El que a Mi viene será un alma escogida. Yo seré el Único en su vida y todo lo demás será para él tenerlo en nada.
Yo procuraré sus necesidades, Yo lo sostendré en la pruebas, y lo cuidaré. Seré TODO para él. Mi vida ha sido dura y dolorosa por eso el que viene a Mi también gustará de las “mieles” de la cruz.
Mi Corazón es barca de salvación, es refugio seguro para el alma. Quien entra en ese Corazón no debe temer nada. Yo soy luz en el mundo, luz en las tinieblas, luz en las conversaciones, luz en los sacerdotes. Yo vivo entre vosotros y soy el Precursor (primero) de vuestra gloria.
Soy incomprendido y rechazado, no me aman como me corresponde. Mi Madre sufre por todo lo que me hacen y por todo lo que me niegan, incluso almas consagradas, sacerdotes de prestigio, solo piensan en ellos en su “ego” en su reputación.
No hay curas humildes, curas santos, no hay quien me sirva por amor a Mi Mismo. Busco y no encuentro, son contados los que me aman por Mi Mismo.
Yo vivo en la Tierra, me muevo entre vosotros, os busco, os persigo, pero no me veis, no me reconocéis.
Soy un Dios olvidado, ignorado, despreciado, calumniado. No dan la cara por Mí, ellos (1) no me defienden, tienen miedo, pavor al que dirán.
Yo soy su Jefe pero no lo demuestran, no siguen mis leyes y normas, son curas vacíos o llenos de podredumbre. No creen en Mi, porque si creyeran me servirían con amor y celo apostólico. Yo les envió bendiciones, gracias, pero las ignoran, estoy cerca de ellos y no me ven. Yo espero sediento un acto de amor verdadero salido del corazón y no me lo hacen, nunca llega.
Sufro por el destino eterno de ellos, muchos no se salvaran, (3) muchos se malograran (2) Yo no quiero eso, quiero que vengan a Mi y me amen, nada mas que eso, que me amen, que me amen, que me amen.
Soy Jesús el Unigénito, el Verdadero, el Dios Vivo el Hijo de María, Jesús de Nazaret, el Hijo del carpintero, que desde su gloria os da estas revelaciones. Yo os amo siervos míos, (4) os amo con locura.
(1) Se refiere a los sacerdotes.
(2) A los que abandonaran el sacerdocio.
(3) Si no posponen su actitud.
(4) Se refiere a los sacerdotes.
Yo procuraré sus necesidades, Yo lo sostendré en la pruebas, y lo cuidaré. Seré TODO para él. Mi vida ha sido dura y dolorosa por eso el que viene a Mi también gustará de las “mieles” de la cruz.
Mi Corazón es barca de salvación, es refugio seguro para el alma. Quien entra en ese Corazón no debe temer nada. Yo soy luz en el mundo, luz en las tinieblas, luz en las conversaciones, luz en los sacerdotes. Yo vivo entre vosotros y soy el Precursor (primero) de vuestra gloria.
Soy incomprendido y rechazado, no me aman como me corresponde. Mi Madre sufre por todo lo que me hacen y por todo lo que me niegan, incluso almas consagradas, sacerdotes de prestigio, solo piensan en ellos en su “ego” en su reputación.
No hay curas humildes, curas santos, no hay quien me sirva por amor a Mi Mismo. Busco y no encuentro, son contados los que me aman por Mi Mismo.
Yo vivo en la Tierra, me muevo entre vosotros, os busco, os persigo, pero no me veis, no me reconocéis.
Soy un Dios olvidado, ignorado, despreciado, calumniado. No dan la cara por Mí, ellos (1) no me defienden, tienen miedo, pavor al que dirán.
Yo soy su Jefe pero no lo demuestran, no siguen mis leyes y normas, son curas vacíos o llenos de podredumbre. No creen en Mi, porque si creyeran me servirían con amor y celo apostólico. Yo les envió bendiciones, gracias, pero las ignoran, estoy cerca de ellos y no me ven. Yo espero sediento un acto de amor verdadero salido del corazón y no me lo hacen, nunca llega.
Sufro por el destino eterno de ellos, muchos no se salvaran, (3) muchos se malograran (2) Yo no quiero eso, quiero que vengan a Mi y me amen, nada mas que eso, que me amen, que me amen, que me amen.
Soy Jesús el Unigénito, el Verdadero, el Dios Vivo el Hijo de María, Jesús de Nazaret, el Hijo del carpintero, que desde su gloria os da estas revelaciones. Yo os amo siervos míos, (4) os amo con locura.
(1) Se refiere a los sacerdotes.
(2) A los que abandonaran el sacerdocio.
(3) Si no posponen su actitud.
(4) Se refiere a los sacerdotes.
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