Las penas aceptadas son perlas que Yo recojo para aplicar a las almas, Yo, Jesús, os hablo.
Es inevitable hijos Míos, que tengáis penas, unas veces serán penas propias, y otras serán penas ajenas, pero todas las penas que padezcáis físicas o morales, si las aceptáis con amor y Me las ofrecéis, es un material espiritual muy valioso que Yo Vuestro Redentor, aplico a cantidad de almas, porque si las padecéis unidos a Mi, entonces esas penas tiene un valor divino, porque con Mi Divinidad, las secundo y hago que su valor sea como si Yo las padeciera.
Hijos Míos, que poco sabéis de los misterios de vuestra fe, muchos no están revelados todavía, otros aunque lo están no los entendéis, sois parvulillos en materia sobrenatural y no alcanzáis a comprender ni a saber lo que el Cielo hace con vuestro capital espiritual, porque no se pierde nada que se acepte con amor y se padezca o se viva en estado de gracia, pues Mi Santa Madre y Mis Ángeles se encargan de presentarme vuestras penas o vuestros sacrificios y oraciones, así pues hijos, sabed que las penas es otra moneda espiritual tan valiosa o más como la oración cuando Me las ofrecéis con amor y resignación, conforme a lo que os venga ese día para padecer.
Ahí en las penas me reflejáis a Mi, Jesús Doliente, que también deben llevar impresa vuestras almas la imagen Mía como Jesús Doliente, para mayor corona. Yo, Jesús, os hablo.
Es inevitable hijos Míos, que tengáis penas, unas veces serán penas propias, y otras serán penas ajenas, pero todas las penas que padezcáis físicas o morales, si las aceptáis con amor y Me las ofrecéis, es un material espiritual muy valioso que Yo Vuestro Redentor, aplico a cantidad de almas, porque si las padecéis unidos a Mi, entonces esas penas tiene un valor divino, porque con Mi Divinidad, las secundo y hago que su valor sea como si Yo las padeciera.
Hijos Míos, que poco sabéis de los misterios de vuestra fe, muchos no están revelados todavía, otros aunque lo están no los entendéis, sois parvulillos en materia sobrenatural y no alcanzáis a comprender ni a saber lo que el Cielo hace con vuestro capital espiritual, porque no se pierde nada que se acepte con amor y se padezca o se viva en estado de gracia, pues Mi Santa Madre y Mis Ángeles se encargan de presentarme vuestras penas o vuestros sacrificios y oraciones, así pues hijos, sabed que las penas es otra moneda espiritual tan valiosa o más como la oración cuando Me las ofrecéis con amor y resignación, conforme a lo que os venga ese día para padecer.
Ahí en las penas me reflejáis a Mi, Jesús Doliente, que también deben llevar impresa vuestras almas la imagen Mía como Jesús Doliente, para mayor corona. Yo, Jesús, os hablo.
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