martes, 25 de agosto de 2009

Una misa bien oída tiene un alcance universal muy grande

Yo, Jesús, Soy el Hijo de Dios Altísimo. Hijo único del Padre Eterno y además Su Eterna Palabra. Yo, Jesús, Soy Amor. Soy el Redentor del mundo, único Redentor, ya no hubo ni habrá otro Redentor, porque Mi Pasión, es siempre actual en el correr de los tiempos.

La Misa es la actualización de Mi Pasión, es el mismo sacrificio de la Cruz y allí en el altar se actualiza cada día. De ahí que asistir a misa es algo tan grande, aunque los fieles, digan que se cansan o se aburren. Ese cansar o aburrirse es por que no saben el valor infinito de la misa, ni lo que sucede realimente en el altar cuando el sacerdote, pronuncia las palabras de la consagración. Por eso, cada día más se esta perdiendo esta costumbre de asistir a misa, que además, de una buena costumbre es un mandamiento de la Santa Madre Iglesia ya que se debe asistir los domingos y fiestas de guardar.


Es cometido de los sacerdotes instruir apropiadamente a los fieles cristianos, para que sepan valorar el valor de las Santa Misa. Hoy en día se incluyen en la misa muchas innovaciones que no son del agrado de Dios, pero no instruyen a los niños, ni a los fieles cristianos del valor infinito de la Santa Misa.


Una misa bien oída tiene un alcance universal muy grande, porque Yo, Jesús, la aplico a cantidad de almas de todo el mundo, incluidas almas paganas, almas que no tienen que ver con la doctrina católica, de ahí, que una misa es un bien universal único, es el mejor apostolado que podéis hacer para almas desconocidas o puntos de la tierra donde no llegan vuestras ayudas materiales.


Quien Me honra y Me da gloria a través de la misa, lo hace de una forma que Me agrada mucho, porque esta valorando el sacrificio de la Cruz y poniendo las cosas en sus correspondientes valores. Hijos Míos, asistid a la Santa Misa y hacedlo con decoro, fervor, amor y fe, porque Yo valoro mucho a las almas eucarísticas, y deseo que se Me honre en el Santo Sacrifico del Altar.


Hijos Míos, honrad a las Santísima Trinidad por medio del Sacrificio del Altar, honradla, porque allí Soy Yo la Víctima que se inmola por medio del sacerdote y Soy el Mediador de la humanidad entera, y Mi Padre, al verme desangrado en el sacrificio del Altar, accede a muchas de las peticiones que le hacéis y accede a todo lo que Yo le pido como Mediador Universal, Yo, Jesús, os hablo.

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