miércoles, 27 de junio de 2007

Dictado del 16-6-07


El que a Mi sigue es como un árbol que da buenos frutos. Yo no niego mi gracia a nadie ni al más grande pecador. Yo deseo que todos se salven. No odio, no me hago enemigo de nadie, los perdono a todos como lo hice en el árbol de la Cruz.
Yo soy Jesús Misericordioso, Amantísimo de las almas por pecadoras que sean. Busco a la oveja desvalida para darle calor y amor, para sanar sus heridas y que no le queden secuelas.
Mi amor impregna al alma de gozo y paz. Quisiera que todos me amaran para el bien de ellos. Amarme es bien para las almas. No soy un Dios justiciero, busco el bien de las almas.
Hay ovejas heridas, heridas desde la infancia. Yo soy el Sanador Divino y busco quien me acerque a esas ovejas porque en Mi encontraran remanso y paz.
No acuso a nadie de la vida que lleva, pero deseo su conversión y espero pacientemente que les llegue.
Toda oración que se hace por un alma pecadora me es grata y llega a mí Trono. Yo la aplico para esa alma u otras que no reciben oraciones.
Rezad por los pecadores, todos lo sois, rezad por ellos que la oración es como agua que cae en tierra seca y hay que empaparla, por eso, cuando mas se reza, mas se empapa.
Mi Madre es la cuidadora de mis ovejas. Ella las recibe con los brazos abiertos y con el Corazón ardiente de amor.
Yo soy el Buen Pastor y Ella la Buena Pastora. Ella, lava, cuida, alimenta a la oveja desvalida, ella la nutre con su amor y celo ardiente.
Quien acerca a Mi Madre una oveja perdida, Ella se cuidará de que ya no se pierda, porque es Madre de Misericordia.
Yo soy el Eterno, el que siempre existe y deseo que mi eternidad también sea vuestra.
No os necesito (1) pero deseo que participéis de mi Divinidad. Deseo el Cielo para todos, por eso, todo me vale cuando se trata de volver a una oveja a Mí que soy Redil Divino.
Estos mensajes los doy para el bien de las almas, para los sacerdotes, deseo que sean leídos y meditados. Yo los escribo (2), Jesús de Nazaret, mi instrumento no los inventa, escribe lo que le viene (recibe) a la mente. Mi paz os dejo a todo aquel que crea en Mi y deseo que la transmitáis a todos los pecadores a través de vuestro amor y oración.

(1) Porque Dios tiene la plenitud de todo.
(2) Quiere decir que lo escrito es dictado por El.

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