miércoles, 30 de septiembre de 2009

Quien ama a Mi Divino Hijo e Hijo de María, está haciendo el mejor y más grande de los apostolados, porque el amor a El es fecundo y lleno de frutos

Sí, hijos Míos, no es conocido Mi Divino Hijo en toda su grandeza y magnanimidad, no es conocido. Soy el Padre Eterno quien os habla, y os digo, que Mi Hijo es Mi gozo eterno y en El Me complazco eternamente, pues en todo Me ha dado gusto y en todo hizo Mi voluntad.

Quien ama a Mi hijo Me esta dando la moneda espiritual que más valor tiene y la que más Me gusta. Me esta dando la mayor complacencia que pueda darme, más que toda las penitencias y renuncias que os impongáis. Quien ama a Mi hijo Me ama a Mí y ama la Verdad Única.

Hijos Míos, hijitos terrenales que andáis de acá para allá afanados en vuestras cosas, sometidos al tiempo, a las limitaciones de vuestra naturaleza, a los horarios, a los deberes cotidianos, Yo os miro amorosamente y Me complazco también en vosotros porque os veo pequeños y débiles. Veo la necesidad tan grande que tenéis de Mi amor y de Mi providencia. Os contemplo a cada instante y conozco vuestros corazones, vuestras ilusiones, vuestros deseos santos y no santos. Pero cuando en un corazón humano contemplo el amor que siente hacia Mi Divino Hijo, ese corazón lo hago Mío y ya no lo dejo escapar, para que Mi Divino Hijo tenga siempre corazones que lo amen. Soy el Padre Eterno, quien os habla.


Esos corazones que aman a Mi Divino Hijo son como brasas encendidas por toda la tierra, cuyo calor, llega a otras almas que frías y desiertas de méritos, se aprovechan de esos corazones incandescentes para que no mueran por inanición espiritual, y Yo Padre amoroso y providente, cojo el amor de otras almas y lo aplico a las que son como témpanos de hielo y carecen de toda clase de afectos y no saben amar o temen hacerlo, por miedo a no ser correspondidas. No aman a nadie, ni siquiera a Dios Altísimo, y son almas tan frías, que ni ellas mismas son felices. El amor por Mi Santo y Divino Hijo beneficia a muchas otras almas, no solo a quienes lo aman sino a otras muchas que ni siquiera lo conocen, porque Yo cojo esa riqueza espiritual y la llevo por los confines terrenales aplicando ese amor a almas desnutridas y muertas por el pecado, la desilusión y el desamparo. Yo, Padre Eterno, os hablo.


Quien ama a Mi Divino Hijo e Hijo de María Santísima, esta haciendo el mejor y más grande de los apostolados, más que si se fuera a una leprosería de por vida, porque el amor a Mi Divino Hijo es fecundo y está lleno de frutos. Pero ese amor se manifiesta en obras hacia los demás, en obras hacia el prójimo y los familiares, porque no debe ser un amor solo de palabra sino de hechos, y ese amor a Mi Divino Hijo, es el mejor medio para la santificación personal de cada uno. Yo, Padre Eterno, os hablo y os bendigo Mis pequeños y limitados hijos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Hacedme hijos Míos, actos de amor, de fe y de esperanza

Actos de amor, de fe y de esperanza os pido. Yo, Jesús, os hablo. Las almas que Me aman y que cuando están en oración dicen que no saben que decirme, hacedme hijos Míos, actos de amor, de fe y de esperanza, que ellos, consuelan Mi Divino Corazón y el de Mi Santa Madre, si esos actos, salen de vuestro corazón y creéis lo que decís. Yo, Jesús, os hablo.

Quien Me hace actos de amor, Me honra y Me consuela, pero no menos quien Me hace actos de fe, bien rezando el Credo o haciéndolos según sus sentimientos, y el alma que Me hace actos de esperanza porque espera en Mí, y así Me lo manifiesta, Me rebosa el Corazón de alegría, porque deseo que Mis almas esperen en Mí. Yo, Jesús, os hablo.


No hace falta, hijos Míos, estar muy enardecidos en la oración para que la misma os aproveche, pues no a todo el mundo le doy esa gracia de inflamarse de amor hacia Mí, pero quién voluntariamente Me hace actos de amor, de fe y de esperanza, Me vale igual o quizá más, porque no le mueve para hacerlos el gusto, (sentimiento) sino la voluntad. Yo, Jesús, os hablo.


Hijos Míos, si algo no entendéis de estos mensajes no os quedéis con la duda, preguntad a un sacerdote que os pueda asesorar, pero no os quedéis con la duda, porque Yo Me manifiesto para el bien de vuestras almas y para que no les falte la vida sobrenatural os comunico lo que tenéis que hacer, por eso, no leáis estos mensajes solo por curiosidad o por novedad, leedlos hijos Míos, para vuestro aprovechamiento, y cuando los leáis, al igual que el instrumento que los recibe, invocad al Espíritu Santo para que os ayude en su comprensión y aplicación. Yo, Jesús, os hablo.


Para hacer oración no son necesarios muchos libros, aunque ellos os ayudan. Mi Evangelio es el mejor libro que podéis tener en la oración, y después, hijos Míos, de un ratito de lectura, meditad lo que Mis Palabras Divinas os dicen a vuestra alma a través del Santo Evangelio, pero si no disponéis de ese libro, haced actos de amor, de fe y de esperanza y veréis como vosotros mismos reconocéis que esa oración os aprovecha por la alegría con que saldréis de la misma. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.


Os doy Mi divina paz para que la llevéis en vuestras almas y para que quien os mire, vean que sois hijos de la luz y no de las tinieblas. Yo, Jesús, os hablo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Dictado del 17-9-09

Riquezas y bienes grandísimos y numerosos poseen muchos hombres en esta vida. Yo, Jesús, os hablo.


Hay multitud de señores y de señoras que tienen grandísimos patrimonios y riquezas de valor incalculable en viviendas, locales, joyas, obras de arte y dinero. Son personas que viven apegados a sus bienes y se sienten seguros y poderosos con ellos. Pero Yo, os digo lo que ya dije en Mi Evangelio, de todo eso no quedará nada, ¡nada! Porque todo será hecho cenizas y ninguno de esos bienes les servirá para comprar una morada en el Cielo. Yo, Jesús, os hablo.


Pero si esos señores poderosos de la tierra se desprendieran de esos bienes, quedándose con lo justo para vivir y lo repartieran a los necesitados, esos bienes les alcanzarían una gloria muy grande en el Cielo, si al hacerlo, lo hicieran por amor al prójimo y a los necesitados. Yo, Jesús, os hablo.


Quien es muy rico se apega a la riqueza, o se siente seguro ante tanta abundancia, pero las riquezas terrenales nada tienen que ver con las celestiales y su valor en el Cielo es totalmente nulo, teniendo en cuenta además que muchas de esas riquezas se hicieron evadiendo impuestos, explotando a los marginados, o se hicieron fraudulentamente, y esos pecados gravísimos, (si no se arrepienten) tendrán que pagarlos, pues a Mi mirada no escapa nada de lo malo que se haga, y a MÍ no Me pueden engañar, ni ocultar nada de cómo adquirieron tanto patrimonio. Yo, Jesús, os hablo.


Si conocieran Mi Evangelio y la sabiduría tan grande que hay en él, muchos como son inteligentes reflexionarían, pues la vida humana no se puede alargar más de lo que está establecido y los días de los humanos son efímeros, y no se pueden alargar ni duplicar porque así está establecido por la sabiduría infinita de Dios, y viendo muchos como llega el final de su vida rebosando en la abundancia, siguen apegados a esos bienes que no se pondrán llevar y que para muchos será motivo de condenación. Así, los que pasan toda su vida en goces y deleites, no son capaces ni siquiera en sus últimos años de privarse de tanta abundancia a favor de los desnutridos y pobres verdaderos, obteniendo así el beneplácito del Cielo que consideraría ese desprendimiento. Yo, Jesús, os hablo.


Pues hijos Míos, rezad por los que tienen abundancia de bienes. Rezad por ellos. Ya Me llegan vuestras oraciones por los pobres, pero rezad también por los ricos para que reflexionen y no se apeguen a sus bienes tacañamente, de forma, que sean para ellos causa de condenación. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz esté con todos vosotros y con todo aquel que ponga en práctica estos escritos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Iniciad un camino recto y cumplimiento de la leyes de Dios

Puede ser presunción en muchos fieles cristianos, que caminan por sendas equivocadas saltándose todas las leyes divinas, creer que van a ganar la vida eterna. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Cada cual recogerá lo que siembre y si siembra pecado e iniquidad, pecado e iniquidad recogerá, porque ahora que estáis en tiempo de merecer y en tiempos de posponer vuestras erróneas conductas, si no lo aprovecháis, malograreis la ocasión de cambiar y podéis perder el alma eternamente, Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Cada fiel tiene Mi luz para cambiar de vida y de actitud. Muchos lo postergan por desidia, otros por debilidad, otros no cambian por creer que tendrán otra ocasión para hacerlo, y así, las almas van dejando de lado sus reconversiones esperando en sus vidas un auténtico milagro, desestimando Mis mociones, las veces que Yo les insto a la conversión y desestimando los buenos y santos consejos que otras almas y sacerdotes les dan.

Nadie dejaría para última hora una enfermedad si pudiera remediarla inmediatamente. Nadie ignoraría una enfermedad o esperaría tranquilamente (sin hacer nada de su parte) que alguien viniera a sanarlo, y sin embargo, las cosas del alma las dejáis una y otra vez y os echáis a dormir tan tranquilos, no reflexionando que esa noche puede ser la última para vosotros, almas queridas de Dios.

La Virgen os habla en apariciones y en mensajes constantemente. El Redentor os dio Su Evangelio que es un cúmulo de sabiduría, y vosotros, ignoráis todo ello porque vuestra comodidad y pereza es superior a todo lo que se os diga por una parte o por otra, es superior a todas Mis inspiraciones y toques de conciencia.

Hijos de Dios, entrad en vuestras conciencias y limpiadlas. Haced una santa y extensa confesión y partid de ahí, de esa confesión, para empezar y reanudar una vida de santidad, cristiana realmente, con la práctica de todos los mandamientos. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os asesoro. Mi gracia no os faltará, todos vosotros tendréis luz y fuerza suficientes para iniciar un camino recto y cumplimiento de las leyes de Dios, pero no lo dejéis por más tiempo, no lo dejéis, porque ese tiempo ya nunca lo recuperareis y es tiempo que os negáis a vosotros mismos para vuestra salvación. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Dictado 17-9-09

Sacerdotes de Dios, pero ¿quiénes son sacerdotes de Dios? ¿Quiénes son? Hay sacerdotes que son del mundo y siguen sus maniobras. Sirven mejor al mundo que el más entregado a sus cosas, porque se valen de su sagrado ministerio para ponerse de parte del mundo, y así obtienen aplausos, solidaridad, amistades y reconocimientos, pero de Mí no obtienen más que dolor.

Sacerdotes de Dios ¿quiénes son sacerdotes de Dios? Algunos solo se sirven a sí mismos. Comodones, negligentes en su ministerio, detestan dar la Unción de enfermos en la casas de los enfermos, porque ellos no desean hacer ese servicio. Se valen de su ministerio para su vivir y sustento diario, como una profesión más, pero no tienen ningún ápice de ser verdaderos sacerdotes. Viven a lo grande sin complicaciones, pendientes de donde les toca celebrar ese día y a que hora, pero no tienen deseos de conquistar almas para Mí, y aun su misma alma la tienen sofocada por su propio egoísmo.

Sacerdotes de Dios ¿quiénes son los verdaderos sacerdotes de Dios? ¿Quiénes? Son aquellos que Me aman y que por amor a Mí escogieron este ministerio. Son los que temen pecar, los que desean atraer a las almas a Mí y a Mi Santa Madre. Son los que confiesan en condiciones y santamente, sin entrar en detalles pecaminosos que puedan exponer al alma a la vergüenza y a la tentación contra el pudor.

Son esos sacerdotes que temen no perseverar hasta el final de su vida, esos son los sacerdotes de Dios. Los que hablan de Mi Madre y la honran. Los que sacan a la luz pública Mis devociones. Los que catequizan admirablemente según Mi Evangelio y el Magisterio de la Iglesia. Los que dan mucha importancia al pecado mortal y a la condenación eterna, esos son los sacerdotes de Dios, Mis verdaderos siervos, esos son los que Yo les daré a Mí mismo en herencia a sus servicios, a su santo y entregado ministerio. Yo, Jesús, os hablo.

Hay pocos sacerdotes en la Santa Madre Iglesia y cada vez hay menos, pero encima de los pocos que hay no todos Me sirven en lealtad, en amor y en entrega. Y de todos los sacerdotes que hay, deberíamos diezmar a la mayoría, porque son sacerdotes a los que el día del juicio les diré ¡no os conozco! ¡Id malditos al fuego eterno que os tengo preparado, porque no os conozco! Yo, Jesús, os hablo y os advierto. Mi paz a todo aquel que lea este mensaje, lo crea y lo ponga en práctica.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Dictado del 12-0-09

Siglos y siglos se hablará de Mi Santísima Madre, porque nadie como Ella ha obtenido el favor del Cielo. Su grandeza es única y no habrá nunca nadie, ni ningún espíritu angélico que le iguale, ni siquiera se le pueda comparar.


Su grandeza estriba en su gran humildad y esa humildad atrajo el poder de la Santísima Trinidad para obrar en Ella maravillas, pues maravillas es Su consanguinidad con el Hijo de Dios Altísimo.


Quien honra y ama a Mi Madre, honra y ama a la Santísima Trinidad, por la unión de Ella con Nosotros. Es difícil, casi imposible, almas queridas, que os neguemos nada que pidáis por mediación de Mi Santa Madre, pues si por vosotros no merecéis lo que pedís, por falta de fe o disposiciones, los méritos de Mi Santa Madre os alcanzarán lo que pidáis por Su mediación, pues tal es el poder de Ella ante Nosotros, la Santísima Trinidad.


La grandeza de Mi Madre no se puede comprender con mente humana, ni Ella misma la comprendió en esta vida, pues Su unión con Nosotros es tal, que roza (los límites) de la divinidad, y está tan unida a Nosotros, la Santísima Trinidad, que juntos formamos un todo inseparable, pues Yo, Jesús, Redentor del mundo, Hijo del Altísimo, tomé Carne y Sangre de la Virgen María, y esa unión es única en la historia de las almas y en la de los ángeles. Yo, Jesús, os hablo.


El sacerdote que pondera a Mi Madre y da a conocer Su grandeza y méritos, Me agradará más que si estuviera meses ayunando, porque quien entiende la grandeza de Mi Santa Madre, es porque está en la línea que Yo requiero, y está en un nivel de luz espiritual correcta. Yo, Jesús, os hablo.


Nadie tema nunca exagerar al hablar de la Virgen, porque no os pasareis nunca en sus alabanzas, ya que Su grandeza solo la conoceréis profundamente en la otra vida. Por eso, al hablar de Ella, por mucho que la exaltéis nunca llegareis a decir ni una mínima parte de lo que es. Yo, Jesús, os hablo.


Amad a la que es Mi Madre y Vuestra. Honradla, homenajeadla, hacedle ofrecimientos, todo lo empleará Ella en el bien de vuestras almas. Pues la que alumbró al Redentor, con justicia se le puede llamar Corredentora, porque Mis padecimientos también los padeció Ella y también los ofrecía al Padre Eterno como Yo. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.


domingo, 13 de septiembre de 2009

Quien ama a sus enemigos ha llegado a un grado de comunión Conmigo que se puede decir que su corazón es parte del Mío

Es honesto amar a los amigos que una y otra vez os ayudan y os consuelan en vuestras pruebas. Es honesto rezar por ellos, afligirse en sus penas y echarles la mano en sus necesidades, todo esto es muy honesto. Pero hijos, amar a vuestros enemigos no solo es honesto sino heroico, Yo pago muy bien a aquellas almas que aman a sus enemigos, a esos que os calumnian, a esos que no ven en vosotros nada bueno, a esos que os ponen tropiezos para que no prosperéis y más, porque hijos, quien ama a sus enemigos ha llegado a un grado de comunión Conmigo que se puede decir que su corazón es parte del Mío. Yo, Jesús, os hablo.

Son pocos los que aman a sus enemigos, porque algunos buenos cristianos no los odian, ni les desean mal, pero ¿amarlos?...amarlos les resulta casi imposible. Y vosotros, hijos Míos, que Me ofendéis no una, sino mil veces al día, volvéis a Mí y estáis seguros de Mi perdón y de Mi amor.

Si Mi Corazón fuera como el vuestro Yo no podría amaros, pero cuanto más miserables os veo, más se mueve Mi misericordia y os amo sin tener en cuenta ni el mal, ni las infidelidades, ni las resistencias que Me hicisteis. Yo, Jesús, os hablo.

Yo amé desmesuradamente a Judas a pesar de que sabía que Me entregaría, y hasta en el último momento, con Mi mirada le demostré Mi amor. Era la última mirada que Yo le dí cuando Me entregó con un beso, el no la pudo olvidar y le llenó de remordimientos. Hijos Míos, sed como Yo fui, perfecto, amando a quienes os hacen mal, mirad que digo amando, porque es eso lo que os pido para vuestros enemigos. Ya se que los que vivís cristianamente no los odiáis, pero Yo os pido aun más, os pido que los améis, que recéis, que reparéis y que Me pidáis bienes para ellos, y esto ya es amarlos en Mí. Y cuando tengáis la ocasión de ser vosotros quienes les tengáis que hacer un bien, no desperdicies la ocasión de hacerlo, porque eso Me complacerá mucho más que todas las penitencias del mundo. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, mortificad vuestro “yo” vuestro amor propio, no os améis tanto a vosotros mismos, sed como Vuestro Maestro era, de Corazón magnánimo, grande y bondadoso. Ved como Pedro se acogió a Mi Misericordia y llegó a ser columna de la Iglesia y lo mismo Pablo, que era uno de Mis enemigos, porque el amor verdadero a las almas, aun a aquellas que nos odian y atacan, ese amor da frutos muy grandes en la Santa Madre Iglesia, porque es un amor puro y verdadero que ha ganado la batalla a vuestro amor propio. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz y la de Mi Santa Madre estén con todos vosotros.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

¡Invocadme reiteradamente!

Si alguna vez alguien dijera que al invocar al Espíritu Santo Este no acude a la llamada del alma, esa persona no estaría diciendo lo exacto, porque el Espíritu Santo cada vez que se le invoca con fe y amor, acude al alma que le pide ayuda. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Nadie que Me invoque para pedir socorro queda desasistido, porque Mi misión es acudir al alma que Me invoca y socorrerla en aquellas necesidades que Me presenta, bien dándole luz en decisiones que deba tomar, bien dándole fortaleza en situaciones de peligro, bien dándole entendimiento en oscuridades que tenga. Yo, Espíritu Santo, os hablo.

Quien Me invoca Me honra soberanamente, porque está admitiendo Mi misión y reconociendo la necesidad de Mi intervención en vuestras gestiones y situaciones de la vida, por eso, quien Me llama Me tiene, aunque parezca que no es así, pues debéis de invocarme asiduamente para que ni Mi luz, ni Mi gracia, os falten. Debéis asimismo hacerme novenas, triduos, coronillas, misas, porque Soy Dios también y como tal debéis honrarme.

Los sacerdotes deben honrarme aun más que nadie, para que guíen y aconsejen a las almas acertadamente, pues a veces, dan consejos que nada tienen que ver con lo que Yo les inspiraría si Me invocasen y estuvieran pendientes a Mis mociones, pues guiar a las almas es una labor muy delicada y que necesita en abundancia Mi luz. Yo, Espíritu Divino, os hablo.

Todo aquel que en su vida espiritual tenga la costumbre de invocarme para que lo ilumine o socorra, no andará errado, pues deseo asistir y suplir diligentemente a las almas en aquellas carencias que tiene. Y lo mismo que Jesús sanaba con tocarle por la fe que le tenían, Yo ilumino y otorgo Mis dones a las almas que Me reclaman y Me piden asistencia.

Así pues, hijos de Dios, os lo vuelvo a decir una vez más, invocadme, ¡invocadme reiteradamente! Vosotros obispos, cardenales, Santos Padres, sacerdotes, apóstoles, religiosos, religiosas, invocadme reiteradamente y veréis como los pasos que deis no son erróneos, porque quien Me invoca de todo corazón y con fe para que Yo le asista, no quedará defraudado. Yo, Espíritu Santo, os hablo y os instruyo. La paz de la Santísima Trinidad, este con todos vosotros.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Dictado del 6-9-09

Rigurosos secretos deben ser las cosas que se cuentan por medio del Sacramento de la Penitencia, rigurosos secretos. Ningún ministro de Dios debe decir las cosas que los fieles cuentan en el Sacramento de la Penitencia, ni comentarlo o cotillearlo como si fueran cosas de la vida social. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. Por eso, hijos de Dios, no olvidéis que el sigilo de la confesión es sagrado desde siempre, y no se puede contar lo que se recibe en confesión como quien cuenta una anécdota más. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Hijos de Dios, buscad también para la confesión sacerdotes santos, rectos, que cumplan debidamente su ministerio, para que todos los sacramentos sean recibidos por vosotros como debe de ser.

Debéis ir a confesar mucho más a menudo de lo que lo hacéis, aunque no tengáis pecados mortales. Debéis fortaleceros con este santo sacramento y lavad vuestras almas de la misma forma que laváis vuestros cuerpos, que aunque estén limpios, los laváis todos los días. Hijos de Dios, el alma es muy delicada y hay que darle de todo adecuadamente. Los sacramentos la mantienen viva y libre de pecado mortal, pero también la mantienen reluciente, brillante a los ojos de Dios, que se recrea, en un alma libre de podredumbre. A vosotros que os gusta las cosas bien hechas y en su punto no abandonéis el cuidado de vuestras almas, porque es necesario que a la misma, le deis todo lo santo y bueno para tener una vida de calidad, una vida interior de calidad y que a Dios Padre le agrade. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

La Virgen María era un alma especial, especialísima. En Ella, se recreaba la Santísima Trinidad como en ninguna otra alma. Ella era perfecta en todas las cosas, en sus acciones, en todos sus pensamientos, en sus intenciones. Ella vivía tal y como Dios deseaba que viviese hasta en los momentos más comunes de su vida. No se atrevía a beber agua si no veía en ello que fuera voluntad de Dios, porque estaba tan unida a El, que no se movía sin que la Santísima Trinidad se lo hiciera saber en su corazón.

Hijos de Dios, la perfección es muy difícil para vosotros tan acostumbrados a costumbres burdas e indisciplinadas, pero tenéis que dar a vuestra alma mucho más alimento espiritual del que le dais y con mucha más calidad, Yo, Espíritu de Dios, os hablo. Pedid ayuda a Vuestra Madre Celestial que fue y es Maestra inigualable en estas cosas, y pedidle que os enseñe a moveros en cada instante según sea la voluntad de Dios, Uno y Trino. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os bendigo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Veía también a Mi Madre sufriendo inmensamente al pie de la Cruz, con Su mirada clavada en Mí y su Corazón lacerado, y Ella Me confortaba

Tantas gracias como el Cielo derrama constantemente a las almas una y otra vez, y las almas se pierden cada vez más. Nunca se han derramado gracias como hoy día se derraman, pero nunca jamás ha habido tanto pecado como hoy día hay, pues no hay familia en las que no haya algún miembro apartado de Dios, no hay apenas familias en que íntegramente todos estén unidos en Dios y todos caminen por Sus sendas.

Si el Cielo tuviera que dar un castigo tan grande como son vuestras culpas, el castigo solo podría ser el infierno eterno, porque las culpas sobrepasan y en mucho a las obras de amor y de santificación, pero hijos, ved que el Cielo espera, y espera, y espera a que las almas regresen a Dios, y Dios, no se cansa de esperar el regreso de los hijos y de las hijas pródigos. Yo, Jesús, os hablo.


Mi Padre Eterno al ver como está este planeta siente a veces el deseo de aniquilaros por completo, pero por amor a los pequeños, a esas almas que son fieles y creen en la Santísima Trinidad, y por Su bondad infinita, El se aplaca y espera una y otra vez (vuestra conversión). Yo, Jesús, os hablo.


Os pido, hijos Míos de Mi Divino Corazón, a todos vosotros que leéis estos mensajes y que Me amáis, que redobléis vuestro fervor, vuestros actos de reparación, vuestros actos de piedad. Que los cumpláis amorosamente, y con devoción, porque ya que no vienen los hijos pródigos, al menos los que ya estáis en casa, haced por vuestros hermanos más actos de amor, de fe y de piedad, para que sean aplicados a ellos. Yo, Jesús, os hablo.


Todo esto, hijos Míos, lo vi desde Mi Cruz. Colgado en el madero Yo vi la depravación a la que iba a llegar esta humanidad perversa, lo vi y sufrí. Veía también a Mi Madre sufriendo inmensamente al pie de la Cruz, con Su mirada clavada en Mí y su Corazón lacerado, y Ella Me confortaba al verla tan santa, tan mártir, tan dispuesta a todo por los pecadores, como Yo lo estuve. Ella Mi Madre y Vuestra, allí estaba padeciendo por esta humanidad pecadora que Me llevó al patíbulo con una muerte ignominiosa y dolorosísima. Yo, Jesús, os hablo.


Acudid a Mi Madre con vuestras oraciones, con vuestras obras de misericordia, con vuestras limosnas. Sed en este siglo como Ella seria si estuviera en el. Actuad lo más posible parecido a Ella, para que Yo, Me consuele y aplique vuestras bondades a las almas que están a punto de perderse eternamente. Yo, Jesús, os hablo y os lo pido.


Hijos Míos, cuento con vosotros, cuento con vuestro amor y vuestra fe. Cuento con vuestra disponibilidad en las pruebas que os quiera mandar, así pues, no Me cerréis vuestras puertas, las puertas de vuestro corazón. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo. Mi paz y la de la Santísima Trinidad estén con todos vosotros.

lunes, 31 de agosto de 2009

Hijos de Mi Corazón Divino, venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados que Yo, Jesús, Vuestro Hermano, os aliviaré


Hijos Míos, Soy Jesús quien os habla. Hijos queridos de Mi Divino Corazón, una vez más Me pongo en contacto con vosotros por este medio y deseo que recibáis estos mensajes con amor, pues con amor se os están dando. Yo Soy Vuestro Hermano, Me hice hombre para rescataros del pecado y libraros del mal. El verdadero mal es el Maligno que os induce a pecar, y a pecar, y a pecar. Mi Madre os dice una y otra vez que recéis, que la oración vence toda clase de mal, pero os da pereza poneros a rezar y a hablar con Nosotros, vuestra familia celestial.


Hijos Míos, contra el mal la oración es muy eficaz, y los sacramentos también os ayudan a vencer las tentaciones y os limpian de vuestros pecados. Debéis de ser diligentes y poneros a orar, y si os cuesta trabajo porque os aburra la oración, coged un libro santo que os instruya y os ayude en las meditaciones correspondientes. Yo, Jesús, Vuestro Hermano, os hablo.


Tan pronto os ponéis a orar o a rezar, Mi enemigo mortal os mete la pereza, deseos de hacer otra cosa, os quita las ganas, y vosotros seguís sus maniobras. ¿No sabéis que a un alma que se mantenga firme en sus buenos propósitos el demonio teme lo que más? Por eso hijos, proponeros cumplir lo que habéis pensado y no lo pospongáis para más adelante. Poneros a orar, o a rezar aquellos rezos que os sean más atractivos, como el rosario o las coronillas.


Hijos Míos, os estrecho a todos en Mi Divino Corazón y os arropo en El como una gallina cobija a sus polluelos, para que nunca tengáis miedo de la adversidad, de las desgracias, de las catástrofes, porque anidáis todos en Mi Sagrado Corazón y en el de Mi Santa Madre. Venid a Mí, hijos de Mi Corazón Divino, venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados que Yo, Jesús, Vuestro Hermano, os aliviaré, y sed humildes y santos como Yo lo fui. Yo, Jesús, Vuestro Hermano, os hablo. La paz de Mi Divino Corazón os doy a todos en general, y a cada uno en particular.

jueves, 27 de agosto de 2009

No Me dejéis en la tortura de la sed.Tratad de dadme de beber un poco de amor y de reparación. Apagad la sed que Me devora de bondad y de santidad

Actos de amor, actos de amor y reparación pido para las amarguras de Mi Corazón. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, que sabéis que existe el mal en dimensiones atroces, tratad de dadme de beber un poco de amor y de reparación. Apagad la sed que Me devora de bondad y de santidad y no Me dejéis en la tortura de la sed. Sí, hijos Míos, ¡tengo sed! Tengo mucha sed de almas buenas, de almas que Me den su amor incondicionalmente, de almas que sufran Conmigo, de almas que Me acompañen en las soledades de Mi sagrario, tengo sed de amor santo, y apenas encuentro quien calme Mi sed, Yo, Jesús, os hablo.

Vosotros que habéis sufrido alguna vez la ignominia, el abandono, el rechazo, la calumnia, sabéis lo dolorosa que es la prueba de todo eso, porque duele en el corazón y en el alma todo lo que nos hacen. Pero ved cuan grande es Mi dolor porque hay fieles que han quemado Mis Biblias, fieles que han quitado Mis imágenes de sus hogares y las han tirado o guardado en un trastero. Hijos Míos, ¡como avanza el mal! Corre a pasos agigantados y Yo busco almas que quieran ofrecerme su amor total y, todo lo que estén dispuestas a padecer por Mí. Yo, Jesús, os hablo.


Soy Jesús de Nazaret quien os habla. Os hablo y os abro las amarguras de Mi Corazón, para que veáis como está de lacerado, de olvidado, de ignorado. Cada día más Mis párrocos eliminan devociones. Cada día más, eliminan los cantos sagrados y los escritos que hablen de devociones y espiritualidad


Solo quieren donativos para sus parroquias, buenos ingresos para hacer viajes, fiestas o reformas, pero se gastan poco o nada, en dar cursos de formación auténtica, cursos de fe, peregrinaciones que se vivan o se hagan con espíritu evangélico y no como turismo. Y Yo, en este mundo, preso en los sagrarios pocos vais a visitarme y a dialogar un rato Conmigo, que tanta sed tengo de vosotros y de vuestro amor.


Tenéis tiempo para todo menos para Mí. Soy el último en vuestra agenda, y para la mayoría de vosotros, ni siquiera Soy el ultimo. Mi Madre cuánto sufre por lo que Me hacéis. Ella desea que Yo sea amado y adorado, pero sus deseos no se hacen realidad en la mayoría de las veces. Sí, hijos, sí, Soy Vuestro Redentor, pero os da lo mismo, pasáis de Mí y de Mi Evangelio y solo tenéis tiempo para el deleite o el goce pecaminoso que tenéis en vuestras vidas, y Yo, os espero inútilmente. Hijos Míos, este es Mi mensaje de hoy, ¡dadme de beber amor verdadero! ¡Dádmelo! Os lo pide Vuestro Redentor, Jesús, de Nazaret, Hijos, ¡tengo sed de amor!

martes, 25 de agosto de 2009

Una misa bien oída tiene un alcance universal muy grande

Yo, Jesús, Soy el Hijo de Dios Altísimo. Hijo único del Padre Eterno y además Su Eterna Palabra. Yo, Jesús, Soy Amor. Soy el Redentor del mundo, único Redentor, ya no hubo ni habrá otro Redentor, porque Mi Pasión, es siempre actual en el correr de los tiempos.

La Misa es la actualización de Mi Pasión, es el mismo sacrificio de la Cruz y allí en el altar se actualiza cada día. De ahí que asistir a misa es algo tan grande, aunque los fieles, digan que se cansan o se aburren. Ese cansar o aburrirse es por que no saben el valor infinito de la misa, ni lo que sucede realimente en el altar cuando el sacerdote, pronuncia las palabras de la consagración. Por eso, cada día más se esta perdiendo esta costumbre de asistir a misa, que además, de una buena costumbre es un mandamiento de la Santa Madre Iglesia ya que se debe asistir los domingos y fiestas de guardar.


Es cometido de los sacerdotes instruir apropiadamente a los fieles cristianos, para que sepan valorar el valor de las Santa Misa. Hoy en día se incluyen en la misa muchas innovaciones que no son del agrado de Dios, pero no instruyen a los niños, ni a los fieles cristianos del valor infinito de la Santa Misa.


Una misa bien oída tiene un alcance universal muy grande, porque Yo, Jesús, la aplico a cantidad de almas de todo el mundo, incluidas almas paganas, almas que no tienen que ver con la doctrina católica, de ahí, que una misa es un bien universal único, es el mejor apostolado que podéis hacer para almas desconocidas o puntos de la tierra donde no llegan vuestras ayudas materiales.


Quien Me honra y Me da gloria a través de la misa, lo hace de una forma que Me agrada mucho, porque esta valorando el sacrificio de la Cruz y poniendo las cosas en sus correspondientes valores. Hijos Míos, asistid a la Santa Misa y hacedlo con decoro, fervor, amor y fe, porque Yo valoro mucho a las almas eucarísticas, y deseo que se Me honre en el Santo Sacrifico del Altar.


Hijos Míos, honrad a las Santísima Trinidad por medio del Sacrificio del Altar, honradla, porque allí Soy Yo la Víctima que se inmola por medio del sacerdote y Soy el Mediador de la humanidad entera, y Mi Padre, al verme desangrado en el sacrificio del Altar, accede a muchas de las peticiones que le hacéis y accede a todo lo que Yo le pido como Mediador Universal, Yo, Jesús, os hablo.

sábado, 22 de agosto de 2009

Sed perfectos, sed respetuosos con Mi Santo Cuerpo y con el Altar

Palabras y más palabras dicen muchos de Mis sacerdotes en sus homilías, pero que no llevan a las almas a nada aceptable. Hablan y hablan como si ellos fueran muy doctos, pero ellos deberían de aplicarse las palabras que dicen, si es que las entienden ellos mismos, porque se creen al igual que los fariseos, que porque hablen mucho son más eruditos y son más importantes.

Mis fieles salen de las iglesias más vacíos que entran, han estado una hora en la misa y han pensado en todo menos en el Santo Sacrificio del Altar, porque algunos sacerdotes celebran con tanta trivialidad que no transmiten ni devoción, ni recogimiento, ni nada.

No digamos ya la misa de los niños, esas misas son horrendas y Me desagradan. Son misas carentes del sentido de lo sagrado, llenas de ruidos, de jaleo, sin nada que diga que Yo estoy ahí vivo en la Sagrada Eucaristía. Los niños la toman a algarabía, a juerga, y van a misa como quien va a un recreo de la guardería. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, sacerdotes de Dios. Vivid santamente vuestro ministerio en unión Conmigo, para que sea fructuoso. Sed perfectos, sed respetuosos con Mi Santo Cuerpo y con el Altar. Que os vean en vuestros movimientos entregados a Mí y con fe, porque si no es así, asolareis más que edificareis. La misa dominical que va muchas más gente debe ser cuidada en todos los aspectos. En las canciones que se escojan en el coro, en las personas que lean Mi Santa y Divina Palabra, en las personas que pasen el cestillo, en todo, para que no sea una censura y un comadreo entre Mis fieles.

Cuidad todos los detalles, el altar, las velas, las flores, todo, y no os toméis con tanta ligereza vuestro deber ministerial, porque os aseguro, que os pediré cuenta de cada misa y de cada instante de la misma. No seáis negligentes, ni mediocres. Cuidad vuestras homilías sin hacerlas pesadas y hacedlas inteligibles, porque sino, es lo mismo que si regarais al vacío, no darán frutos, puesto que muchos de Mis fieles no alcanzan a comprender lo que habláis. Que los micrófonos también estén en condiciones y que todo sea armonía y concordia en la celebración de Mi Santa Misa. Yo, Jesús, os hablo y os lo pido.

Mi paz este con todos vosotros y con todo aquel que ponga en práctica estos mensajes.

martes, 18 de agosto de 2009

Dictado 13-8-09


Un hijo de Dios debe ser reflejo de su Padre. Debe ser un hijo que honre a su Padre, porque hay un mandamiento que dice honrarás a tu padre y a tu madre.


Los hijos de Dios deben ser hermanos entre ellos y velar por sus necesidades con oraciones y sacrificios. Un hijo que honra a su padre y lo ama por encima de todas las cosas, consigue de su padre todo lo que necesite y todo lo que le pidiere, por cuanto que siendo buen hijo, tiene a su padre siempre contento y sin darle ninguna clase de disgusto.


Esto que os sucede a vosotros en el plano biológico, también sucede en el plano espiritual, porque cuando un hijo es como su Padre desea y cuando ese hijo obedece en todo a su Padre, el Padre se mirará en él y no le negará nada, solo aquello que no sea para su bien. Yo, Jesús, os hablo. Yo fui un Hijo que hice en todo momento la voluntad de Mi Padre y no rebatí para nada si lo que Me pedía era de Mi gusto o no, pues vine para hacer en todo momento la voluntad de Mi Amado Padre y hacerla a Su manera y no a la Mía.


Vosotros, hijos Míos, hermanos de Mi Divino Corazón, debéis hacer lo mismo y desenvolveros haciendo siempre la voluntad de Vuestro Padre Celestial, que es quien sabe mejor que nadie lo que os conviene. Hacer no solo Su voluntad sino hacerla a su estilo y según El disponga, porque no se trata de obedecerle, sino de hacerlo, según El disponga las situaciones y pruebas de la vida. El no os negará las gracias necesarias para el cumplimiento de Su voluntad. El os dará todo lo necesario para emprenderla, y veréis, como cumplir Sus designios os es mucho más fácil que vivir sin cumplirlos, porque la gracia de Dios para vuestros deberes o designios, es una poderosa arma que os da y que nunca os faltará, ya que entonces, El no seria un buen Padre para vosotros. Yo, Jesús, os hablo.


A quienes tengan en sus vidas pruebas más duras que otros hermanos, hijos, Mi Padre y Vuestro Padre os dará la gracia según la necesidad de vuestras pruebas o designios. A quien El le pida como diez, le dará la gracia como diez, a quien le pida como uno, la dará la gracia como uno, por tanto, no tenéis que temer para nada las misiones que se os encomienden, porque todos tendréis abundancia de gracias para llevarlas a cabo. Yo, Jesús, os hablo.


Tomadme a Mí como ejemplo, y ved en Mí, la gran obra de Mi Padre Celestial que padecí como nadie en la tierra y llegué al final de Mi misión, porque tuve la gracia de Mi Padre Eterno. El no será diferente con vosotros y no os negará la gracia, porque sabe de vuestra flaqueza y debilidad, y está obligado, a supliros con Su gracia divina, así pues hijos, Yo os lo digo, no temáis nada en este mundo, ni pruebas, ni misiones, ni enfermedades, ni sufrimiento alguno, porque para todo ello tendréis en abundancia la gracia de Dios Padre Misericordioso. Yo, Jesús, Vuestro Hermano, os hablo y os bendigo.

viernes, 14 de agosto de 2009

Los hijos de la luz serán los hijos que estarán Conmigo en la eternidad

Los hijos de la luz serán los hijos que estarán Conmigo en la eternidad, porque esos fieles Míos que aquí en la tierra trataron en todo momento de hacer Mi voluntad, ellos estarán en el Cielo gozando de todo lo que aquí trataron de hacer y de darme. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo.

Pero no todos los cristianos que van a misa o practican los sacramentos son hijos de la luz, pues muchos de los cristianos que aparentemente viven en la luz, están en las tinieblas y atrapados por Satanás, bien por rencillas familiares que no olvidan, por acciones deleznables que no confesaron, por actos de omisión que fueron gravísimos y que no compensaron y por tantas otras cosas, por eso hijos Míos, os pido una y otra vez que hagáis una confesión general y digáis en el juicio terrenal ante el sacerdote, vuestras verdaderas faltas, algunas desde la infancia, y por eso os pido, que cuando hagáis ese examen de conciencia invoquéis a Mi Santo Espíritu y veáis si tenéis pecados ocultos que ya están olvidados pero que no han sido confesados, ni reparados, Yo Jesús, os hablo.


Mujeres que hicieron abortos, hombres que fueron adúlteros, fraudes, calumnias, silencios que callasteis y no defendisteis la verdad de algún compañero de trabajo o familiar, y así podría ir enumerando cantidad de cosas. No penséis que porque vuestra vida presente ahora sea buena….os libráis del juicio de vuestra vida pasada, por eso, tenéis que hacer un exhaustivo examen de conciencia general y confesar los pecados desde vuestra infancia, como si fuerais a moriros mañana mismo, pues de ese gran examen depende la salvación de muchos de vosotros, que ahora aparentemente, sois buenos, pero que tenéis tras de vosotros pecados horribles que no confesasteis y no reparasteis. Yo, Jesús, os hablo.


Mirad, hijos Míos, el interés tan grande que tiene el Cielo de que os salvéis que os decimos una y otra vez, lo que tenéis que hacer y como lo tenéis que hacer, pero no os inmutáis, parece que lo que decimos no va con vosotros y hablamos de otras personas, y os da lo mismo, a vosotros hijos Míos, a quienes leen estos mensajes, a quienes los propagan, a quienes los esperan. Así pues, pedid ayuda a Mi Santa Madre y luz a Mi Santo Espíritu y veréis que fácil es renovaros y convertiros. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo y os advierto.

miércoles, 12 de agosto de 2009

¿De que le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?

La humanidad pecadora que Me ha dado la espalda y vive fuera de Mis leyes, no tendrá parte Conmigo en el Reino de los Cielos. Serán a los que diré: “Id malditos de Mi Padre al fuego eterno que os tengo preparado, porque no os conozco” (Mt 25, 41)

Son duras, Hijos Míos, estas palabras, pero son auténticas, ellas están en la Biblia, y quien vive fuera de Mis leyes y enseñanzas evangélicas, ya escogió su camino. No vale para la salvación del alma tener poder en la tierra o tener fortuna. No vale tener buena reputación, ni haber hecho grandes obras en la tierra que no fueron para Mi gloria. Todo aquel que se salta Mis leyes no tomará parte Conmigo y vivirá su eternidad alejado de Mí para siempre, como vive esta vida efímera y pasajera, alejado también de Mi y desentendiéndose de todos Mis preceptos. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo.


Por eso, os lo dije también en Mi Evangelio: ¿De que le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mt 16, 26) Esta humanidad pecadora que Me ha dado la espalda, es como las vírgenes necias que no llenaron sus lámparas de aceite, (Mt 25, 3) y Yo que Soy también justicia, juzgaré a cada cual según sus obras y cada cual recogerá según ellas.


El que Me negare en esta mundo con su mala vida, con su forma de vivir anticristiana y antievangélica; el que Me niegue en esta vida ignorándome y diciendo que Yo fui solo un personaje histórico, Yo lo negaré en la otra y le diré ¡no te conozco maldito de Mi Padre! ¡No te conozco! (Lc 13, 27)


Todo esto hace sufrir a Mi Madre que sabiendo el sacrificio cruentísimo y dolorosísimo que padecí en la Cruz para salvaros, al ver que a muchos no aprovechará Mi sacrificio, le hace sufrir, porque Mi Divina Sangre se pierde en tantas almas que no desean convertirse ni hacen el mínimo esfuerzo por su parte. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y la de la Santísima Trinidad alcance a todo aquel que crea en Mí y en mi Evangelio.

sábado, 8 de agosto de 2009

Dictado del 2-8-09

Y todo aquel que deja padre, madre, hermano o hermana, hijo, hija, por Mi causa, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna. Yo, Jesús, os hablo (Mc 10, 29-30)


Hijos Míos que leéis estos mensajes, Soy Yo quien os habla por medio de este instrumento, y os aseguro, que al hacerlo pienso en todos vosotros que leéis los mensajes, los propagáis y los ponéis en práctica. Me agrada sobremanera que los mensajes los deis a conocer, pues más de uno ha surtido en las almas un gran efecto, produciendo un auténtico cambio de vida, una auténtica conversión, ya sabéis que Yo Me valgo de todo para atraer un alma a Mi Divino Corazón, por eso, cuando vosotros dais los mensajes y los propagáis, estáis también haciendo una gran obra de apostolado, porque Yo Me valdré de ellos para que las almas reflexionen y se planteen un cambio de vida, en el cual no les faltará Mi divina gracia.


También en los sacerdotes surten efectos estos mensajes, pues más de uno se ha sentido escoria al verse reflejado en Mis quejas, pero Yo que Soy infinita misericordia, no deseo que se sientan mal sino que cambien de vida, para que con Mi divina gracia, llenarle de bendiciones y ayudarle a llegar a la meta definitiva que es la vida eterna.

Hijos Míos, cuando deis estos mensajes invocad a Mi Santo Espíritu, para que quienes lo reciben, tenga luz para comprenderlos y ponerlos en práctica, y pedid también ayuda a Mi Santa Madre, para que Ella prepare el alma donde caigan estos mensajes, para recibir la luz de Mi Santo Espíritu, como preparó Mi pesebre antes de Yo nacer. Ella es única en estas labores. Ella es imprescindible en la preparación del alma, para que la semilla del Espíritu Santo, caiga en buena tierra. Contad con Ella, pedidle que os ayude, y veréis como todo sale según Mi divina voluntad. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, pedid por el instrumento que recibe estos mensajes, para que salga airoso de las batallas que tendrá que librar, no os olvidéis de él, pues es necesario que le alcancen vuestras oraciones ya que el demonio intentará hundirlo. Yo, Jesús, Vuestro Hermano, Vuestro Salvador, os hablo. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.

jueves, 6 de agosto de 2009

El sacerdote que vive por y para Mí, es como una isla donde vivo y Me recreo y voy a descansar en él de las inmundicias del mundo

Sí, hijos sí, Yo Me comunico con la tierra y sus moradores a los que tanto amo, y es para Mí, un deleite poder hacerlo. Yo digo a Mis fieles seguidores el gran amor que les tengo y el consuelo tan grande que es para Mí sus ofrecimientos, su amor, su adoración, su entrega. Pero cuando esos actos de amor, de adoración y entrega Me los hace un sacerdote, entonces, hijos Míos, no solo recibo deleite sino un consuelo muy grande y una gloria inmensa, porque el sacerdote que vive por y para Mí, es como una isla donde vivo y Me recreo y voy a descansar en él de las inmundicias del mundo.

Y Mi Madre, al ver a un sacerdote que Me ama y Me sirve en amor, pide para él la perseverancia final y el librarle del Maligno, para que su vocación, llegue al final serenamente y con facilidad, pues Ella lo libra en cantidad de ocasiones de los ataques del Maligno, y solo permite, aquellos que serán para más corona y más virtud. Yo, Jesús, os hablo.

Y vosotros fieles Míos amantísimos, almas pequeñitas que Me dais vuestro amor y dones, -sea poco, sea mucho- Yo los recibo con amor, y Me consuelan de tanta frialdad y olvido que Me tienen multitud de almas, y también voy a refugiarme en vosotros y en vuestros corazones para resarcirme del olvido de tantos cristianos que viven días y días y hasta años, sin recordar ni siquiera Mi Santo Nombre. Yo, Jesús, os hablo,

Escuchad a Mi Hijo muy amado dijo Mi Padre en Mi bautizo, pero no solo no se Me escucha, ni se Me lee, sino que se han olvidado de que existo y de que existí una vez. Yo, Jesús, os hablo.

Os pido hijos de Mi Divino Corazón que mantengáis vuestros corazones caldeados con Mi amor divino, para que con ese fuego y calor, se purifiquen vuestras acciones e intenciones y se quemen en ese amor a Mí, todo aquello que Me desagrada. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo.

viernes, 31 de julio de 2009

Mi Santa Madre en Fátima pidió sacrificios por los pecadores

Son muchos los fieles que cada día más desertan de su fe católica, son muchos. No es que lo hagan bajo una declaración formal, pero lo hacen escogiendo caminos de perdición eterna, y esto hijos Míos, hiere Mi Divino Corazón y el Inmaculado Corazón de Mi Madre.

Fieles que están unidos a otros fieles después de haber estado casados. Fieles que no desean bautizar a sus hijos y dicen que lo harán ellos cuando sean mayores. Fieles que comulgan diariamente pero no confiesan y echan un pecado tras otro, así que hijos Míos, vosotros que Me sois fieles de verdad, rezad por estas situaciones, reparad y sacrificaros, que ya Mi Santa Madre en Fátima pidió sacrificios por los pecadores.


Esto también alcanza a los sacerdotes, pues son muchos los que llevan un indigno ministerio, que tienen una doble vida, que celebran después de noches de orgía, son muchos que como Judas me han traicionado y cambiado por gozos terrenales, gozos letales que los llevan cada día más cuesta abajo, como si Yo, Jesús, no les diera el verdadero gozo celestial que es gustar de Mí y Mis misterios.


Satanás se frota las manos en señal de victoria, pero su victoria es pasajera, efímera, no llegará mas allá de lo que Yo permita. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo.


Acudid, hijos Míos, a los pies de Mi Madre Santísima y rogadle con vuestros rosarios por todo esto, por esas almas que no soportando su soledad, se unen a otras personas y viven indignamente su cristianismo. Rogadle a Ella que es poderosa ante la Santísima Trinidad, por esos sacerdotes que no cimentaron su vocación en Mí, que Soy Roca, y se tomaron un día una libertad para ir tomándose cada vez más libertades, dañando así su vocación y el Cuerpo Místico que es la Iglesia. Rezad hijos Míos, rogad por todo eso. La oración, los rezos, los odia Satanás, pero si encima van dirigidos a Mi Madre, le humilla muchísimo que la tengáis como Madre y como Reina. Yo, Jesús, os hablo.


Todo lo que hagáis por los pecadores que además están en vuestro entorno, os lo pagaré con creces, pues si dar una vaso de agua a un sediento no dejo sin recompensa, imaginad como pagaré el que ayudéis con rezos y sacrificios a las almas que van camino de la perdición eterna, y que muchos, están en vuestro entorno. Yo, Jesús, Vuestro Salvador, os hablo y os instruyo.

lunes, 27 de julio de 2009

Dictado del 19-7-09

Las cosas, hija Mía, no están bien, no están nada de bien. Hay mucha corrupción y no se quiere ver. Los Obispos callan e ignoran las quejas y denuncias que les hacen, y los párrocos también callan. Por los abusos que hay, vosotros los fieles, reivindicáis Mis derechos y reparáis, pero vuestra voz es apagada por la fuerza y el poder de la autoridad. Por eso, hijos Míos, deseo que os unáis cada vez más. Que os conozcáis y que busquéis para vuestros grupos de oración, sacerdotes rectos que os den animo, aliento y ayuda. Yo, Jesús, os hablo.

Manteneos fieles hasta el final, se que a veces os cuesta perseverar porque navegáis contra corriente, pero Yo deseo que sigáis adelante y no Me neguéis a Mi y a Mi Santa Madre el consuelo que Nos supone veros en el grupo de oración. Os tengo reservadas grandes recompensas por vuestra fidelidad y constancia. Rezad hijos Míos, rezad por los Obispos que no se mueven ni imponen su autoridad, algunos por temor a que se levanten voces contra ellos, otros por debilidad, pero otros muchos, la mayoría, por negligencia. Rezad por ellos, encomendadlos a sus antecesores los Apóstoles, ahí tenéis a Pedro y a Pablo que están deseando de que los invoquéis para ayudar a la Santa Madre iglesia. Pedid ayuda al Cielo, a la Iglesia Triunfante, que ellos también superaron batallas y pruebas en su paso por esta vida.

¡Que no apaguen vuestras voces! ¡Que no os hagan enmudecer. Soy Yo quien os juzgará y no la Jerarquía. Seguid denunciando hechos deleznables de algunos de Mis ministros. Seguid exponiendo en vuestros escritos hechos incorrectos, abusos de párrocos y sacerdotes y si ahora no veis los resultados, al menos habréis denunciado aquellas cosas y situaciones que Me deshonran y deshonra a Mi Esposa la Santa Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.

No temáis nada, ni lamentéis que no os hagan caso, al final la victoria es Mía y de quienes estén de Mi parte. Ni Satanás, ni sus secuaces o esbirros, saldrán con la suya. Mi Madre será la Victoriosa Reina del todas las Naciones y Yo seré Único Vencedor. Por tanto, sabed esperar un poco más manteniendo en vosotros deseos de rectitud y santidad, que ellos florecerán algún día no muy lejano en la vida eterna. Yo, Jesús, os hablo.

Veréis, hijos Míos, fieles a Mí y a Mí Corazón, la Nueva Jerusalén y allí vosotros Mis apóstoles de los últimos tiempos, brillareis como luceros únicos por haberme sido fieles en la adversidad. Yo os amo, hijos Míos, y os espero en Mi Reino de Paz con los brazos abiertos. Mi paz y la de Mi Padre Eterno y Santo Espíritu, estén con todos vosotros.