Hijos Míos, Soy Jesús de Nazaret quien os habla, Vuestro Dios y Redentor. Hijos, os recuerdo que no todo aquel que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino quien cumple la voluntad de Dios.
Muchos de vosotros decís que creéis en Mí y es así, pero los demonios también creen en Mí y no se salvaron. Si creéis en Mi y deseáis salvaros, debéis cumplir Mi voluntad y no hacer lo que os apetece, sea bueno o sea malo, porque muchos de vosotros no solo no me honráis sino que Me afrentáis con vuestra vida de pecado y vuestras malas costumbres.
Debéis de vivir cristianamente, cristianamente quiere decir, como Yo, Cristo, quiero, porque muchos de vosotros estáis preparándome para estas Navidades una crucifixión cruelísima, por los pecados gravísimos que vais a cometer en contra de Mis leyes y de Mi Evangelio, pero ¡ay de vosotros! si os dejáis arrastrar por costumbres pecaminosas y vicios degradantes, porque si no os arrepentís y cambiáis vuestras malas costumbres, lo lamentareis más allá de esta vida, porque no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7, 21)
Hijos Míos, sois lacayos de Satanás y les servís admirablemente, porque hacéis, todo lo contrario a Mis leyes y hacéis todo lo que Mi enemigo mortal os sugiere y os incita. Vais a pasar muchos unas Navidades de pecado y Mi Madre sufre por el trato que Me tendréis. Vais a pecar impunemente y no os preocupa para nada en vuestras conciencias esos pecados, que mataran vuestras almas y la de muchas amistades.
Yo os lo pido, Vuestro Dios y Señor, no asistáis a fiestas donde os corromperán y donde Me crucificaréis una y otra vez con más crueldad que hace dos mil años, porque vosotros sabéis y estáis convencidos de que soy Vuestro Dios y Vuestro Señor, pero no os importa para nada, y vuestra indiferencia y degradación, alegra a los demonios que esperan estas fiestas frotándose las manos porque ganaran muchas almas que pecaran, y cuyos pecados, muchos no los confesaran nunca. Yo, Jesús, os hablo y os aviso. No acudáis a fiestas de pecado y de alcohol, pues os convertiréis en blanco fácil de Satanás. Yo, Jesús, os hablo.
Muchos de vosotros decís que creéis en Mí y es así, pero los demonios también creen en Mí y no se salvaron. Si creéis en Mi y deseáis salvaros, debéis cumplir Mi voluntad y no hacer lo que os apetece, sea bueno o sea malo, porque muchos de vosotros no solo no me honráis sino que Me afrentáis con vuestra vida de pecado y vuestras malas costumbres.
Debéis de vivir cristianamente, cristianamente quiere decir, como Yo, Cristo, quiero, porque muchos de vosotros estáis preparándome para estas Navidades una crucifixión cruelísima, por los pecados gravísimos que vais a cometer en contra de Mis leyes y de Mi Evangelio, pero ¡ay de vosotros! si os dejáis arrastrar por costumbres pecaminosas y vicios degradantes, porque si no os arrepentís y cambiáis vuestras malas costumbres, lo lamentareis más allá de esta vida, porque no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7, 21)
Hijos Míos, sois lacayos de Satanás y les servís admirablemente, porque hacéis, todo lo contrario a Mis leyes y hacéis todo lo que Mi enemigo mortal os sugiere y os incita. Vais a pasar muchos unas Navidades de pecado y Mi Madre sufre por el trato que Me tendréis. Vais a pecar impunemente y no os preocupa para nada en vuestras conciencias esos pecados, que mataran vuestras almas y la de muchas amistades.
Yo os lo pido, Vuestro Dios y Señor, no asistáis a fiestas donde os corromperán y donde Me crucificaréis una y otra vez con más crueldad que hace dos mil años, porque vosotros sabéis y estáis convencidos de que soy Vuestro Dios y Vuestro Señor, pero no os importa para nada, y vuestra indiferencia y degradación, alegra a los demonios que esperan estas fiestas frotándose las manos porque ganaran muchas almas que pecaran, y cuyos pecados, muchos no los confesaran nunca. Yo, Jesús, os hablo y os aviso. No acudáis a fiestas de pecado y de alcohol, pues os convertiréis en blanco fácil de Satanás. Yo, Jesús, os hablo.
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