Son necias, muy necias aquellas almas que sabiendo y teniendo conciencia de que están en peligro de condenación eterna, no posponen su actitud, y se mantienen así, sin hacer ni siquiera lo más mínimo para salir de esta situación. Son necias y (son) millares de almas que así viven.
A nadie se le ocurriría montarse en un auto que se supiera de antemano que está en peligro de tener una avería o un accidente. Nadie temerariamente montaría en un autocar que se supiera de cierto que se estrellaría, y sin embargo, vosotros hijos de Dios, vais metidos en un cuerpo que sabéis muchos de vosotros que por vuestras malas y pecaminosas acciones, puede ser pasto del infierno y reo de condenación eterna.
La muerte hijos de Dios, no tiene fecha fija. Viene en cualquier momento o edad, sin avisar, y vosotros, vivís tan tranquilos sabiendo que podéis condenaros eternamente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Pedidme la gracia de la conversión porque nada deseo más que otorgárosla. Esa petición Me satisface mucho y trato de atenderla lo antes posible, pero ved, que también tenéis que poner de vuestra parte lo que a vosotros concierne. Tenéis que estar a bien con amistades o familiares con los que no os habláis, dad el primer paso, sin necesidad de extremar. Una llamada, un detalle, todo servirá para arreglar la situación de alejamiento y resentimiento.
Id a la confesión sacramental, allí Cristo os espera en la persona del sacerdote, antes pedid ayuda a la Madre Santísima y Ella os ayudará también. Hijos de Dios, nada importa (tanto) en esta vida como la salvación del alma, lo demás es efímero y perecedero: fama, dinero, honores, reconocimientos, todo eso dura poco, por eso hijos de Dios, id a la confesión y no tardéis en hacerlo. Yo, Espíritu Divino, os hablo y os ofrezco Mi santa ayuda para ello. La paz del Señor esté siempre con vosotros.
A nadie se le ocurriría montarse en un auto que se supiera de antemano que está en peligro de tener una avería o un accidente. Nadie temerariamente montaría en un autocar que se supiera de cierto que se estrellaría, y sin embargo, vosotros hijos de Dios, vais metidos en un cuerpo que sabéis muchos de vosotros que por vuestras malas y pecaminosas acciones, puede ser pasto del infierno y reo de condenación eterna.
La muerte hijos de Dios, no tiene fecha fija. Viene en cualquier momento o edad, sin avisar, y vosotros, vivís tan tranquilos sabiendo que podéis condenaros eternamente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Pedidme la gracia de la conversión porque nada deseo más que otorgárosla. Esa petición Me satisface mucho y trato de atenderla lo antes posible, pero ved, que también tenéis que poner de vuestra parte lo que a vosotros concierne. Tenéis que estar a bien con amistades o familiares con los que no os habláis, dad el primer paso, sin necesidad de extremar. Una llamada, un detalle, todo servirá para arreglar la situación de alejamiento y resentimiento.
Id a la confesión sacramental, allí Cristo os espera en la persona del sacerdote, antes pedid ayuda a la Madre Santísima y Ella os ayudará también. Hijos de Dios, nada importa (tanto) en esta vida como la salvación del alma, lo demás es efímero y perecedero: fama, dinero, honores, reconocimientos, todo eso dura poco, por eso hijos de Dios, id a la confesión y no tardéis en hacerlo. Yo, Espíritu Divino, os hablo y os ofrezco Mi santa ayuda para ello. La paz del Señor esté siempre con vosotros.
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