martes, 25 de noviembre de 2008

Es lo mismo que cuando una barca navega en alta mar sin tempestades. Pero cuando hay oleajes y tempestades, la barca parece que va a zozobrar

Son grandes las almas que viven en total abandono en la Divina Voluntad. Yo, Jesús, os hablo. Hijos Míos, Mi vida fue un hacer en todo momento la Voluntad del que Me envió, Mi Padre Eterno, y no había un instante que Yo no hiciera lo que agradaba a Mi Padre Eterno.

Todos vosotros queréis santificaros a vuestro estilo según vuestros criterios, pero no os abandonáis a Mi Divina Voluntad, que desea para todos y para cada uno de vosotros, lo mejor y más eficaz para santificaros. Tan pronto tenéis una prueba ya os lamentáis y quejáis, sin pararos a pensar de que es esa prueba la que os hará santos y no lo que vosotros dispongáis, porque si efectivamente debéis cumplir un plan de vida espiritual, ese plan es precisamente para ayudaros a superar las pruebas que os vengan, tentaciones, oscuridades y todo lo que os venga contra la fe y que superareis por ese plan de vida espiritual si lo cumplís fidelísimamente y por supuesto con Mi gracia. Yo, Jesús, os hablo.

Pero hijos, el plan de vida espiritual es muy llevadero cuando no hay pruebas, porque es lo mismo que cuando una barca navega en alta mar sin oleajes, ni tempestades. Pero cuando hay oleajes y tempestades, la barca parece que va a zozobrar. Eso mismo pasa en la vida espiritual cuando os vienen las pruebas, unas veces interiores, otras exteriores, unas veces del alma, otras del cuerpo, pero al superar esas pruebas, el alma crece admirablemente en la fe y en santidad. Yo, Jesús, os hablo.

Todos los humanos deben de pasar pruebas. Yo las padecí y Mi Santa Madre y Mi santo padre adoptivo también, y Yo no necesitaba pruebas para crecer en santidad, pero como debo ser Vuestro Modelo en todo, debéis de aprender de Mí e imitarme. Cuando tengáis una prueba seguid cumpliendo vuestro plan de vida espiritual, pedidme gracia y auxilio o (hacedlo) a Mi Santa Madre y sobretodo, abandonaros con confianza en Mi Voluntad Divina que dispone o permite esa situación de dolor o dificultad, para ayudaros a crecer en méritos y en santidad. Yo, Jesús, os hablo.

La paz de Mi Divino Padre y Mi gracia y la de Mi Santo Espíritu, estén con todos vosotros. Yo, os bendigo y os exhorto al abandono en Mi Santa y Sagrada Voluntad.

No hay comentarios: