Hijos de Dios, el tiempo pasa, los días se suceden y vosotros cristianos no cambiáis de proceder. Seguís con los mismos pecados, con las mismas rencillas, con las mismas criticas y no hacéis nada por enmendaros, así la gracia de Dios cae en vano en vuestras almas pecadoras.
No queréis enmendar vuestras vidas que no dan gloria a Dios, y encima, tenéis afán por leer estos mensajes que de nada os sirven, solo para ser más culpables a los ojos de Dios Todopoderoso, porque sabiendo como sabéis el remedio, no lo queréis poner en práctica.
Sois como las vírgenes necias que no tuvieron sus lámparas preparadas y las sorprendió el esposo sin el aceite. Vosotros hijos de Dios, debéis de despertar de vuestro letargo y luchar contra vuestra desidia, Yo, Miguel Arcángel, siervo de Dios, os hablo.
¿Hasta cuando va a durar vuestra indiferencia a los avisos de Dios? Vosotros pedís favores al Cielo y queréis que el Cielo os responda pronto, e insistís una y otra vez para conseguir el favor que pedís, pero sois sordos y duros de corazón a los avisos y advertencias del Cielo.
Tenéis la oportunidad de arreglar vuestra alma y ponerla en la amistad de Dios y no lo hacéis ¿Cómo se puede ser tan necio? Pedid hijos de Dios ayuda a vuestros ángeles custodios, que desean que los invoquéis, para ayudaros en vuestras necesidades espirituales y también en las materiales que no vayan contra Dios Omnipotente.
Hijos de Dios, Yo, Miguel Arcángel, os pido vuestra conversión. Poned de vuestra voluntad para ello, limpiad vuestra alma de podredumbre y maldad. La paz de Cristo Redentor os alcance. Yo, Miguel Arcángel, os hablo
No queréis enmendar vuestras vidas que no dan gloria a Dios, y encima, tenéis afán por leer estos mensajes que de nada os sirven, solo para ser más culpables a los ojos de Dios Todopoderoso, porque sabiendo como sabéis el remedio, no lo queréis poner en práctica.
Sois como las vírgenes necias que no tuvieron sus lámparas preparadas y las sorprendió el esposo sin el aceite. Vosotros hijos de Dios, debéis de despertar de vuestro letargo y luchar contra vuestra desidia, Yo, Miguel Arcángel, siervo de Dios, os hablo.
¿Hasta cuando va a durar vuestra indiferencia a los avisos de Dios? Vosotros pedís favores al Cielo y queréis que el Cielo os responda pronto, e insistís una y otra vez para conseguir el favor que pedís, pero sois sordos y duros de corazón a los avisos y advertencias del Cielo.
Tenéis la oportunidad de arreglar vuestra alma y ponerla en la amistad de Dios y no lo hacéis ¿Cómo se puede ser tan necio? Pedid hijos de Dios ayuda a vuestros ángeles custodios, que desean que los invoquéis, para ayudaros en vuestras necesidades espirituales y también en las materiales que no vayan contra Dios Omnipotente.
Hijos de Dios, Yo, Miguel Arcángel, os pido vuestra conversión. Poned de vuestra voluntad para ello, limpiad vuestra alma de podredumbre y maldad. La paz de Cristo Redentor os alcance. Yo, Miguel Arcángel, os hablo
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