martes, 17 de marzo de 2009

Los diez mandamientos son como diez veloces motores que os ayudaran a llegar prontísimo a la gloria de Dios

Reflejos de Dios son las almas que viven en conformidad con los diez mandamientos. Yo Jesús, os hablo. Hijos Míos, Soy Jesús quien os habla, Vuestro Hermano y Salvador y vengo a instruiros y a enseñaros los verdaderos caminos de la gloria de Dios, porque muchos de vosotros podéis torceros y equivocaros y no coger el camino exacto para llegar al Cielo. Los diez mandamientos son como diez motores que os ayudaran a llegar prontísimo a la gloria de Dios, porque bien cumplidos, sin saltarse ni uno solo, son veloces motores que os harán llegar a la meta establecida por la Voluntad Divina. Yo, Jesús, os hablo.

Hay quienes cumplen muy bien un mandamiento pero luego omiten otros, y no hijos Míos, no debéis omitir ninguno de ellos, todos son muy importantes, y por todos se os pedirá cuentas, así pues, repasadlos, instruiros bien y ponerlos en práctica, cumpliéndolos tal y como Dios quiere tendréis el puesto asegurado en la Vida Eterna. Yo, Jesús, os hablo.

Muchos sacerdotes desvalorizan Mis diez mandamientos y los deforman con otras ideas que nada tienen ni de santas, ni de divinas. Los mandamientos de la ley de Dios fueron daros por mi Padre Eterno en el Monte Sinaí a Moisés, y ellos son para todos los tiempos y edades. Cuando se dice no robarás, se trata de toda clase de robos y de fraudes, porque no robar, no es solo no coger algo ajeno y que no te pertenezca, sino es vivir en la legalidad de la cosas sin hacer trampa para conseguir puestos de trabajos, o para obtener beneficios de algo.

Hijos Míos, el matrimonio es indisoluble, Yo Mismo lo dije cuando Me preguntaron en Mi vida terrenal, y ahora sigue siendo indisoluble. No debéis pensar que se puede romper un vínculo sagrado que se unió ante Dios Todopoderoso, las cosas que se prometen ante Dios no deben romperse, porque Dios da la gracia para que eso que se prometió, pueda llevarse a cabo y vivirlo según Su Divina Voluntad, así pues hijos Míos, no modifiquéis las leyes santas de Dios que es engañaros, los mandamientos deben cumplirse íntegramente, y evitar como manda el sexto mandamiento actos impuros y cosas que vayan contra la castidad, porque hoy en día la castidad se vive muy mal, y como estáis acostumbrados a toda clase de obscenidades, no sabéis vivir ya sin ellas, y eso es faltar también a Mis mandamientos, por tanto, cumplidlos según Yo deseo y según son, porque sino, no llegareis a la meta que tenéis que llegar que es el Cielo. No permitáis que os falten motores para caminar hacia el Cielo, porque aún así, y a pesar de que cumpláis los mandamientos divinos, padeceréis tribulaciones y pruebas que tendréis que superar para crecer más en méritos y santidad y en las que Mi gracia divina nunca os faltará. Yo, Jesús, os hablo.

Mi Santa Madre desde siempre cumplió los diez mandamientos y ved la dolorosa prueba que tuvo que padecer al verme crucificado, pero Ella goza ahora en el Cielo de la corona merecida según Sus méritos le alcanzaron. Imitad a Vuestra Santa Madre y pedidle Su ayuda, que Ella no os negará la gracia para que cumpláis Mis leyes, como mi Padre tampoco se la negó a Ella en Su vida terrenal. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo, hijos queridos de Mi Divino Corazón.

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