viernes, 12 de octubre de 2007

Dictado del 11-10-07

Los pecados de los hombres son pedradas para Cristo y la Santísima Trinidad. Los pecados son ultrajes, heridas, saetas envenenadas que llegan al Corazón de Dios.

El hombre peca impunemente, no se cansa de pecar y aunque el pecado no le da la felicidad, peca cada vez con más monstruosidad, buscando sensaciones y vicios que le llenen. Nunca el pecado llenará al corazón humano. Dios no lo ha hecho para el pecado, lo ha hecho para El, por eso, solo El llenará las ansias de felicidad del hombre. Pero esta lección no la aprenden, parece que predicar o advertir estas cosas, son ñoñerías, sin base alguna. Cuantos grandes pecadores se convirtieron y ya no quisieron volver a pecar, porque el pecado nunca les dio la felicidad, ni la paz.

Almas queridas de Dios Omnipotente, Yo os hablo en nombre de la Santísima Trinidad y os pido que experimentéis en vosotros mismos esto que os digo. Abandonad el pecado de una vez por todas, y limpiaros de tanta podredumbre como anida en vuestras almas.

Yo Soy el Espíritu de Dios que os trae sabiduría para que os la apliquéis en vuestras vidas. El infierno es la consecuencia del pecado, y allí, no hay ni un ápice de felicidad, porque el pecado nunca puede producir felicidad, ya que es un mal y los males, por esencia, nunca pueden dar ninguna clase de bien, y la felicidad es un bien.

El pecado trae codicia, egoísmo, ira, soberbia, mentira, vanidad, pereza y toda clase de males y vicios y pecados capitales. No os puede dar bien alguno, por eso, ningún pecado puede traer ninguna clase de bien, ni al alma, ni al cuerpo. Esclaviza a la voluntad y la debilita cada vez mas, haciéndola incapaz de salir de la situación de pecado.

Cada pecado es un hundirse mas en el fango y ya solo la gracia (especial) de Dios, puede hacer que un pecador empedernido, vuelva al buen camino, porque el pecador por si solo no puede salir del fango. ¡Pedid, almas de Dios esa gracia para los pecadores! Pecadores que están en vuestro hogar, en vuestra comunidad de vecinos, en vuestro trabajo. Orad por ellos sin cansaros, para que esas plegarias les sean aplicadas y retornen al camino recto de la salvación eterna.

Una vez muertos, ya no podéis aplicarle oraciones si se condenan, hacedlo ahora que aun viven y pueden posponer su actitud. El Corazón de María Inmaculada es una fuente inagotable de gracias para el pecador, acudid a ese Santo Corazón y pedidle favor para los pecadores. Yo os hablo Espíritu de Sabiduría y Bondad. Alabado sea Dios.

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