuestras obras si son perfectas Me glorificaran y edificaran a quienes las vean. Yo deseo obras de amor, abnegación, entrega, que vuestra aceptación de Mí, como Dios y Señor, sea consecuente con vuestras acciones diarias, en el trabajo, en el Templo, en el vestir, en las conversaciones, en vuestros rezos, que los quiero fervorosos y sin distracciones. Es como quien hace un sacrificio sin fervor, ni deseo, el caso de Caín que no Me agradaba lo que Me ofrecía porque no lo hacia de corazón.

Tenéis que ser Abeles que todo lo que ofrezcáis Me sea grato y sirva a todos los fieles y almas del mundo. No Me ofrezcáis las cosas de malagana, negligencia, hacedlo con amor y entrega. Mi hija Maria Me ofreció su espada de dolor con intenso amor, para Mi gloria y bien de la Humanidad. Ella ofreció su dolor universalmente al igual que su Divino Hijo. Así quiero a Mi rebaño, entregado a Mí de corazón y mente, que no diga que este pueblo Me honra con la boca pero no con el corazón.

Yo hijos Mios, hermanos de Mi Unigénito, os pido que imitéis a Mi Hijo Divino y a Mi Hija Maria, Su Santa Madre. Yo Soy Dios Eterno, el Padre Celestial.

(1) Hasta aquí parece que el dictado lo hace el Espiritu Santo y que después sigue el Padre Eterno.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Dictado del 26-9-07

Luz es necesaria para las almas. Las almas viven en cenagosas oscuridades. Las almas yerran, caminan perdidas por sendas oscuras de pecado y perversión. Yo Soy luz para el mundo, y sobre todo, para las almas. Yo Soy luz en abundancia a quien Me invoca y acude a Mí. Yo Soy Dios, un Dios de Luz y Amor que solo deseo ayudar a las almas en todas sus necesidades, pero sobre todo, en sus necesidades espirituales.

Yo Soy el Espiritu Santo que busco a las almas que se dejan hacer Mi labor en su interior. Yo deseo prepararlas para el juicio final, para cuando suban al Padre, que estén en condiciones de ser admitidas a los gozos celestiales.

Yo Soy el Espiritu que da luz, quien Me posee no anda nunca en tinieblas. Yo me opongo a las artimañas de Satanás e ilumino al alma para que no caiga en sus ardides. Si Satanás da tinieblas, Yo Espiritu Divino doy luz a raudales. Pero quien quiera mantenerme en su interior y gozar de esta luz que doy a raudales, debe desechar el pecado de su alma y no solo evitarlo, sino odiarlo.

Yo vivo en las almas que de una vez por todas echaron de sus vidas el pecado y quisieron vivir según las leyes divinas, y aunque tengan faltas y pequeñas caídas, ellas (las faltas) no Me impiden morar en sus espíritus.

Yo Soy un Dios que viene a dar. Doy dones y gracias sin medida, pero es necesario que el alma se haya decidido por vivir según los mandamientos y leyes divinas. Quien toma esta decisión ya no permito que se malogre, porque la socorro constantemente con Mis gracias.

Yo llevo al alma a altas altitudes de espiritualidad y, envuelta en una imagen cotidiana y corriente, el alma alcanza altos vuelos porque Yo trabajo en su interior constantemente, Y si bien en la vida terrenal Yo habito en su alma, será después a la inversa, que el alma habite en Nosotros (Santísima Trinidad). Quien Me da paso en su vida terrenal, Yo le doy paso en la otra vida, después de pasar esta vida.

Yo recibo al alma que Me ha dado morada en la tierra y la llevo a altos goces celestiales, porque quien Me abrió las puertas de su alma en esta vida, abrió Nuestras puertas celestiales, en la otra. Yo Soy un Dios de Amor y de Luz, Yo ilumino a quien Me acoge y a la vez quien Me acoge, Espiritu de Luz, ilumina a otras almas y sirve de guía a otros espíritus, porque Mi luz se expande en su entorno, en sus palabras, obras, acciones pensamientos deseos, etc. Yo ilumino todo lo que el alma hace o siente en esta vida, porque Me acogió y recibió en su interior y Me preparó una morada digna de Mi, Espiritu de Dios. Alabada sea la Santísima Trinidad.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Dictado del 23-9-07

Los reyes son gobernantes que rigen pueblos y naciones. Yo Soy un Rey que nadie obedece y quien lo hace, lo hace con mucha mediocridad. Yo quisiera gobernar a mis almas, a mi pueblo, y hacerlo con bondad y amor, pero Mi pueblo (los cristianos) vive a su aire, sin pararse a reflexionar si son súbditos dignos de Mi.

Yo Soy un Rey Eterno y Universal, por todos los siglos y para todas las generaciones, pero las generaciones Me ignoran, Me blasfeman, Me olvidan y hasta Me juzgan.

¿Qué rey aguantaría tanto? ¿Qué rey soportaría que le hicieran lo que a Mi Me hacen? Y sin embargo, Yo amo hasta la saciedad a Mis súbditos, a Mi rebaño. Yo doy la vida por cada una de Mis ovejas. Yo vivo pendiente de ellas, de sus necesidades, de sus intereses, pero Mis ovejas olvidan Mi autoridad y campan a sus anchas, por los prados terrenales.

Pastan fuera de Mis leyes; beben en fuentes contaminadas; comen de pastos putrefactos y luego, cuando recogen lo frutos de lo que ellas han sembrado, Me echan a Mi en cara, que las cosas no les salen bien y, encima que Me han dejado de lado, Me juzgan o Me reprochan que no Me cuido de ellas. ¿Se puede tolerar más? Yo Soy todo Amor, Paciencia y Misericordia, olvido sus reproches y ansío abrazar a esas ovejas que pastaron fuera de Mis prados y bebieron aguas contaminadas, porque al verlas malheridas y sufriendo, aun más se conmueve Mi infinita Misericordia.

Pero… ¿Quién entiende esto? ¿Quién lo cree? Más Me duele la falta de credibilidad en Mi Misericordia que la indiferencia o ingratitud de muchos fieles cristianos. ¡Venid a Mí rebaño de Mis Entrañas! ¡Venid a Mi Corazón Divino! ¡Gustad de Mis delicias, gustad de Mis dones!

Yo os doy de todo lo que necesitáis y que el mundo no os puede dar. Os doy fuerzas para la prueba; os doy paz para vuestras almas; os doy paciencia para saber esperar; os doy resignación, todo lo que necesitáis para este camino hacia la eternidad. Yo Cireneo Divino os ayudo a llevar vuestras cruces. Yo Me cargo también con ellas y os doy todo lo que necesitáis para caminar, hasta llegar a Mis Moradas.

Yo Soy Amor y Misericordia y siempre lo seré. Ni vuestros pecados y corrupción menguan (en nada) Mi Misericordia. Yo, Jesús de Nazaret, os espero ardientemente. Venid a Mi almas de Mi Corazón Divino, que os espero. Yo Soy Amor.

Dictado del 22-9-07

Un Dios debe ser un Padre Universal. Las criaturas deben ver a su Dios como a un Padre, porque El no ha creado a las almas para luego desentenderse de ellas.

Hay que guardar respeto y distancia hacia Dios, pero eso no quiere decir que haya que vivir de espaldas a El. Las limitaciones de las criaturas hacen que Dios les sea necesario y, El que las ama entrañablemente, desea que lo invoquen y le supliquen para socorrerlas en todas sus necesidades.

Dios es ante todo Amor y Su bondad es infinita. El no puede hacer el mal porque entonces dejaría de ser Dios. En el todos los atributos son infinitos y, todos son buenos y santos. Toda bondad de cualquier criatura viene de Dios Eterno, nadie tiene ninguna bondad propia, todas manan del Padre Celestial. Y si buena fue Maria Santísima, su bondad y santidad manaban de Dios. Quien a Dios se acerca, se acerca al Sumo Bien, al Único Bien, fuera de Dios no existe bien y todo bien viene del Dios Eterno.

No podemos decir porqué Dios permite esto y lo otro, porque los males del mundo no son obras de Dios, sino de los hombres y del pecado. Dios permite el mal pero le repugna, lo permite porque no puede quitar la libertad de las criaturas, ni anular su voluntad y, si alguien quiere hacer un mal, es libre de hacerlo, y aunque a Dios le duela inmensamente, no puede anular la voluntad de quien desea obrar el mal, porque entonces sus criaturas no serian libres de escoger el camino eterno (bueno o malo).

El da su gracia para que no hagan el mal, pero si el alma rechaza esa gracia, El no puede imponerla porque entonces los hombres serian autómatas y no personas, pero si se pide para que el mal no venza, esa oración inspirada por Mi, Espiritu de Amor y Sabiduría, la oye el Padre Eterno complaciente y siempre la escucha y la concede. De ahí, lo mucho que se debe rezar para que el mal no venza y sea el bien quien impere en la Humanidad.

Yo Soy el Espiritu Divino, Espiritu del Padre y del Hijo. Yo muevo a obrar el bien en las almas y quien sigue mis inspiraciones, camina por sendas de rectitud.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Dictado del 16-9-07

Hijos Míos de Mi Divino Corazón, Yo, Jesús de Nazaret, os hablo. Me dirijo a todos vosotros y lo hago con inmenso amor. No quiero asustaros, pero debo recordaros que el infierno existe. Cada vez muchos más son los que niegan su existencia y, no es verdad, el infierno existe y está lleno de réprobos que al igual que muchos de vosotros, negaron su existencia.

Yo Soy un Dios de Amor y Misericordia, pero también Soy un Dios de Justicia. Yo nos os mando al infierno, ese destino eterno lo escogéis vosotros, cuando no queréis salir del pecado y vivís solamente para pecar.

Hijos Míos, cada vez que un alma va al infierno, Yo Me lleno de dolor, no sabéis la pena tan grande que es para Mi y Mi Santa Madre, ver que las almas se condenan. Ciertamente que Soy Padre, y de ahí, os valéis para creer que un padre no puede mandar a un hijo al infierno. Pero Yo no os mando, hijos Míos, es el destino eterno que vosotros escogéis libremente ¿o podría admitir en Mi Gloria a un pecador, criminal, que no quiso arrepentirse y darle la misma paga que a un cristiano que vivió toda su vida abnegado y mortificado? Vosotros mismos Me echaríais en cara Mi injusticia.

Si ahí en vuestro mundo terrenal condenáis el mal y los crímenes, ¿debo Yo perdonarlo? Sí, hijos, Yo lo perdonaría si existe verdadero arrepentimiento, si vuestra contrición es verdadera y, aunque hubierais hecho los crímenes mas atroces y deleznables, Mi Misericordia os alcanzaría, porque es mucho mas grande que todo el mal que hayáis hecho.

Pero el infierno existe y no tiene fin. Quien entra allí, ya no puede salir, ni se le pueden aplicar sufragios, ya no puede merecer mas que los tormentos, frutos de sus propios pecados y del mal que hicieron a otros con su (malo) ejemplo. Así que no os engañéis, no creáis en una doctrina falsa, esa no es Mi doctrina, el infierno existe y es un lugar de tormentos y torturas atroces, porque el remordimiento que no tuvisteis en la tierra, lo tendréis eternamente en la otra vida.

¡Que pena hijos Míos! Que por unos cuantos goces mezquinos, expongáis vuestras almas a la condenación eterna. Porque muchos, muchísimos, si no posponéis vuestra actitud, entraran en ese lugar de tinieblas y odios eternos. Hijos, pensad lo que quiere decir eterno, pensadlo un poco; eterno quiere decir que no tendrá fin.

Yo Jesús de Nazaret os hablo movido por Mi Misericordia. No os hablo por odio, ni rencor, os hablo porque os amo infinitamente y, como Padre Misericordioso, tengo que advertiros de adonde os pueden llevar, vuestros malos pasos. No digáis que lo ignorabais, no digáis que nadie os advirtió, porque Yo que seré Vuestro Juez, os aviso. No os engañéis, no os dejéis engañar, creed que el infierno existe y que podéis entrar en el, si vuestro arrepentimiento, no se produce. Yo, Jesús de Nazaret, os aviso.

Empezad por una sincera confesión

Yo Soy un Dios de Amor. Yo amo a Mi creación eternamente. Yo busco a las almas para llenarlas de amor y, las almas, me dan la espalda. Yo Soy Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo, Dios de Misericordia. Quien a Mi viene, Me encuentra, Yo salgo a su encuentro.

Cuantas almas caminan por sendas de perdición y no quieren volver a los caminos rectos. Muchas almas saben que viven en pecado y que pueden condenarse, y aun así, no salen de su situación. Necesitan gracias especiales para que vuelvan a Mí, porque el mal en ellos está tan arraigado, que es como el aire que respiran. Son ovejas extraviadas que a un pecado grave, añaden otro, y otro, y otro. Cuando sienten el más leve anhelo de querer cambiar de vida, pronto lo sofocan por la desidia que les produce ese santo deseo. Yo trato de entrar en sus almas y están cerradas a Mi gracia, herméticamente.

Abortos, adulterios, inmoralidad, fraudes, pederastia, toda clase de pecados horrendos que tienen en su haber. Pero si una de esas almas se volviera a Mi, Yo que Soy Amor, cambiaria sus horizontes negros por horizontes de luz y belleza. Serian muchas de ellas grandes santos y santas, porque tanto como pecaron, así se arrepentirían y amarían.

Es el caso de mi hija Maria Magdalena, que cambió de ser una gran pecadora a ser una gran santa, que solo vivia por y para Mí. Esas almas que tienen en su historia toda clase de pecados terribles, si se convirtieran, amarían con la misma intensidad que pecaron, y se aferrarían a Mi Amor Misericordioso, porque ya por nada del mundo, querrían volver a esa vida anterior. Por eso, las plegarias por la conversión de los pecadores Me son muy gratas, porque esas conversiones llenan al Cielo de alegría inmensa.

Por muchos que sean vuestros pecados, almas queridas, no perdáis la esperanza de que vuestra vida cambie. ¡Deseadlo, intentadlo! y si cayereis mil veces, mil veces os levantareis. Empezad por una sincera confesión; soltad todo vuestro lastre en el confesionario; limpiad vuestras almas y veréis como el cambio os resulta más asequible.

Yo, Jesús de Nazaret, no os negaré Mi gracia, es por vosotros almas pecadoras, que suspiro cada día, esperando vuestro retorno. No Me defraudéis, venid y volved a Mi. Yo Soy un Amo que paga muy bien a sus seguidores. Yo Soy Amor.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Son lobos rapaces

¡Ven Espíritu Santo! plegaria que debe estar constantemente en la mente y boca de las almas.
¡Ven Espiritu Santo!

Llamad insistentemente a Mi Espiritu, Espiritu de Amor y Sabiduría, para que los errores de estos tiempos no alcancen a los elegidos, o para que por miedo, muchos duden de estar en Mi Barca.

Yo Soy Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo, nadie mas que Yo os redimió. Yo os tuve un amor infinito y único y, en Mi Gloria Yo sigo salvándoos, porque intercedo por vosotros constantemente,

Quien Me ama debe amarme hasta el final y confiar en Mí, más que en nadie. Yo Soy el Pastor Verdadero, el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, otros que vengan diciendo que son Pastores y que van a guiar a Mis ovejas, son lobos rapaces que vienen a despedazaros. No creáis en aquel que venga con adulaciones, mentiras, utopías, Yo Soy Jesús de Nazaret, el Crucificado y quien Me ame, y Me siga, debe cargar con su cruz cada día y ofrecérmela.

No creáis en cuentos de hadas, hijos Míos, que aunque sois almas pequeñas, sencillas, humildes, limitadas, no sois niños y, no debéis de creer en fantasías que os ofrezcan, un mundo de hadas.

Invocad a Mi Santo Espiritu, a Mi Padre Celestial, a Mi Santa Madre, ángeles y bienaventurados, el Cielo está preparado para la batalla y está de parte de quien Me ame a Mí, Señor Universal, Rey Eterno.

Yo Soy Amor y amo a mis ovejas hasta desangrarme por ellas, ¿quién ha dado tanto? No confiéis en extraños que no sabéis de parte de quien vienen. Mi enemigo mortal tiene sus secuaces, por eso, tenéis que estar vigilantes e invocad a Mi Santo Arcángel Miguel.

Yo os aviso, Vuestro Padre y Hermano, el Santo, el Único, el Inmortal, el Eterno.

Dictado del 15-9-07

Hijos Míos, hoy os quiero advertir de algo muy fuerte que va a suceder, No tenéis que temer nada si vivís unidos a Mi, pero os quiero advertir porque os amo y se que vosotros, también Me amáis.

Yo, Jesús, el Salvador, siempre quiero salvar a quien Me ama, porque quien no Me ama no se deja salvar, no es que Yo no quiera salvarlo, es que él o ella, no se dejan.

Mi Madre lo es también de toda la Humanidad, pero aquellos hijos que se acogen a Ella, encuentran su protección. Los que no quieren saber nada y la ignoran, incluso se mofan, Ella no puede ayudarlos porque le cierran todas las puertas.

Quiero advertiros de que eventos muy dolorosos van a suceder, pero no os doy fechas, solo deseo que viváis como si fueran a suceder al otro día; a la expectativa, vigilantes y sobre todo, en estrecha unión Conmigo, es decir, limpiad vuestras almas y hacedlo con esmero.

Hijos, que doloroso es para Mi tener que decir esto, Yo quisiera traeros mensajes de gozo y alegría, pero debo advertiros que va a suceder algo muy doloroso en Mi Santa Madre Iglesia. Rezad más que nunca por Mi Papa y por quienes le son fieles, porque la barca de San Pedro, va a tener una fuerte sacudida.

No Me quedaré dormido como Me quedé aquel día de tempestad cuando la barca zozobraba y, Mis apóstoles Me gritaban ¡sálvanos, que perecemos! (MT 8,25) Hoy también van a lanzarme ese grito angustioso, pero Yo, no estaré dormido, Yo vigilo y velo por los Míos y nadie Me va a vencer, aunque parezca que si, no será así. Nosotros la Santísima Trinidad, Mi Santa Madre, Mis coros angélicos, Mis bienaventurados y hasta las almas del Purgatorio, estamos a la expectativa de los acontecimientos y velamos por vosotros, pequeños Míos, que Me sois fieles y no os dejaremos perecer. Mal Padre y Hermano sería Yo si Me desentendiera de Mis pequeñas almas, pero que Me aman con tanta grandeza.

Rezad y preparaos. Haced actos de fe, de amor, de esperanza, ellos os ayudaran en la dura prueba que vais a padecer. Sedme fieles sin temor alguno, Yo estoy a vuestro lado, aunque no Me veáis.

Os amo hijos Míos de Mi Divino Corazón. Mi paz y Mi amor por siempre jamás. Jesús de Nazaret.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Dictado del 14-9-07

Hijos amados de Mi Divino Corazón
Me comunico por este medio y lo hago con inmenso amor. Se que muchos dudáis de estos mensajes pero también se, que muchos los esperáis impacientemente. Yo hablo para todos sin excepción y, a cada cual le hará efecto estos escritos, según su fe y disposiciones.

No sabéis bien la gracia tan grande que tenéis de poder recibir comunicaciones del Cielo, no a todo el mundo le llegan estas gracias. Tenéis cantidad de medios para que creáis que hay otra vida, después de la muerte del cuerpo, si a pesar de todo no creyeseis, seriáis como los escribas y fariseos que a pesar de tantos milagros como hice, cerraron su corazón a Mi Amor Divino.

Yo vine también para ellos y los hubiera recibido con infinito amor, pero se obcecaron y rechazaron Mi gracia y Mi amor y quisieron callarme de una vez por todas, matándome. Así hijos amados de Mi Corazón, pasará también con muchos instrumentos que son Mis portavoces, NO LES CONVIENEN OÍRLES Y TAPARAN SUS BOCAS, SUS ESCRITOS, DE UNA FORMA O DE OTRA, PERO LOS ANULARAN.

Pero no sabÍAN LOS ESCRIBAS Y FARISEOS QUE LA SANGRE DE MÁRTIRES ENGENDRA NUEVOS RETOÑOS, MAS SEGUIDORES, ASÍ VOSOTROS INSTRUMENTOS DEL (1) Cielo, cuando os quieran anular, quitar de en medio, no temáis ni os importe, porque estarán haciendo que con esa poda, haya mas seguidores y mas firmes, porque las cosas del Cielo son así y, allá donde quieran apagar Mi Voz, allá donde la quieran erradicar, nacerán retoños mas fuertes y firmes, que no podrán doblegar.

A todo aquel que acoge con amor y respeto estos escritos, Mi bendición le acompañara siempre, porque quien acoge a uno de Mis instrumentos, a Mi Me acoge y debo darle paga de quien acoge a un Dios. Yo Me manifiesto por todas las partes del mundo a diversas personas que solo tienen en común, la fe y el amor a Mi, y esas personas tienen la protección de Mis Santos Ángeles y de Mi Amada Madre. Pero…no están exentos de penas y pesares, ni de persecuciones que a muchísimos de ellos, les servirá para más corona.

No dudéis que Soy Yo, Jesús de Nazaret quien os habla, porque Mi acérrimo enemigo, no podría deciros las cosas que dicen los escritos. El nunca os mandaría a la adoración de Dios, a la reparación, al perdón al prójimo. Ni tampoco penséis que es el instrumento quien se inventa lo que pone, porque el instrumento si pusiera algo de su albedrío, se dejaría entrever vanidad y amor propio. Por eso, hijos de Mi Divino Corazón, analizad lo que leéis, ved si Soy Yo quien habla o no, tenéis la obligación de analizar los escritos para que veáis si vienen del Cielo o no.

A todo aquel que de una forma u otra lea y acepte estos escritos como del Cielo, Yo le otorgo Mi bendición, bendición que hago extensible a sus seres queridos. Os doy Mi paz y os la doy como no os la puede dar el mundo. Os espero en Mi Sagrario donde vuestro dialogo Me consuela tanto.
Paz y Amor de Jesús de Nazaret.

(1) Las letras mayúsculas se han puesto ellas solas.

Gustad de las mieles de la oración

Hoy apenas se hace oración. Ponerse a orar es algo que casi nadie hace y Yo, sin embargo, di también en esto ejemplo. Yo oraba a menudo en lugares solitarios para elevarme hacia el Cielo y comunicarme con el.

La oración es una fuerza muy grande que da el Cielo por su medio. La oración da luz y sabiduría y ayuda en las pruebas, pero hoy no oran ni siquiera Mis consagrados. La oración es alimento para el alma. La nutre como ninguna otra cosa porque orar, es elevar el corazón a Dios y comunicarse con El. Es lo que mas se necesita, orar. La oración es un arma eficacisima contra el mal. Los cristianos deben hacer oración asiduamente.

Yo Soy Jesús de Nazaret y os invito, hijos míos, a la oración. No es lo mismo rezar que orar. Rezar es repetir rezos y orar es elevar el corazón a Vuestro Padre Celestial, hablar con El o Conmigo en el Sagrario. Mis fieles cristianos deben orar, deben comunicarse con su Padre Eterno y contarle sus penas y preocupaciones. El os escucha como os escucharía un padre terrenal, por eso, acudid a Quien todo lo puede.

Cuando empecéis a orar invocad a Mi Santo Espiritu para que El os ayude en la oración y os de la asistencia necesaria. Invocadlo cuantas veces haga falta y El os suplirá en donde vosotros no alcanzáis. El demonio ataca a las almas que no hacen oración y las vence -aunque sean buenas- pero no puede vencer a las que hacen oración. Por eso, cuando os ponéis a orar debéis estar firmes en las decisión de manteneros en la oración, porque sino Mi enemigo mortal, os meterá mil ideas para que abandonéis la oración y hacer alguna otra cosa.

La oración es un escudo para evitar hacer el mal, quien se comunica con Mi Padre o viene a Mi Sagrario a hablarme, no será un alma que haga mal a nadie, porque tendrá las luces del Cielo que Yo le proporcionaré.

Las almas de oración se reconocen de las que no lo son, sus composturas, su desprendimiento de lo terreno, su despego de las cosas materiales y, cuando no están orando, todas sus actividades son una oración continua. Ellas convierten sus obligaciones en una oración continua, es el caso de Mi Santa Madre, que hizo una oración de su vida terrenal. Las almas que oran no pueden ya pasar sin la oración, se dan cuenta de lo necesaria que es y los efectos que les produce en sus espíritus. Desean estar en la presencia de Dios y se sienten gozosas porque viven una eternidad adelantada. Esas almas han encontrado la perla escondida y dejan todo por no perderla nunca más.

Su oración cada vez se hace menos egoísta y más universal y sobre todo, buscan ya más la gloria de Dios que sus propios intereses. Porque la oración les va cambiando a pensar en el plano divino y desdeñan lo terrenal. Viven en el mundo pero añoran las cosas del Cielo, porque la oración hace que gusten de las cosas celestiales en detrimento de las terrenales, que solo usan porque le son necesarias. Son almas que oran en todo momento, mientras pasean, mientras esperan su turno en una cola, mientras viajan, etc.

Hijos Míos, gustad de las míeles de la oración. Descubrid vosotros mismos su necesidad y grandeza. Quien ora y es perseverante en hacerlo, verá como su vida se transforma interiormente, son almas de vida interior y, ellos mismos lo notan, ya no pueden pasar sin la oración y son bendecidos constantemente por Mi Padre que los ama entrañablemente. Hijos, ¡haced oración!

jueves, 13 de septiembre de 2007

Dictado del 13-9-07

Quien ama repara. La reparación es algo que debe estar en el plan espiritual de todos los cristianos, pero sobre todo, en la vida espiritual de los sacerdotes. Un sacerdote debe ser otro Cristo en la tierra y de ahí, que la reparación debe se para él, el pan diario que ofrezca a la Santísima Trinidad. Un sacerdote debe tener tal celo, que no pueda vivir sin reparar, porque él, más que nadie, sabe a través del Sacramento de la confesión, los ultrajes que recibimos (Santísima Trinidad) y el estado de las almas.

No solo debe ser “reparador” sino también “mediador” al igual que Cristo, porque sus oraciones y plegarias haciéndolas de corazón, son eficacísimas ante el Trono de la Santísima Trinidad. Es difícil que a un sacerdote se le niegue nada de lo que pide, porque si es otro Cristo en la Tierra y representa a Jesús, Sacerdote Eterno, lo que pida, si lo hace por la gloria de Dios y bien de las almas, es casi imposible que Nosotros la Santísima Trinidad, se lo neguemos. Pero cuando el sacerdote se vuelve del mundo y sus deseos son más mundanos que celestiales, sus plegarias no tienen esa fuerza que tendrían, si viven entregados a Dios y aman su ministerio.

Yo Soy el Espiritu Divino, Espiritu del Padre y del Hijo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Yo asisto a todo aquel que me invoca, pero sobre todo, asisto a los sacerdotes. Yo los asisto en el confesionario, en las homilías, en las conferencias y en las actividades eclesiasticas que hagan, siempre y cuando, el sacerdote sea mas del cielo que de la tierra y, le importe mas la gloria Nuestra que la suya propia.

Hoy en día es difícil encontrar sacerdotes entregados al cien por cien a Dios, que vivan esa entrega desde que se levantan hasta que se acuestan, pero los hay, y su ministerio es fecundo, lleno de buenos frutos, porque impregnan a las almas del amor a Dios que ellos mismos tienen. ¡Cuánto bien hace un sacerdote solo por ser buen sacerdote! Ya solo su ejemplo edifica a quien lo trata, y al revés, que daño hace un sacerdote negligente, tibio, mediocre.

Pedidme sacerdotes santos, almas queridas, no os canséis de pedir por ellos, Yo os escucho. El cielo os escucha y esa plegaria la antendemos antes que ninguna otra, porque vuestro deseo, es también el Nuestro, ¡que haya sacerdotes santos! Pedidme, sacerdotes de Dios, por vuestros hermanos y compañeros en el ministerio. Si veis a un sacerdote que se tuerce o con peligro de torcerse, vosotros si sois de Dios, con vuestras plegarias, le podéis ayudar inmensamente. ¡Reparad y mediad! Ofrecednos reparación a Nosotros (1) y mediación a las almas, dos ingredientes que nos os pueden faltar, y que tienen que ser en vuestros ministerios, los motores que os muevan.

Yo, Espiritu Santo, os doy Mi luz y Mi paz. Alabado sea Dios.


(1) Cada vez que dice Nosotros, se refiere a la Santisima Trinidad

martes, 11 de septiembre de 2007

Así no podéis entrar en el Cielo

Alma amada, Yo Soy el Espiritu Santo que tu acabas de invocar y, tal como Me pides, por tu medio hablo a la Humanidad entera.

Hijos Míos, preparad vuestras almas, preparadlas para la vida eterna. Muchos de vosotros vais a padecer y no estáis preparados para bien morir. Yo os hablo desde el Cielo, os hablo con amor y misericordia en Nombre de la Santísima Trinidad, y os pido en su Nombre que acudáis a los sacramentos y hagáis una gran confesión, para la que Yo Espiritu de Dios, no os negaré Mi asistencia y Mi gracia.

Vivís una vida de olvido total hacia Nosotros. Vivís sin leyes divinas, sin moral, sin darnos culto, sin mandamientos, sin la práctica del Evangelio. Así no podéis entrar en el Cielo, tenéis que poner de vuestra parte si queréis salvaros. Muchos morireis de accidentes, de infartos, de tumores malignos, y no estáis preparados para entrar en la eternidad dichosa. Yo os aviso, os pido conversión, deseo de volver a Dios y reconocerlo como tal, pero vosotros que vivís todas las tendencias de la carne, no queréis saber nada de las cosas del espiritu (alma).

Yo os cree con inmenso amor para haceros participes de la gloria celestial, pero vuestros malos hábitos y tendencias, os impiden ver con los ojos del alma y estáis ciegos y, vuestra ceguera, os va a llevar a una eternidad de tinieblas total

¡Convertíos hijos queridos! Posponed vuestros malos hábitos, dejad de pecar y volver a Vuestro Dios que os espera, con el Corazón ardiendo de amor. Pedidme a Mi, Espiritu de Amor y Verdad ayuda, Yo os daré fuerzas para vuestra conversión, pero no esperéis más tiempo, porque ese esperar, puede ser fatal para toda la eternidad.

Pertenecéis a Satanás y os tiene bien atrapados, con vuestros repugnantes vicios. Soltad el mal y empezad a desear el bien, porque ya vuestro deseo de querer posponer vuestra actitud, os predispone a iniciar una vida de conversión y arrepentimiento.

No hipotequéis vuestras almas con el pecado y la perversión. Soltad el mal, venid a Nosotros (Santísima Trinidad) que os llamamos amorosamente, para ayudaros a salir del pecado y de la depravación. Que la Sangre Preciosísima del Cordero de Dios, no se malogre en vuestras vidas. Que seáis patrimonio de Cristo y no esclavos de Satanás.

Coged un rosario, una imagen, un sacramental y besadlo. Besad esas cosas santas para que por ese beso sincero, os llegue Mi gracia. Os espero con mis dones, con Mi gracia, pero tenéis que dar vosotros el primer paso, que es querer salir de vuestra vida de pecado. Que la tiranía de Satanás no os haga ya más mal. Quien siembra mal recogerá eso mismo. Cambiad vuestras vidas ahora que podéis, no esperéis más tiempo, Yo os daré Mi Divina Gracia.

Os habla el Espiritu del Padre y del Hijo y os llama a la conversión. Alabado sea Dios.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Amar, es saber perdonar y olvidar



¡Dadme de beber!
Estoy sediento de amor verdadero.
¡Dadme de beber!

Dictado del 8-9-07

Nadie puede decir que sabe amar, porque no es verdad. Amar es saber perdonar y olvidar. Amáis a quienes están en vuestro entorno que son amigos y conocidos, pero ¿quién ama a quien le ha hecho mal? Y esta es, sin embargo, la doctrina bellísima que trajo Cristo a la tierra y que tanto caracteriza al cristianismo.

Si a alguien le hicieran un inmenso daño o un mal irreparable, ¿amaría al causante? Quizá lo perdonaría, quizá lo olvidaría, pero ¿lo amaría? Pues Cristo así lo hizo, perdonó, amó, y olvidó. Abogó desde su tormento por sus crueles enemigos. Pidió al Padre perdón por ellos, ¿podían pensar esos verdugos que iban a tener semejante Mediador ante el Padre? Cristo se esforzó para poder pronunciar dolorosamente (físicamente) las palabras, pues hablar desde el patíbulo de la Cruz le era muy doloroso y sin embargo, aumento su acerbo dolor para pedir perdón para esos hombres que tanto se ensañaban en torturarle.

Hoy día sucede lo mismo, Cristo sigue mediando por todos los pecadores, los más empedernidos, los más maliciosos. El no es Mediador solo de los que caen, pero lo aman, sino que El es Mediador igualmente, de aquellos que lo odian, que no quieren tener que ver nada con El. Esto si es saber amar. Esto si es amar. Porque Cristo todas las lecciones que dio a las almas, son lecciones únicas en la historia de la humanidad.

No podemos decirle a Cristo: “No me pidas tanto Señor, que me ha hecho mucho mal, lo perdono, pero no puedo amar a ese que mató a mi hijo, por una imprudencia en la carretera, que pudo evitarse; No puedo amar a ese hombre que violó a mi hijita; No puedo amar a esa persona que quemó intencionadamente mi hacienda...” Y sin embargo, Dios os pide que améis a vuestros enemigos y, El es el primero en cumplir esto.

La doctrina de Cristo es única, no existe otra igual, ni existirá. Es una doctrina de “amor y perdón”. Por eso, a vosotros pecadores que lleváis una vida de disipación, de vicio, de crímenes, id a Cristo que os ama. Por graves que sean vuestros pecados, por mucho que hayáis desperdiciado las gracias, Cristo es Amor e intercede ante el Padre Celestial por vosotros.

Es difícil creerlo pero es verdad, Yo Espiritu de Amor y de Verdad, os lo comunico. No es una utopía, no es una fantasía, es una verdad que hay que creer de la fe católica. No la olvidéis. Judas la olvidó, no cometáis, almas pecadoras empedernidas, el mismo error que Judas. CRISTO ES AMOR.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Dictado del 7-9-07

Yo Soy un Dios Humilde. Mi Humildad fue tal que no tiene que ver nada con las humildades terrenales, por perfectas que sean. No se puede comprender con mente humana hasta donde alcanzo Mi Humildad, pues en la tierra es difícil, casi imposible entender lo que Yo Me rebajé.

Siendo Dios Eterno, con todos Mis atributos en grado infinito, plenos, Yo me hice pequeño y me hice Hombre como cualquiera de vosotros. Porque la gravedad del pecado era tal, que tenia que dar a Mi Padre gloria en la misma medida, y Me hice Hombre, Yo que era Dios.

Este misterio es uno de los más grandes de la fe católica. Confunde a los soberbios, irrita a los demonios, anonada a los santos. Porque me despojé de todo para hacerme un ser limitado como vosotros, que solo Me valía de Mi Divinidad para los milagros, que eran necesarios hacer. No quise privarme ni de hambre, ni de sed, ni de fatigas, ni de necesidades, Yo padecí todo como vosotros, fijaos hijos míos, ¡que bien os entiendo!

Hoy en que ser humildes se lleva tan poco, Yo sigo siendo un ejemplo único para las almas. Una lección hasta el fin del mundo, y aun en el Cielo Mi Humildad, prevalece a pesar de Mi Gloria, porque estoy en Cuerpo y Alma, en ese Cuerpo que tomé para rebajarme a vuestra condición.

¡Cuánto podéis meditar contemplándome! Soy un libro sagrado, donde podéis constantemente alimentaros, con vuestras meditaciones sobre Mi y Mi Vida terrenal. Por mucho que meditéis no terminareis en toda vuestra vida de sacar nuevas lecciones y reflexiones, porque Mi Alimento para el alma, nunca se acaba.

Buscáis novedades aquí y allá, pero no os detenéis en Mi Divina Persona, que bajó del Cielo para estar entre vosotros y hacerme uno como vosotros. Y vosotros hijos torpes, que no termináis de aprender la lección, queréis cargos, honores, reconocimientos y no sabéis estar ocultos en vuestra nada, donde solamente Mi Mirada os alcance.

Mi Padre al verme a Mi todo Dios y Santo ante esta Humanidad perdida, se conmovió y la amó tanto o más que cuando la creó al ver que Yo, Su Unigénito, tomaba parte de ella. Yo restauré a esta Humanidad cuando vine, porque era el Santo, el Impecable, y mi Padre aceptó a todos los pecadores en Mi, porque Yo con Mi Grandeza y Divinidad y al hacerme tan humilde, siendo Hombre, veía en Mi la compensación de todos los creados y, por Mi aceptó con Misericordia e infinito Amor, al genero humano.

Yo fui Vuestro Aval. Yo me puse ante los Ojos de Mi Padre avalándoos a todos y, a la vez Mi Padre (que vio) que por vosotros Yo me hice uno mas, aceptó en Mi a todos los pecadores y a todo el genero humano.

Ahí tenéis, almas benditas, un gran punto de meditación, no hace falta buscar temas nuevos, este tema siempre será nuevo para vosotros, cada vez que lo meditéis.

Mi Paz y Mi Amor a todos vosotros. Jesús de Nazaret.

Dictado del 7-9-07

Yo Soy el Santo, el único Santo verdadero. Toda santidad es una participación de la Mía. Yo Soy un Dios tres veces Santo y por eso, quien quiera llegar a conocerme en Mi Esencia, deber ser santo, cuando entre a la gloria eterna.

Pero vosotros almas queridas de Mi Divino Corazón, no sabéis ser santos, por eso, Mi Espiritu os tiene que santificar y daros donde os falta y quitaros donde os sobra. Yo mando a Mi Espiritu para que haga esa labor que solo El sabe hacer, porque si por vosotros fuera ¿quién se salvaría? Es como si un paciente enfermo quisiera curarse el solo. Va al especialista y el le dice lo que tiene que hacer y lo que no tiene que hacer. Así Mi Espiritu es el Especialista de las almas y El sabe lo que necesita cada alma en particular. Hay almas que les falta fe y a otras que ya la tienen, les falta caridad. El hace esta labor en cada corazón, en cada alma, como nadie la sabe hacer.

Nosotros la Santísima Trinidad, deseamos ardientemente vuestra salvación, pero Somos Nosotros quienes tenemos que procurárosla si os vemos que vosotros no sabéis como salvaros. Pero ya vuestro afán e interés, aunque lleno de torpeza, Nos hace acércanos para ayudaros a tan sublime empresa. Mi Madre también se asocia a Nosotros para esta gran labor y, sus intercesiones son muy eficaces por las almas que las hace.

Todo lo que un alma reciba sea dolor, sea oscuridad, sea enfermedad, amargura, desaliento etc. son circunstancias que permitimos para ayudaros a crecer en santidad y estar preparados para entrar en la eternidad. De ahí, que las almas deben aceptar con gusto, o al menos con resignación, cuanto les viene, porque el hecho ya de aceptarlo, es un gran mérito que le predispone a ganar la prueba que se le da.

Muchas almas desde su cielo serán ejemplo para almas que aun no existen. Su vida, sus méritos, sus escritos, todo puede servir a otras como goznes para abriles puertas, de méritos incalculables. Dejan tras de sí una vida ejemplar y, ayudan aun después de muertas a otras almas a salvarse, a encontrar el camino hacia Dios. Por eso, vuestra vida debe ser ejemplar, para que generaciones venideras os imiten y lleguen a escalar por la montaña de la perfección cristiana.

Yo os pido, Jesús de Nazaret, que leáis vidas de santos y veáis como ellos pudieron subir a la montaña de la perfección cristiana. Tuvieron sus caídas, pero tantas veces como cayeron, volvieron a levantarse.

La vida de mis bienaventurados fue dura y llena de pruebas y, si bien, muchos se salvaron en el último instante, fue por esos misterios divinos, que solo en el Cielo comprenderéis.

Intentad escalar la montaña de la perfección. Yo no solo os pido que no pequéis y os mantengáis en estado de gracia, sino que también seáis perfectos, como Vuestro Padre Celestial lo es.

Os doy Mi Paz, Mi Amor, Mi Entrega. Venid a Mi, hermanos queridos de Mi Corazón, que os espero con los brazos abiertos.

Actualización del blog

Este blog normalmente se actualiza, los jueves, viernes y sábados, pero cabe la posibilidad de que se introduzcan nuevos posts, en cualquier otro día.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Dictado del 6-9-07

Ave Maria de Nana Mouskouri
La dulzura es algo que pocas personas tienen. Hoy día se tiende a ser déspota y decir las cosas con dureza y descaro. Son contadas las personas dulces. Si hay un accidente de tráfico en vez de solucionar el asunto amigablemente, se encaran, se insultan y se dicen toda clase de improperios.

Yo Soy Maria la Dulce por antonomasia. Yo Soy la Bondad hecha carne. Nadie como Yo fue tan dulce y bondadosa. Yo perdoné a los enemigos de Mi Hijo y lo hice bondadosamente. Yo Soy Maria Inmaculada, la Hija que el Padre miraba complaciente, y quiero hijos Míos, que vosotros que Me rezáis, que Me alabáis, que me honráis, seáis dulces unos con otros.

Más Me honra un acto de dulzura hacia vuestro prójimo que un avemaría rezada asiduamente. Yo os pido que Me imitéis en todas Mis virtudes, porque Soy Vuestra Madre y los hijos deben parecerse a su Madre. Si decís que Me amáis y Me honráis con el rezo del Santo Rosario, y luego no toleráis a vuestro prójimo, ni aguantais sus defectos, no sois dignos hijos de Mi.

Yo soporté duras pruebas en Mi vida. La huida a Egipto, la escasez de bienes, la incertidumbre porque buscaba Herodes a Mi Hijo para matarlo, el dolor de la muerte de los Santos Inocentes, Yo padecí muy duras pruebas y nunca perdí Mi dulzura. Todo se lo ofrecía al Padre Celestial y pedía incesantemente por los enemigos de Mi Hijo, desde que lo buscaba Herodes, hasta el día de la Crucifixión. Yo soporte perder a Mi Hijo aun infante, durante tres angustiosos días y veía a mi esposo José sufrir por el Niño y por Mí y, nunca le eché nada en cara por no aumentar su dolor pues se sentía culpable, no siéndolo.

Yo fui la Dulce Mujer que en cada amargura de la vida, no perdía su dulzura ni Me dejaba influenciar por el dolor, de forma, que nunca nadie notó las copas amargas que en Mi Vida, tuve que beber.

Hijos míos, amaos unos a otros como Mi Hijo os amó. No Me honréis solo el rato del rosario que os lo agradezco, honradme también en vuestras composturas con los demás. En el trabajo, en el hogar, en vuestras comunidades de vecinos, en todo momento que os vean que sois hijos de Maria, hijos Míos. Y como Madre Vuestra que Soy, acudid a Mi en vuestras necesidades, instruid a otros que lo hagan, porque Yo María Soy Madre de Misericordia y si perdoné e intercedí por los crueles enemigos de Mi Hijo, ¿qué no haré por vosotros que Me amáis, aunque a veces tengáis que posponer un poco vuestro genio y malhumor?

Os quiero hijos Míos, Me dais también muchas veces consuelo. Oigo vuestros rosarios con mucho amor y los aplico a lo que me pedís y aun mas. ¡Qué la paz de Mi Divino Hijo, esté siempre con vosotros!

domingo, 2 de septiembre de 2007

¡Oídme!


¡Oídme, almas queridas!

Dictado del 1-9-07

El hijo debe obedecer a su padre. Yo fui un Hijo obediente y obedecí a Mi Padre, hasta en el más insignificante detalle. Los hijos de la Santa Madre Iglesia deben obedecer a su Madre y a la Cabeza Visible que Me representa. Hay que cumplir también los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, ellos son caminos de salvación y perfección cristiana.

Yo inspiro a Mi Cabeza para que guíe a mi Santa Iglesia. Yo le envío Mi Espiritu y le ilumino en decisiones que con su autoridad suprema, debe tomar para el bien de Mi Iglesia.

Hay que obedecer al Papa y hacerlo con amor. No tolero que lo difamen, que lo critiquen, que se burlen de el, quien hace eso con Mi Pastor, lo está haciendo Conmigo.

Si Mi Pastor se equivoca, Yo le pediré cuentas. Si no obedece lo que Mi Espiritu le inspira, Yo le pediré cuentas, pero ningún fiel, ni ningún hijo de mi Santa Madre Iglesia, debe poner en entredicho las decisiones ex-cátedra de Mi Vicario.

Desde Pedro hasta el último Papa, Yo lo asisto con Mi Santo Espiritu. Quien hable mal de Mi Papa, está ofendiéndome gravemente, porque está difamando a una Persona Sagrada que Me representa, con la autoridad que Yo di a mi primer Pastor Pedro, y que tienen todos sus sucesores.

El cristiano que oye hablar mal de Mi Vicario, debe defenderlo y dar la cara por el, porque es a Mi a quien defiende y si Mi Vicario se equivoca Yo lo juzgaré, pero nadie mas debe poner en tela de juicio, sus normas y decisiones eclesiásticas.

Yo Soy Jesús de Nazaret, Hijo del Altísimo y os amonesto por este escrito, para que vuestra lengua y malas habladurías las frenéis cuando se trata de Mi Pastor Supremo, porque si ya es grave hablar mal de la persona mas insignificante, es gravísimo hablar mal de quien Me representa, licita y legalmente.

Yo Soy Jesús, todo Amor, que os corrijo como un Hermano de Misericordia. Mi paz os doy.

viernes, 31 de agosto de 2007

El Evangelio es sagrado y único

El cielo y la tierra pasarán, pero
Mis palabras no pasaran.
(Mt 24, 35)

* * *

Y será así por siempre jamás. Las palabras de Cristo nunca pasaran, son palabras eternas y dan vida eterna. Son para siempre y para todas las generaciones. Y por mucho que cambien los tiempos, las modas, las costumbres, las palabras de Cristo no cambiaran, ni pasaran NUNCA.

Gran lección que os debéis aplicar, porque el Evangelio no se vulnera con nada y, nada ni nadie lo pueden cambiar. No se puede interpretar de otra forma de cómo ya está interpretado, no se puede modificar, por eso, es algo que tenéis desde siempre y que os sirve para siempre.

Lo que trajo Cristo lo trajo de una vez por todas y, por el Evangelio seréis juzgados, bien premiados, bien castigados. No valdrá decir: es que en mis tiempos no se llevaba la castidad, o no se llevaba casarse. La palabra de Dios es sagrada e inalterable y hay que cumplirla, tal cual.

Yo Soy el Espiritu Santo, Espiritu del Padre y del Hijo, que os recuerdo sensiblemente que el Evangelio es sagrado y único. Que no valen normas de otras religiones, que no importa que las masas hayan hecho un Evangelio a su gusto, El que tenéis que cumplir es el de Cristo y nada más, sin alteración, sin modificaciones, sin otras interpretaciones (de seudos-teólogos) que ya han dado los doctores de la Santa Madre Iglesia.

No hay autoridad que pueda esto cambiar, porque si la hubiera, esa autoridad no seria legal, ni escogida por Mi, Espíritu de Verdad. Yo no puedo inspirar a una autoridad una cosa y a otra autoridad otra, tiene que haber concordia entre Mis inspiraciones y sobre todo, concordia con el Evangelio de Cristo.

No puede venir nadie cambiando absolutamente NADA, porque si viniera, entonces esa autoridad no seria del Cielo. ¡Recordad esto! ¡Que nadie os traiga otro Evangelio del de Cristo! y, si os lo trajeran, solo vale el de Cristo, tal cual está, sin cambiar absolutamente nada.

La Palabra de Cristo no es vulnerable, no está sometida ni a cambios de modas, ni edades, ni mentalidades, es única para todo el mundo y solo admite la interpretación que tiene, no vale otra.

Dictado del 31-8-07

Quien ama de verdad se sacrifica por la persona amada y su sacrificio no supone tanto, porque el amor que siente se lo suaviza.

Yo amé a Mis criaturas infinitamente. Todos Mis Sentidos, todos Mis Miembros, todo Mi Cuerpo, fue una inmensa llaga. Pero también mi alma se convirtió en una “llaga mística” por el sufrimiento que me producía ver con los ojos de Mi Divinidad, tanta mentira, tanta traición, tanta hipocresía, tanto mal, para sacar bienes en provecho propio y mezquinos.

Todo tan lejos de Mi Evangelio, todo tan opuesto a Mi doctrina. Tanta deslealtad me torturaba inmensamente el alma, y lo que padecí en Mi Cuerpo, no era nada con lo que padecí en Mi Espiritu.

Mi Getsemaní fue perpetuo. Una mirada al correr de los siglos y ver tanto mal y tanto bien desperdiciado, malogrado, Me llenaba de tortura. Mi Madre lo sabía, sabía que mis sufrimientos eran interiores, mucho más dolorosos que los que tendrían exteriores. La tortura, la sed, la fiebre, la flagelación, la cruxifición, no eran nada comparadas con las penas interiores morales que Yo sentía.

Pero vosotros creación Mía, teníais que ver sensiblemente la inmensidad y grandeza de Mi Amor, y así con todas las torturas que padecí en Mi Sagrado Cuerpo, os daba una gran lección de amor, como nadie jamás os la dio, ni os la dará. Yo el Cristo, el Mesías anunciado por tantos años a los Patriarcas, Yo vine a la tierra a padecer desde el primer instante y volvería a hacerlo, si posible fuera, porque por la salvación de las almas, todo merece la pena.

Pero busco a almas que hagan lo que Yo ya no puedo volver a hacer. Busco “cristos terrenales” almas victimas, almas que se inmolen por el bien de otras almas, así, Yo vuelvo a inmolarme en esas almas, que unidas a Mi, se ofrecen junto Conmigo por los pecadores y los sacerdotes.

Esas almas Me dan mucha gloria, incluso aun antes de ser aceptadas, porque su deseo de padecer por el bien de Mi Cuerpo Místico y su celo apostólico, hacen que ya Me glorifiquen, y Me resarzan de tanta traición e hipocresía de almas que tendrían que serme fieles, y ser ejemplos del bien.

Aquellas almas que se Me ofrecen Yo las acepto y las llevo de Mi Mano Divina, a altas cotas, para que ese ofrecimiento sea mas eficaz y fructífero. Son mis “cristos terrenales”, mis otros Yo, que escondidos en una vida cotidiana y sencilla, son reflejos Míos y están bajo la mirada complaciente, de Mi Padre Celestial.

Soy Jesús de Nazaret quien os habla, ¡Oídme, almas queridas!

jueves, 30 de agosto de 2007

Dictado del 30-8-07

El crepúsculo de la vida es en la edad madura. A esa edad las fuerzas decaen y el alma y el cuerpo cada vez tienen menos fuerzas para cumplir con la vida religiosa o espiritual. Por eso, las almas deben procurar entrar en la ancianidad con el alma limpia de odios, rencillas, pecados graves, sacrilegios y omisiones. Porque de mayores no se tiene la mente tan dispuesta a comprender que hay que cambiar de vida y que hay que reconvertirse, de ahí, la importancia de reconvertirse en una edad en que se tengan fuerzas para emprender el nuevo camino iniciado, de la reconversión.

Son multitudes de ancianos que viven en estado de pecado, pecados que incluso tienen olvidados, pero que anidan en su alma como veneno que impide que la gracia les haga más pronto efecto. No es que Yo, Jesús, niegue Mi gracia, sino que la gracia a esas almas que llevan pecados adosados, no les hace el mismo efecto porque son tierra que están sin preparar, para la siembra divina. Yo salvo a muchos de ellos por Mi Misericordia y por oraciones que ofrecen por ellos, o por obras buenas que hicieron en su vida activa. Pero no puedo salvar a todos, porque son pecados terribles de los que se exigen el arrepentimiento.

Es necesario instruir a los ancianos también. Los capellanes de Centros de ancianos se limitan solamente a darles la Unción de Enfermos o la Comunión, sin instruirlos, ni dedicarles tiempo para evangelizarlos y para que confiesen los pecados de su vida pasada. Es una gran responsabilidad de estos capellanes instruir a los ancianos, porque aunque parezca que no se enteran o no entienden (lo que se les diga) Yo les daré Mi gracia para que sirvan y sean eficaces las palabras del Ministro de Dios. A veces el mismo Ministro (si es mayor) está también con el alma llena de pecados adosados de su vida pasada, pecados de los que no se arrepintió y que ya olvidó, pero no los confesó ni los reparó.

Almas queridas de Mi Sagrado Corazón y de Mi Santa Madre, haced penitencias por estos colectivos, por los mayores, los ancianos cuya salvación pende de un hilo flaquísimo. Yo Soy Misericordia pero no puedo pasar por alto tanto pecado y mal que hicieron, es necesario el arrepentimiento. Vuestras penitencias aplicadas a estas intenciones serán beneficiosas a estas almas que muchos se salvaran por vuestras penitencias, oraciones y Mis Méritos Divinos.

Preparad a vuestros abuelos y abuelas, suegros y suegras, padres y madres, tíos y tías, parientes ya ancianos para una buena muerte, cada día más cercana, cada día mas evidente, es algo que les va a llegar pronto y por eso es necesario que vosotros, hijos de Dios y la Santa Madre Iglesia, se preocupe de estos colectivos en sus preces y ofrendas personales y colectivas. (1)

Reparadme por ellos y pedidme que no mueran en Mi desgracia, Yo Soy Redentor y Me conmoveré si vuestro deseo de que esas almas se salven, es verdadero y sincero. Mi Madre que es servicio a los demás y la Caridad Viviente, os ayudará en esta labor apostólica y caritativa como no hay otra, porque ellos ya no tendrán la oportunidad que tienen los niños o los jóvenes. Rezad por ellos vuestros rosarios. Visitadlos y llevadles sacramentales, agua bendita y estampas, todo puede servir a que Mi gracia surta efecto y no sea estéril. Habladles de Mí y de Mi Madre, no temáis asustarlos porque Yo os ayudaré en esta labor de amor hacia Mis mayores.

Os doy Mi paz para siempre, Jesús de Nazaret.


(1) Pide que la Iglesia rece por ellos.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Dictado del 29-8-07

El día más grande del Amor Divino fue el día de la institución de la Eucaristía. Allí el Señor se volcó en daros amor, mucho mas que en su muerte en la Cruz. La Eucaristía es un anonadamiento de Dios que se hace pan, alimento para las almas.

Ese día su Corazón Divino desbordaba amor. Su celo por el bien de las almas le llevó a anonadarse en el Santo Misterio Eucarístico. El sabia que iba a ser profanado y recibido sacrílegamente. Sabia de los abusos que iba a haber, pero también sabia que muchas almas serian adoradoras perennes del Santo Sacramento y se salvarían, gracias a la Eucaristía. Nada perdonó el Redentor por las almas y todo lo hizo por ellas con infinito y Divino Amor.

Yo Soy el Espiritu Divino que hablo por medio de este instrumen-to para instruir a las almas. Yo doy vida y amor a las almas. Levanto del cieno a las que caen, y elevo a grandes vuelos a las que ya están en las sendas de Dios.

Yo amo infinitamente al alma que acude a Nosotros (Santísima Trinidad) y ninguna de las Tres Divinas Personas, negamos nada de lo que un alma nos pide, si no va contra la gloria de Dios o su mismo bien espiritual.

La Eucaristía es vida, vida para quien la vive interiormente. Es lo más grande que se le puede dar al alma. La Eucaristía debe prepararse antes de iniciarla, tanto el que la celebra como el que la va a oír. Es un Acto Sagrado Infinito y no debe de oírse, ni celebrarse a la ligera. Es un don muy grande de Dios a las almas y está la Presencia Real de Jesús, en la Sagrada Hostia.

El amor del Redentor le impulsó a instituir este sacramento que es rey de todos los demás. Si grande es el Bautismo, la Eucaristía rebasa a toda grandeza, porque se os da a Dios que es Autor de todas las gracias y Fuente de la gracia divina.

Quien recibe al Señor en la Eucaristía reconociendo y siendo consciente de a Quien recibe, lleva mucho de ventaja con las almas que no son eucarísticas, porque la Eucaristía fortalece para la vida cotidiana, para las pruebas, aumenta la fe y es una unión tan grande entre Dios y el alma, que no existe otra en la tierra mas perfecta.

Cita Biblica



Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este Pan y de beber esta Copa; porque si come y bebe sin miramiento el Cuerpo y la Sangre del Señor, come y bebe su propia condenación (1 Corintios 11, 28-29)

Yo Soy Alimento Celestial

Yo Soy el Pan Vivo que ha bajado del Cielo. Yo Soy Alimento Celestial para las almas y quien Me recibe dignamente, recibe a la Santísima Trinidad.

Yo Soy el Dios Vivo hecho Pan Eucarístico. Yo entro gozoso en el alma que Me ama y en su interior, la voy santificando y modelando a Mí gusto.

Yo Soy un Dios de Amor, un Dios que ama tanto a sus criaturas que se hace Pan, para alimento de sus almas.

sábado, 25 de agosto de 2007

Dones y Frutos del Espiritu Santo

DONES (7)
Sabiduría.
Entendimiento.
Consejo.
Fortaleza.
Ciencia.
Piedad.
Temor de Dios.

FRUTOS (12)
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fidelidad.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

Tendencias de la carne

Cuando el Espíritu Santo da sus frutos en el alma, vence las tendencias de la carne.

OBRAS DE LA CARNE

Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, superstición, enemistades, peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades, orgías y todos los excesos de esta naturaleza. (Gálatas 5, 19)

Dictado del 25-8-07

Los deseos buenos son aceptos a Dios. A veces un deseo bueno da más gloria a Dios que la misma obra (1) Yo Espíritu Divino los provoco porque el deseo bueno, predispone al alma a la acción y lo mismo que un mal pensamiento es la antesala del pecado de acción, un deseo santo, es también una predisposición a obrar el bien.

Soy el Espíritu Santo que ayudo al alma a santificarse. Soy muy poco invocado y debería serlo en la boca de todo cristiano. Yo Soy la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, que junto con el Padre y el Hijo, deseo la salvación del alma y colaboro a ello, con mis dones y frutos.

Hay deseos buenos de gran alcance. Hay quien desea ser mártir o víctima. Son deseos que enriquecen al alma y aunque no lleguen a cumplirse nunca, por el hecho de haber deseado algo tan grande, el alma es también premiada en estos santos y grandes deseos. Hay deseos que solo se quedan en eso, en deseos, pues cuando se les presenta la ocasión de hacerlos realidad, el alma perezosa o mediocre no los emprende, y se malogra así un acto u obra santa que se deseó antes de tener la ocasión de realizarla.

Hay deseos (buenos) que duran años, a veces, toda una vida y por ese gran deseo de querer ser mártir por amor a Dios o víctima, el alma es remunerada y obtiene méritos aunque nunca haya llegado a realizar la acción.

A veces un alma entra a la eternidad solo con los méritos que le dieron sus grandes deseos, aunque su vida haya sido cotidiana y simple, sin nada extraordinario (2) Pero cuando el deseo nace del corazón y se produce con una recta intención, el deseo santo, aunque no consumado, da mucha gloria a Dios, y a El eso solo le vale, pues si el alma es débil Dios no la lleva a la acción por miedo a que su flaqueza no sea capaz de soportar en la acción, lo que con tanto ardor deseó en su corazón.

Hay a la vista de Dios tantos y bellos deseos, multitud de ellos, tan santos, tan verdaderos, que forman en el Cielo como un jardín de flores bellas, que hacen las delicias de la Santísima Trinidad y de María Santísima, porque al igual que los malos pensamientos son pecados, los buenos y santos pensamientos son meritorios (3)

Yo Espíritu de Sabiduría instruyo con estos escritos al alma cristiana para prepararla mejor a la santidad y para que en su vida no se desperdicie nada para la gloria de Dios. Que cada minuto y segundo sea en la vida de un cristiano una gloria perenne a Dios, y lo que con obras no pueda alcanzar, lo alcance con santos y buenos deseos.

(1) Hay deseos tan fuertes que son autenticos martirios, como el de Santa Teresita que deseó toda su vida ser misionera y no lo fue activamente, aunque todo lo hacia con espiritu misionero. De ahi ser la Patrona de la Misiones.
(2)El amor o sufrimientos intensos, la conformidad y demás virtudes que se practican al no alcanzar lo que se desea, son ya actos meritorios.
(3) Desear que todas las almas se salven o que Jesús sea amado ardientemente, o que el Evangelio sea conocido por todo el mundo, son santos deseos también, entre otros.

viernes, 24 de agosto de 2007

Amarás a Dios sobre todas las cosas


No Me veis ni en la Creación, ni en la Providencia cotidiana, ni en vuestros corazones, que anhelan la felicidad que solo Yo, os puedo dar.